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Mazda CX-60 puesto conduccion – 5
Luis Ramos Penabad

Mazda CX-60: el coche que miras y que mira por ti

Lo primero que ves de un coche es su exterior. La gente valora los vehículos por su apariencia. Si es grande, bonito… y sin duda el dueño del coche habrá tenido en cuenta cualidades del exterior a la hora de decidir su compra. Pero luego es el interior el que acabas viendo y viviendo cuando conduces. Y te gusta que el fabricante piense en tí, como en el nuevo Mazda CX-60. 

Es algo en lo que destacan desde siempre los coches de la firma de Hiroshima, ya que el conductor es el punto de partida y, a partir de ahí, se desarrolla todo el interior del habitáculo. El origen de Marca está muy presente en esto, impregnada de la tradición japonesa de hospitalidad denominada Omotenashi (belleza de servir a los demás):

Hay otro concepto japonés clave para entender la experiencia de conducción de un Mazda, algo que ves claramente cuando te pones al volante de un Mazda MX-5, pero que se ha impregnado ya en toda la gama. Es el Jinba Ittai, un proverbio nipón que significa jinete y caballo en perfecta unidad. Ya no solamente volante, palanca de cambio o la posición de los pedales… sino también la integración de la tecnología con la que cuentan los coches actuales.

No se trata de apabullar con pantallas, sino preocuparse de que su uso sea sencillo y seguro. E ir más allá en el caso del Mazda CX-60 y el coche mismo se adapte al conductor para perfeccionar su experiencia de conducción. Un innovador sistema de reconocimiento facial reconoce a la persona que se sienta al volante y ajusta automáticamente el entorno en función de sus características físicas y sus preferencias personales: posición del asiento, volante, retrovisores, pantalla Head Up Display e incluso la configuración del sistema de sonido y la climatización.

Posición perfecta de volante, asiento y más 

Una cámara oculta tras la pantalla del sistema de infoentretenimiento detecta la posición de los ojos del conductor y otros datos sobre su altura para estimar cuál es su complexión. A partir de ahí ocurre la magia, con el guiado automático de la posición al volante y asiento. También la pantalla del Head Up Display y los retrovisores exteriores, se adaptan solos a la posición de los ojos del conductor.

Ergonomía a la carta

El Mazda CX-60 cuenta con una función de restablecimiento automático que restaura en segundos los ajustes preferidos de cada conductor. El sistema reconocimiento facial tras identificar al usuario, adapta más de 250 ajustes y configuraciones según una base de datos almacenada en el vehículo. Desde la posición ideal de conducción ideal a los ajustes de los sistemas de sonido y climatización. El sistema puede almacenar los ajustes de hasta seis usuarios, más invitados.

Asistencia al conductor para entrar y salir más cómodamente

Todas estas tecnologías y automatización permiten que el Mazda CX-60 ayude a entrar al habitáculo. Lo consigue desplazando el volante hacia arriba y el asiento hacia atrás para facilitar tanto el acceso como la salida del vehículo.

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