Cuando hablamos de coches conceptuales, lo que nos viene a la mente son maquetas extrañas (funcionales o no) y extravagantes. Estos vehículos tienen que ver con el diseño y representan una ambiciosa idea del futuro de una compañía. Pero rara vez vemos prototipos que sean a la vez futuristas y prácticos. Y una de esas rarezas fue el Italdesign Machimoto de 1986, un inusual concept car que quería cerrar la brecha entre un coche y una motocicleta.
por el nombre, es fácil confundirlo un origen japonés. Pero “Machimoto” deriva de dos palabras italianas, “Machina” y “Motociclo”, lo que nos muestra lo evidente que Italdesign quería mostrar la fusión entre ambas máquinas. Tomando como base la plataforma de un Volkswagen Golf (Mk. II), destacaba sobre todo −en líneas generales− por su configuración de techo descubierto y sus sillines en lugar de asientos. Concretamente nueve, todo en un conjunto tan futurista y elegante como el cine de ciencia ficción permitía en aquella época.
Algunas de estas las encontramos en las cubiertas de las ruedas, las puertas con bisagras traseras que parecen suicidas, y una generosa barra antivuelco en la parte trasera por motivos obvios de seguridad. Este prototipo nunca fue pensado para producción y fue solo una muestra de cómo se puede infundir practicidad sin comprometer el atractivo de un diseño vanguardista. En efecto, para los estándares actuales “canta” mucho la década en la que fue concebido. Aún así, cuando se mostró en Salón del Automóvil de Turín, fue muy polarizador.
La distribución de los asientos es muy interesante: las personas se sientan en filas paralelas, a horcajadas sobre las plazas como si estuvieran en una motocicleta. Sin embargo, cada pasajero tiene un cinturón de seguridad de dos puntos. Si estos no son grandes, podían caber hasta nueve personas. Otra característica distintiva de este prototipo son las puertas, si se les puede llamar así. Son como protectores laterales de generoso tamaño y alargados que deben levantarse para poder entrar o salir, algo así como el Smart Crossblade (2002).
El volante es la síntesis entre el coche y la motocicleta; en las barras horizontales hay dos pomos que pueden cambiarse en tres posiciones diferentes: reposo (dentro de la barra), vertical (90° con respecto a la barra) y abierto (paralelo a la barra). Cuando las perillas están cerradas puede ser usado como un volante tradicional. Mecánicamente, el Italdesign Machimoto hacía gala del mismo tren motriz del punto de partida, es decir, un bloque de 1.8 litros y cuatro cilindros con 139 CV y 168 Nm asociado a un cambio manual de cinco marchas.
Hay una broma que decía que con el prototipo Italdesign combinó las peores características de una motocicleta y un automóvil. No tiene techo y no puedes sentarte cómodamente ni estirarte. No es rápido porque pesa mucho y es demasiado grande para sortear los atascos. Pero con este tipo de híbrido, puedes transportar a una familia muy numerosa en un tamaño relativamente compacto. Y eso es una gran ventaja. Como curiosidad, el director de cine Carlo Vanzina eligió a este prototipo para una de sus películas: A spasso nel tempo (1996).
Empacar hasta nueve ocupantes y tener características de seguridad para solo dos de ellos fue bárbaro en los 80, por decir algo. Pero el Machimoto superba el aspecto económico de lo que se quería lograr. Han pasado varias décadas desde que saliera este audaz coche, y no ha habido uno solo tales características que ostentara el diseño descapotable con tanto atractivo de ciencia ficción.
Fuente: Italdesign
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