Por triste que sea admitirlo, la mayoría de nosotros nunca tendremos un coche exótico. Pero sí que hay quienes se conforman con recuerdos y atuendos de su marca favorita. La fundadora de Crash Jewelry, Christi Schimpke, tuvo la idea de reutilizar las distintas partes dañadas de coches de lujo que su esposo repara en un taller de carrocería en Beverly Coachcraft, Los Ángeles. Las instalaciones están especializadas en la reparación de máquinas europeas de alta gama, muy populares en la costa oeste del país.
Las joyas de lujo de Crash Jewelry provienen de varios fabricantes con un gran reconocimiento dentro del mundo del máximo lujo, tales como Aston Martin, Bentley, Ferrari, Lamborghini, Maserati, Mercedes-Benz, McLaren o Porsche. Pero Schimpke aclara que no recupera partes de coches seriamente dañados, sino que las piezas de repuesto provienen principalmente de daños importantes sufridos en el concesionario o durante las operaciones de traslado de un vehículo; esos superdeportivos que se estrellan contra un muro no forman parte de la colección.
La explicación viene a que, cuando el daño producido es lo suficientemente grave y el vehículo se clasifica como siniestro, pasa a ser propiedad de la compañía de seguros y no se puede reparar ni restaurar. Todas las piezas que se desechan suelen estar disponibles de forma gratuita y, a menudo, están revestidas con una variedad de colores con algunas texturas y pátinas auténticas. Algunos de los artículos disponibles en la tienda online incluyen brazaletes, puños, pendientes, collares y gemelos, algunos de ellos realmente únicos y exclusivos (por diseño y coche).
¿Qué ofrece de especial la compañía de Schimpke? ¿Eres más de rojo Ferrari, amarillo Lamborghini o gris Aston Martin? Sea cual sea tu preferencia, Crash Jewelry ofrece varias joyas en todos los colores de los coches de lujo sin que por ello te tengas que arruinar. Por ejemplo, un collar de Ferrari con diamantes rojos tiene un precio de 95 dólares (77 euros, aprox.), mientras que un brazalete de Mercedes-Benz con un pulpo de latón se vende por 238 dólares (194 euros, aprox.). Así que hay para todos los gustos, pero sobre todo, para todos los bolsillos.
Además, el negocio no se limita a los vehículos premium. Actualmente, también ofrece una gama “Harley-Davidson Street Glide” en negro intenso. Por supuesto, las colecciones de Crash Jewelry no siempre son las mismas. Depende de las piezas dañadas recuperadas por el taller de Beverly Coachcraft. Además, las joyas se entregan en “embalajes Crash personalizados con certificado de autenticidad, indicando el nombre del coche del que procede la joya”. Hay que reconocer que la idea de reciclar repuestos de coches de lujo para transformarlos en joyas es original.
Le tomó alrededor de tres años reducir realmente los procesos de trabajo de los metales, dice, pero ahora tiene sistemas y los está mejorando constantemente. Las ventas en Crash Jewelry han aumentado en un 400 % y el trabajo de Schimpke también está encontrando su camino a la fama: una invitada de la quinta temporada de Jay Leno’s Garage llevaba uno de sus puños, y las modelos en la pasarela durante la Semana de la Moda de Los Ángeles vestían sus joyas. Y no son complementos solo para mujeres, también hay material disponible para el público masculino.
Fuente: Crash Jewelry
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