Lamborghini ha decidido celebrar su medio siglo de historia presentando un modelo muy exclusivo en el Salón de Ginebra 2013. Sólo se fabricarán y venderán tres unidades del Lamborghini Veneno, tres ejemplares únicos que serán fabricados a lo largo de 2013 y entregados a sus futuros propietarios… que ya han pagado tres millones de euros más impuestos (sí, ya están vendidos todos).
En realidad habrá cuatro unidades, ya que el vehículo que la marca del Grupo VAG mostró ayer en Ginebra es el número 0, el vehículo de prueba Lamborghini. Su futuro no se ha determinado aún, pero permitirá Lamborghini para realizar sus análisis, tanto en la carretera como en la pista. Esa unidad es gris, con detalles en los tres colores de la bandera italiana, mientras que los tres coches vendidos a los clientes tiene un solo color de la bandera nacional italiana, para que cada pieza sea única.
Siguendo la tradición de la marca, el nombre del Veneno proviene de un toro de lidia legendario. Se hizo famoso por ser uno de los toros más rápidos toros en la historia de la tauromaquia y por matar en la arena de Sanlúcar de Barrameda al torero José Sánchez Rodríguez en 1914.
Su diseño está centrado en ganar aerodinámica y estabilidad en las curvas. Y es necesario. El Lamborghini Veneno oculta 750 CV (552 kW) de potencia, el Veneno acelera de 0 a 100 km/h en sólo 2,8 segundos y la velocidad máxima para este coche de carreras (legal para circular por las calles), es de 355 km/h. Son cifras superiores a las del McLaren P1 y las del Ferrari F70 que conoceremos también en el Salón de Ginebra. Parece que Volkswagen ha querido dar un golpe sobre la mesa, olvidando sistemas híbridos o elétricos.
Lo decimos Lamborghini Veneno consigue estas prestaciones gracias a un motor de doce cilindros con una cilindrada de 6,5 litros, acoplado a un cambio de 7 velocidades de transmisión ISR, con cinco modos de conducción y tracción permanente a las cuatro ruedas.
El chasis monocasco está fabricado en CFRP (fibra de carbono reforzada con polímero), como todas las piezas exteriores de este coche radical salido de Sant’Agata Bolognese. El interior, del que hablaremos más tarde) también cuenta con innovadores materiales, patentados por Lamborghini, como el forjado compuesto y CarbonSkin. Todo ese uso sistemático de fibra de carbono consigue que el Veneno pese sólo 1.450 kilogramos (125 kilos menos que el ya de por sí ligero Lamborghini Aventador). Así, cada CV apenas tiene que mover 1,93 kilogramos.
No es un diseño barroco. Cada detalle de su carrocería tiene una función clara, para tener una carga aerodinámica óptima con la mínima resistencia y una perfecta refrigeración del motor de alto rendimiento. Y sigue las pautas establecidas en Sant’Agata Bolognese, como el extremo delantero en forma de flecha y las líneas afiladas allí donde miras, así como sus puertas de tijera.
La división de los guardabarros en la carrocería también optimiza el flujo del aire. Detrás, la cubierta del motor se extiende en una gran aleta de tiburón central, que mejora la estabilidad durante el frenado y entrega carga aerodinámica adicional en grandes ángulos de guiñada, aumentando el rendimiento en curvas a altas velocidades.
Los cuatro tubos de escape del Lamborghini Veneno van colocados entre un difusor con seis aberturas en forma de cuña, para aumentar el nivel de pico de la carga aerodinámica y disipar mejor el calor del motor. De hecho, en la parte trasera solo se ha sellado la parte reservada a la matrícula. Las grandes aberturas sirven para ventilar el compartimiento del motor y gestionar el flujo de aire hacia el alerón trasero ajustable, producto de la experiencia en competición y que asegura un mejor rendimiento combinado con el difusor.
Monta llantas de aleación de 20 pulgadas en la parte delantera y 21 pulgadas en la parte trasera, cuyo diseño también tiene funcionalidad aerodinámica: un anillo de fibra de carbono alrededor de cada llanta, que funciona como una turbina para suministrar aire de refrigeración adicional a los discos de freno de carbono cerámicos.
La fibra de carbono también domina el interior del Veneno. El monocasco de fibra de carbono se hace visible en el interior del coche en la zona del túnel central. Los dos asientos están hechos de un material compuesto forjado, patentado por Lamborghini. Y el tejido de fibra de carbono CarbonSkin se utiliza para revestir toda la cabina, parte de los asientos y el techo. Este material único es como una especie de tela de alta tecnología, que se empapa en una resina especial que estabiliza la estructura de las fibras, al tiempo que se le puede dar cualquier forma.
El panel de instrumentos, completamente rediseñado, se inspira en los deportes de competición. Según la marca, gracias a los nuevos gráficos y a la introducción de algunas características adicionales como el G-meter, ofrece toda la información necesaria para que el conductor controle cualquier aspecto del coche.
Por cierto, si te lo preguntas, el Veneno cumple con todos los requisitos de seguridad en todo el mundo y también incorpora un completo conjunto de sistemas de seguridad a través de bolsas de aire para el sistema de manejo adaptado ESP.
Galería de fotos del Lamborghini Veneno:
Fuente: Lamborghini