Desde que los coches nuevos incorporan una serie sistemas de asistencia a la conducción de forma obligatoria, se han salvado miles de vidas. Sirven para evitar accidentes y/o mitigar sus consecuencias, algunos de ellos de forma realmente efectiva como es el caso de la frenada automática de emergencia. Tanto es así que ahora se está planteando su incorporación en otros niveles. Sería interesante su llegada a vehículos pesados, aquellos que superen los 4.500 kg de peso para mejorar la seguridad vial.
Se trata de una propuesta que viene de Estados Unidos y su Administración Nacional de Seguridad en el Tráfico por Carretera (NHTSA). La equivalente allí de nuestra DGT quiere sacar adelante esta medida junto a la Administración Federal de Seguridad de Autotransportes (FMCSA). Les preocupa que estos vehículos, principalmente camiones y autobuses, provoquen más de 60.000 choques traseros al año, la mayoría fruto de su tamaño y la incapacidad de detenerse rápidamente ante una situación improvista.
Con la frenada automática de emergencia se podría llegar a reducir hasta un tercio de ese total de siniestros de ese tipo. De hecho, la NHTSA afirma que incorporando ese sistema en a los vehículos pesados se evitarían 19.118 accidentes. Eso también supondría 8.814 lesiones menos y la salvación de 155 vidas al año. Son números muy a tener en cuenta y que podrían marcar la diferencia con un sistema relativamente simple y más que probado.
Al igual que pasa con los turismos, gracias a los radares y cámaras del vehículo se podría detectar una colisión inminente y aplicar una frenada fuerte de forma automática si el conductor no lo hace. Suele funcionar a situaciones de baja velocidad, hasta 50 km/h, de ahí que sea realmente efectiva en entornos urbanos. Ya hay muchos camiones y autobuses que incorporan este sistema, lo que propone la NHTSA es que pase a ser obligatorio en todos los de nueva producción, como ya pasó con turismos y comerciales ligeros.
En todo caso, habrá que esperar como se resuelve esta medida y también si después de su probable aprobación en Estados Unidos se extiende al resto de países.
Fuente: NHTSA