Ford no se rinde con el lujo. La empresa ha tenido varias aventuras a lo largo de su historia reciente con marcas premium, todas fallidas. No supo sacar jugo ni a Aston Martin, ni a Volvo, ni a Jaguar Land Rover, pero desde 2012 planea reconvertir Lincoln, la histórica marca americana, en su estilete de los coches más caros, aquellos que dejan mayores beneficios por unidad fabricada. Ellos mismos admitían que no sería fácil conserguirlo y que necesitarían al menos diez años de inversiones para lograrlo. Pues bien, en el Salón de Nueva York se ha puesto la primera piedra para construir tamaño castillo. Se trata de un prototipo de berlina de lujo que responde al nombre de Lincoln Continental Concept.
No se trata de fuegos de artificio, pues se apunta que este coche, que rescata una denominación histórica (eran las limusinas que usaba Kennedy, como en la que viajaba cuando lo asesinaron en Dallas), podría llegar a los concesionarios de la marca durante 2016.
Posiblemente no desembarque en Europa, pero el Lincoln Continental Concept, que supera los cinco metros de longitud, podría ser un digno rival de berlinas de lujo como los Audi A8, BMW Serie 7 o Mercedes Clase S). Su diseño recuerda vagamente a los Bentley, sobre todo en su mitad trasera. Cuenta con una generosa parrilla frontal, faros con tecnología Matrix Láser para las luces de carretera, llantas de 21 pulgadas, los pilotos traseros LED y unos singulares tiradores exteriores que se ocultan al iniciar la marcha (un detalle que podemos ver en deportivos, como el Jaguar F-Type). El tono azul, denominado Rhapsody Blue, por la marca, realza su carrocería.
Si conoces algo de modelos clásicos, habrás visto que el exterior se ventila de un plumazo la historia de la marca, con unas líneas que poco tienen que ver con las de otros productos de la firma ni con las del antiguo Continental (con sus puertas suicidas como signo más característico). Dentro hay una sola obsesión: el lujo. Aquí la inspiración es el Mercedes Clase S.
El habitáculo rebosa elementos fabricados en aluminio, entre el que se cuela una generosa pantalla central táctil desde la que se puede controlar el sistema de navegación, el sistema multimedia, la climatización o su sistema de sonido Revel Ultima… También contará con una segunda pantalla TFT que hace las veces de cuadro de instrumentos. Cuenta con asientos tapizados en cuero veneciano (que también vemnos en los paneles de las puertas) y alcántara de color azul. Todo el habitáculo queda inundado de un color dorado que proporciona un sistema de iluminación ambiental pensado para realzar la exclusividad de este modelo.
Los dos asientos traseros son una orgía de espacio y comodidad. Pueden regularse en más de 30 posiciones y han sido patentados por Lincoln. Desde estas plazas también se puede controlar la posición del asiento del acompañante, para ganar más espacio si cabe. No falta una pantalla táctil en las plazas traseras y unos maletines que hacen de bolsas tras los asientos delanteros. Y siempre quedará quedarse mirando su techo panorámico. Tiene un tintado SPD SmartGlass que permite oscurecerlo (hasta un máximo de un 99%) o aclararlo, gracias a unos pigmentos especiales.
No hay apenas información del apartado técnico. Lincoln se ha limitado a contar que el motor es un V6 de 3.0 litros EcoBoost específico para Lincoln. Solamente falta por ver cuánto de este prototipo queda en el coche de producción y cuál será su equipamiento de lujo definitivo. A la marca le queda mucho para alcanzar la excelencia de los tres gigantes alemanes, pero si este primer paso lo da en firme, a medio plazo podría rivalizar en más segmentos.
Fuente: Ford
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