Hasta ahora, trabajar con robots podía ser peligroso, ya que no están capacitados para trabajar con empleados cerca. Sin embargo, a medida que surgen nuevas generaciones de robots más seguros y fáciles de usar, los fabricantes de robots se han dado cuenta de que con el software y los controles de seguridad adecuados, pueden fabricar sus productos junto apersonas.
De hecho, está apareciendo rápidamente un nuevo tipo de robot más capacitado para ser usado en lugares de trabajo. BMW, por ejemplo, ya utiliza robots de última generación para trabajar conjuntamente con los empleados humanos. Esto ocurre en la planta de Spartanburg, en Carolina del Sur, Estados Unidos.
La utilización de robots para la fabricación de vehículos no es nada nuevo. El primer robot industrial fue un brazo gigante de 1.814 kilos conocido como Unimate y se usaba para adherir piezas de fundición a puertas de automóviles en una línea de producción de General Motors (GM), allá por el año 1961.
En la actualidad, uno de los robots más destacados es Baxter, de Rethink Robotics, una compañía con sede en Boston y fundada por el pionero en robótica, Rodney Brooks. Baxter tiene cabeza, torso y dos brazos y es una máquina con sentido común que se adapta a su entorno. Hasta ahora Baxter ha sido utilizado en pequeñas fábricas de Estados Unidos, donde ayuda a empaquetar artículos en movimiento a lo largo de una cinta transportadora.
Los robots de BMW, fabricados por la empresa danesa Universal Robots, ayudan a los trabajadores en el ensamblaje final de las puertas. Estos robots trabajan con un sellador para puertas que mantiene el sonido y el agua fuera del coche, y que se aplica antes de fijar el marco de la puerta. Para Stefan Bartscher, director de innovación de BMW, «es un trabajo muy pesado porque hay que lanzar una línea de pegamento a la puerta».
El siguiente paso de BMW es probar robots en el ensamblaje final. Serán aún más sofisticados, móviles y capaces de colaborar directamente con sus compañeros de trabajo humanos. Estos robots, que empezarán a usarse en los próximos años, podrán pasar a sus compañeros humanos una llave inglesa cuando la necesiten, por ejemplo.
Para llegar hasta eso está investigando Julie Shah, profesora del departamento de aeronáutica y astronáutica del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Para ella, “a menudo, el robot tendrá que maniobrar muy cerca de la gente y posiblemente tendrá que moverse sobre la línea de montaje. Además, tendrá que hacer un seguimiento de cualquier persona que pudiera estar de pie en dicha línea y se mueva en ella».
¿Pero qué pasaría con los trabajadores? Existe la teoría de que la utilización de robots pueda dejar a la gente sin trabajo. Por el contrario, los defensores argumentan que el uso de estos robots-obreros hará que los empleados sean más productivos, liberándolos de los trabajos más pesados y desagradables.
Para Bartscher, los robots de ensamblaje final no sustituirán a los humanos, sino que les ayudarán a prolongar sus carreras. “Nuestros trabajadores se están haciendo mayores. La edad de jubilación en Alemania se acaba de elevar de 65 a 67 años, y estoy seguro de que cuando me jubile tendré 72 o algo así. En realidad, necesitamos algo que compense y mantenga a las plantillas de trabajo en buen estado de salud, y evite que trabajen durante mucho tiempo. Queremos que los robots den apoyo a los seres humanos».
Fuente: MIT Technology Review