Si hay algo que nos apasiona de Mazda es su apuesta por lo diferente. Lo han hecho en numerosas ocasiones. Renunciaron al dowsinzing, esos motores de pequeña cilindrada por los que apostó toda la industria y luego se demostró que no consumían y contaminaban tan poco. Han lanzado un diésel de seis cilindros en el Mazda CX-60 cuando la oferta de este combustible no deja de reducirse… y ahora lanzan un SUV híbrido enchufable, el Mazda MX-30 R-EV pero, como no podía ser de otro modo, a la manera de Mazda.
Los híbridos enchufables son una solución que resulta interesante para ciertos conductores por la que han apostado la mayoría de fabricantes en la transición hacia unas emisiones cero. En lo que va de año suponen un 5,4 % del mercado español de coches nuevos. ¿Son para ti? ¿Qué tiene de especial el nuevo MX-30 R-EV que lo hace distinto a todos? Analicémoslo paso a paso
Beneficios de los híbridos enchufables
Los coches híbridos enchufables (o PHEV, por las siglas en inglés, Plug-in Hybrid Electric Vehicle) son una opción ideal para quienes se planteen pasar de un vehículo de combustión a uno 100% eléctrico.
Cuentan con un motor de combustión interna y otro eléctrico (o varios en algún caso). El tercer elemento es una batería de una capacidad mucho mayor que en híbridos no enchufables que, además de recargarse en frenadas y deceleraciones, puede hacerlo con el propio motor de combustión o (de ahí su nombre), enchufándolo. Estos tiene varias ventajas:
- Bajo coste por km: Los recorridos en modo 100 % eléctrico son mucho más económicos que los realizados con gasolina. Si cargas en tu domicilio, incluso en una toma de corriente estándar, podrás realizar un gran número de desplazamientos a un coste casi irrisorio, sobre todo si contratas tarifas especiales que te permiten cargarlos de noche… y levantarte por la mañana con la autonomía al 100 %.
- Etiqueta Cero: Podríamos llamarle la ventaja “administrativa”. Es la reservada para los coches eléctricos y los híbridos que puedan recorrer, al menos, 40 km en modo 100 % eléctrico sin emisiones contaminantes. No tienen restricciones de movilidad en episodios de contaminación, están exentos del pago del impuesto de matriculación, hay descuentos –incluso exoneración– del impuesto de matriculación, en numerosas localidades no pagan por aparcar…
- Suavidad de funcionamiento: Siempre suelo recomendar a la gente que pruebe un coche eléctrico. No hacen apenas ruido o vibraciones, entregan el par de modo casi instantáneo… en definitiva, son muy agradables de conducir. Con un híbrido enchufable un gran número de desplazamientos se realizan así.
- Viajes largos: En este tipo de vehículos no cuentas con el hándicap de los coches eléctricos en los viajes de cientos de km que realizas alguna vez al año. De no haber un punto de recarga disponible o no contar con tiempo suficiente para cargarlo, basta con echar combustible en una estación de servicio en un par de minutos.
El camino de Mazda: el retorno del motor rotativo
El Mazda MX-30 R-EV comparte todas estas ventajas de los híbridos enchufables, pero la forma de Hiroshima eligió su propio camino para conseguirlas. Tanto a la hora de elegir los ingredientes como en el resultado final de la receta.
Los ingredientes
- Motor eléctrico: Entrega 170 CV (125 kW) y 260 Nm de par, que funciona a 355 voltios de tensión nominal.
- Motor de combustión: En lugar del motor de cilindros tradicional emplea un motor rotativo, una solución que Mazda es la referencia histórica pero que no empleaba desde el RX-8 en 2012. Eso sí, en lugar de dos rotores, es uno solo de 830 cc, muy compacto y 15 kg más ligero que el del RX-8 (al tener la carcasa lateral de aluminio en lugar de fundición de hierro).
Sus pequeñas dimensiones han permitido integrar este motor rotativo con el motor eléctrico, el desacelerador y el generador, en el mismo eje. De ese modo, cabe en el mismo vano motor del MX-30 BEV, la versión 100% eléctrica.
- Batería: Emplea la química de iones de litio (la de mayor densidad energética), con 17,8 kWh de capacidad. Con ella homologa hasta 85 km de autonomía en uso mixto y 110 km en ciudad), que es mucho comparado con otros SUV híbridos enchufables.
