Que Lamborghini lanzara un SUV es una decisión que no gustó a muchos aficionados de la marca de Sant’Agata. El Lamborghini Urus es un modelo que iba a llegar antes o después, su prototipo llevaba en el tintero desde 2012 y la tendencia SUV no hacía más que crecer. Y aunque no haya tenido una buena acogida por el sector de los seguidores más puristas, lo cierto es que la jugada le está saliendo redonda a la marca italiana.
En una entrevista reciente el CEO de Lamborghini, Stefano Domenicali, decía que les había sorprendido la respuesta positiva del cliente. Las estimaciones dicen que la marca terminará el año 2018 habiendo producido 5.000 vehículos en total, de los cuáles 1.000 unidades serán del Urus. Pero los objetivos para 2019 son mucho más optimistas, aumentando la producción anual hasta los 8.000 ejemplares, teniendo el SUV más de la mitad de esa cuota.
Aunque Domenicali afirmó que Lamborghini no se convertiría en un fabricante de grandes números y que su producción se mantendría a partir de 2019. Aunque el lanzamiento de un SUV podía amenazar a la imagen de marca y al pensamiento de sus seguidores acérrimos, también ha servido para abrir puertas. Se calcula que el 70 % de los compradores de Urus son nuevos clientes para la marca. También ha conseguido aumentan el porcentaje de mujeres.
Como ejemplos concretos, Domenicali destacaba el incremento de ventas en Rusia y en India, países en los que el estado de las carreteras es bastante pobre y por lo que se dificultaba la venta de sus modelos más deportivos. A eso ayuda que el SUV con motor V8 biturbo de 4.0 litros que desarrolla 650 CV es, probablemente, el modelo más utilizable de los que tienen en gama. También destacó que es un coche de extremos, que te encanta o lo odias. Para el segundo grupo solamente les recomienda que lo prueben.
El precio del Lamborghini Urus en Europa es de 171.429 euros (impuestos no incluidos), una tarifa al alcance de pocos. Pero las ventas no se han resentido ante el alto precio, sino que el CEO de la marca afirma que la mayoría de clientes configuran sus vehículos dejando facturas muy por encima de los 200.000 euros.
Fuente: CNBC