Hace ya algún tiempo te contábamos cómo Ford pensaba reinventar la marca Lincoln para reconvertirla en una marca de lujo. La ida era competir en igualdad de condiciones con sus rivales a nivel global, que sí tienen marcas premium en sus carteras… Esto demostraría la estrategia de hace años, cuando Ford vendió sus antiguas marcas de lujo: Aston Martin, Jaguar y Land Rover, había sido equivocada.
Pues bien, parece que los directivos de Ford empiezan a darse cuenta que reverdecer los laureles del pasado no seré fácil. Según informa Detroit News, el ejecutivo Karl Henkel habría dicho en un campus sobre automoción «No, no somos el verdadero lujo. Estamos en una etapa de inversión en Lincoln y probablemente tenemos que invertir unos diez años en la marca para logarlo.
Puede que Cadillac tenga en su catálogo productos como el Cadillac ATS, capaces de competir con el aplastante dominio alemán en el mercado de las berlinas, y haga soñar a los amantes de los coches con prototipos fascinantes como el Elmiraj. Pero por ahora, Lincoln no tiene visos de prosperar como marca de lujo. Puede que en su día productos como el Lincoln Continental fuese el coche de Frank Sinatra, Elvis Presley, Nelson Rockefeller o Henry Kissinger… pero hoy en día coches como el MKZ (un Mondeo, en realidad) o el MKS no despiertan tanta pasión y apenas son conocidos fuera de Estados Unidos.
Es innegable que el actual catálogo de Lincoln cuenta con un buen diseño exterior, pero eso no es todo. Porque si desde Ford se admite que poner la marca de nuevo en los altares del lujo puede costar una década, otros analistas externos hablan de que eso puede llevar 30 años de trabajo.La pregunta ahora es si Ford podrá mantener a Lincoln tanto tiempo? Para empezar, en Europa no llegarán. Aquí Ford ha apostado por los Ford Vignale para cubrir ese segmento premium. Es bastante más que un acabado (incluye un montón de servicios añadidos, desde limpieza grauita de por vida a entredas VIP a especáctulos).
¿Qué le queda entonces a Lincoln para ser viable? China. Dentro de poco se lanzará la marca en el gigante asiático, un país cuya «historia de amor» con los Buick sacó a esta marca de General Motors del ostraciosmo. Y si Buick pudo volver a la recuperación gracias a su popularidad en China, tal vez Lincoln pueda correr la misma suerte en el lejano Oriente.