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Luis Ramos Penabad

Los modelos de Mazda que cambiaron la industria

Aprovechando el 90 aniversario de Mazda, vamos a recordar los modelos de Mazda que marcaron un antes y un después en la industria automovilística, como hace unos días recordábamos las tecnologías que implementó la marca nipona. Hasta los años 70, Mazda construía principalmente vehículos comerciales ligeros. De hecho, el primer turismo de Mazda, el diminuto R360, salió de la cadena de montaje en 1960, cuando las economías de Japón y Alemania todavía se  desperezaban como gigantes dormidos. La marca nipona ganó tiempo y experiencia para crear coches que dejarían una huella imborrable en la historia.

Años 70: Mazda Cosmo Sport 110S

El 110S Cosmo Sport fue uno de los deportivos más bonitos de la historia de Mazda. Su largo capó y su diseño de motor delantero con tracción trasera no eran ninguna novedad en 1967. La innovación estaba en su motor rotativo de dos rotores, el primero de este tipo que se montaba en un automóvil de producción.

Tras el fiasco del motor rotativo monorrotor del NSU Spider unos años antes, los ingenieros de Mazda consiguieron lo imposible: un motor rotativo para un turismo, fiable y duradero, incluso aunque se pusiera a diario a 7.000 revoluciones. Para demostrarlo, Mazda llevó su Cosmo Sport a la edición de 1968 del Marathon de la Route, una dura carrera de resistencia de 84 horas de duración, en el circuito alemán de Nürburgring, en la que terminó cuarto. Se convirtió en el primer clásico de culto de Mazda. Bello a la vista, divertido de conducir y fiable , el Cosmo Sport cambió la mentalidad del público hacia los motores rotativos. Su especial concepto fue, además, la base de todos los deportivos de Mazda con motor rotativo que siguieron su estela.

Años 70: Mazda RX-7

El Mazda RX-7 respondió instantáneamente a esa necesidad tan de los setenta de destacar a toda costa. Tenía un diseño en forma de cuña, la luna trasera era al mismo tiempo un portón de vidrio, tenía faros escamoteables, colores de carrocería llamativos y unas tapicerías alucinantes.

Pero es que además fue un concepto muy flexible: en los 30 años siguientes se vendió en versiones manuales de cuatro y cinco velocidades, en versión automática, como descapotable, como cupé de cuatro plazas, con motor de tres rotores, con dos rotores y turbocompresor… y se ofreció en más versiones especiales que ningún otro Mazda.

Era muy divertido de conducir, pero tragaba la gasolina a lo bestia. El motor estaba colocado en la parte media del vehículo, que unido a su tracción trasera, le proporcionaba una distribución del peso prácticamente perfecta y lo convertía en uno de los deportivos más maniobrables de su época. Se ganó una reputación en el automovilismo de competición, ganando el campeonato de la serie GTU en las 24 Horas de Daytona de 1979, el campeonato británico de turismos de 1980 y las 24 Horas de Spa un año después. Mazda vendió más de 1,8 millones de unidades del RX-7, que se convirtió en el deportivo con motor rotativo más popular de la historia.

Años 80: Mazda MX-5

En 1980, Bob Hall esbozó un pequeño roaster descapotable en la pizarra de la oficina de Kenichi Yamamoto en Hiroshima. Aquel coche no resultaba muy funcional que digamos, ni había muchos motivos racionales para comprárselo. Por eso hubo que esperar casi una década para que se aprobara su producción en serie. Mazda presentó su pequeño roadster en el Salón del Automóvil de Chicago de 1989 y, de nuevo, acertó a hacerlo en el momento perfecto.

Ganar dinero estaba de moda, era el tiempo de los yuppies, y había surgido una base de clientes jóvenes, que ascendían socialmente y querían comprar algo para mostrar su éxito a los demás. El pequeño roadster era lo bastante frívolo como para responder a esta demanda y tenía un precio que lo hacía asequible a los ingresos de estos jóvenes con éxito. Tenía faros escamoteables como los del RX-7 y un exterior compacto y con una soberbia estética. Era rápido y ligero, con un interior clásico y acogedor. Conducirlo era emocionante y, con la capota abierta, todos se volvían a mirarlo. El Mazda MX-5 vivió un éxito desenfrenado y demostró que el roadster clásico no estaba muerto, ni mucho menos. En los veinte años siguientes, prácticamente todos los fabricantes han tratado de emularlo.

Siglo XXI: Mazda 6

A finales de los noventa, Mazda sentó las bases para una década de éxito con el desarrollo de su nuevo mensaje Zoom-Zoom, fraguado en el optimismo del nuevo milenio. Se desarrolló toda una nueva generación de vehículos, y el primero de ellos fue el Mazda 6, presentado en 2002. Este modelo no tenía nada que ver con la anterior berlina media de Mazda.

La audacia de sus grupos ópticos delanteros y traseros y su frontal le daban una apariencia más deportiva que la de sus competidores. Los motores de gasolina MZR que montaba desarrollaban potencia con generosidad, al tiempo que la sincronización secuencial de válvulas lo hacía divertido de conducir. Con un amplio interior, un precio asequible y tres versiones de carrocería, el resultado fue  convertirse en la referencia de los automóviles medianos japoneses.

Si te manejas bien con el inglés, puedes aprender mucho más de la historia de Mazda con este vídeo:

http://www.youtube.com/watch?v=BTIqMnuJ9as

Fotos:

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