Muchos esperan los coches de hidrógeno como solución para una automoción libre de humos y sin problemas de recarga o de llevar un peso enorme de baterías. Pero, hoy por hoy, no es un sistema eficiente. Para producir hidrógeno hay que «desperdiciar» bastante energía, en torno a un 20 o 30 %. Los sistemas más eficientes emplean 52,5 kWh de energía para crear un kilogramo de hidrógeno que almacenar 39,4 kWh. Una batería de un coche eléctrico la almacenaría en su práctica totalidad.
Este hándicap hace que sea muy difícil para el hidrógeno competir con combustibles fósiles o baterías en muchas aplicaciones. ¿Podría cambiarlo el electrolizador alimentado por capilaridad de la empresa australiana Hysata? Anuncia una eficiencia del 95%, utiliza solo 41,5 kWh de energía para crear ese kilogramo de hidrógeno. Esto no sólo reduce los costos operativos del hidrógeno sino que es más barato de instalar y operar.
Su dispositivo, que separa el agua el H2 y O2 con una eficiencia del 95%, aproximadamente un 20% más que los mejores electrolizadores convencionales no solamente nos ha llamado la atención a nosotros. Acaban de recaudar 111 millones de dólares para aumentar la producción del que promete ser el hidrógeno verde más barato del mundo.
El objetivo clave del diseño de Hysata, originalmente inventado por científicos de la Universidad de Wollongong, es eliminar las burbujas de gases de hidrógeno y oxígeno en el fluido electrolítico entre el ánodo y el cátodo. Las burbujas no son conductoras y pueden adherirse a la superficie de los electrodos, con lo que menos electrodo está expuesto al electrolito. Esto añade resistencia al sistema y explica gran parte de la energía que se desperdicia.
El diseño de Hysata mantiene el electrolito en la parte inferior del dispositivo y permite que sea aspirado a través de un separador hidrófilo poroso entre los electrodos. Cada electrodo tiene contacto total y directo con el electrolito en el lado interior y una cámara seca en el lado exterior: cuando el agua sube por ese tubo y se divide, los gases no tienen donde burbujear. La resistencia se reduce considerablemente y la acción capilar atrae más agua hacia el separador central sin necesidad de ningún tipo de bomba. Así aumenta tanto la eficiencia.
Hysata asegura que la eficiencia de esta célula alcanza un 98% en condiciones de laboratorio, en una investigación publicada en la revista Nature Communications. De modo, esa eficiencia del 95% podría ser una cifra realista en el mundo real.
Con los nuevo fondos conseguidos la empresa va a ampliar su capacidad de producción en Nueva Gales del Sur, y desarrollar aún más su tecnología. El objetivo es claro, conseguir transportar más energía por peso que las baterías y ofrecer una solución a sectores difíciles de descarbonizar, como la aviación, transporte marítimo, la maquinaria pesada o transporte por carretera.
Hysata –como otros fabricante de electrolizadores– se enfrenta a algunas condiciones de mercado difíciles en el corto plazo. Según una investigación de BloombergNEF, el problema en el mercado actual de electrolizadores no es el suministro, el costo o la eficiencia, sino la demanda. Sólo una empresa de electrolizadores obtuvo beneficios el año pasado. Las ayudas van muy lentas en Estados Unidos y la Unión Europea, de ahí que los pedidos se retrasen. Así, la producción de electrolizadores en 2023 era siete veces mayor que a demanda.
Pese al contexto desfavorable (que demuestra que esa apuesta por el hidrógeno se queda muchas veces en los programas políticos), esta tecnología de Hysata logra que se desperdicie una mínima energía renovable y eso sin duda son buenas noticias.
Fuente: Hysata