La fórmula
Un híbrido enchufable convencional puede emplear la energía almacenada de la batería, con el motor eléctrico moviendo las ruedas y luego la gasolina, usando el motor de combustión para moverse. El Mazda MX-30 R-EV elige otro camino, el de los híbridos en serie: las ruedas delanteras se mueven en exclusiva mediante el motor eléctrico.
El motor térmico rotativo actúa como generador, pero no está conectado a las ruedas. Es por eso que esta solución es conocida también como eléctrico de autonomía extendida.
El plato final
¿Qué consigue así Mazda? Pues que la sensación de conducción sea siempre la de conducir un coche eléctrico, con todas sus ventajas de reactividad, suavidad y silencio.
Como el motor rotativo no es el encargado de mover las ruedas (solamente se enciende para generar energía) puede moverse en todo momento en el rango óptimo de revoluciones. Eso se traduce en menores consumos. Para que sean más bajas, Mazda implementó varias novedades:
- Inyección directa de combustible: Permite distribuir la mezcla de aire y combustible al área de combustión principal y lograr una combustión más eficiente. Con este sistema se vaporiza el combustible incluso a bajas temperaturas, usando solamente el necesario.
- Sistema de recirculación de gases de escape (EGR): Funciona sobre todo a bajas revoluciones, evitando la pérdida de enfriamiento causada por las cámaras de combustión de los motores rotativos (con más superficie que las de motores de cilindros).
- Sellos Apex: Garantizan que las cámaras de combustión sean herméticas. Son más anchos y tiene un recubrimiento cerámico que reduce el desgaste y la resistencia a la fricción (lo que redunda en menor consumo).
Añadiría también que el sistema redunda en una mayor deportividad y sensaciones. Es cierto que los híbridos enchufables acostumbran a tener cifras de potencia cuando sus dos motores actúan a pleno rendimiento. Pero cuando solo uno de ellos mueve el coche, el otro motor no suma. En el Mazda MX-30 R-EV no hay rendimiento combinado, pero 170 CV mueven con una soltura fabulosa a un coche que no pesa demasiado para ser un SUV con este sistema de propulsión (1.853 kg). Así lo vimos en nuestra primera prueba:
Capacidades de batería y autonomía
En los últimos años las capacidades de las baterías ha aumentado, tratando de resolver el problema de la ansiedad de autonomía que siempre producen los eléctricos en viajes. Y eso se traduce en más peso. Y no poco. Una batería de iones de litio de un coche eléctrico, con 58 kWh de capacidad, pesa en torno a 436 kilos incluyendo carcasa y componentes. Con ese lastre consigues una autonomía del entorno de 400 km.
¿Cuál es el problema? Que en viajes largos, cargado, esa cifra se reduce –sobre todo con temperaturas frías– y tendrás que recargar… en una infraestructura que, a día de hoy, da algún que otro quebradero de cabeza. Además, la gran mayoría del tiempo estarás moviéndote cargando con un lastre que no vas a necesitar, comprometiendo el manejo del coche, gastando más energía, tardando más en frenar…
La apuesta de Mazda ha sido poner en su nuevo MX-30 R-EV una batería de 17,8 kWh de capacidad, más que suficiente para la gran mayoría de desplazamientos. La gran mayoría de conductores (me incluyo), no recorre 85 km al día. Cifra que aumenta al circular por ciudad hasta más de 100 km. Si un día tienes un viaje más largo, o surge un imprevisto y te pilla sin la batería descargada, puedes generar electricidad con el motor rotativo y el depósito de gasolina de 50 litros.
¿El peso de la batería del Mazda MX-30 R-EV? Pues 155,2 kg, casi tres veces menos que un coche eléctrico convencional. El motor rotativo es más compacto y ligero, aportando más autonomía y sin cargar al coche con un extra de peso que solamente usarás unas pocas ocasiones.
El uso inteligente de la energía
Las baterías se hacen de materiales escasos y caros. Cuanto más reducida, menor será su huella ecológica y el precio final del vehículo. Lo que sí es necesario en híbridos enchufables como el Mazda MX-30 R-EV es emplear la energía con inteligencia. No tiene sentido apostar por un coche como este si nunca vas a enchufarlo, por ejemplo. Para ello Mazda propone tres modos de la gestión de la energía:
- Modo EV: El más limpio, ya que el coche se moverá en eléctrico la mayor parte del tiempo, usando la carga de la batería hasta agotarla. Eso sí, si en un momento puntual, como en una incorporación a la autopista o un adelantamiento, pisas el acelerador a fondo se activa el motor rotativo para generar energía y que el coche acelere con la máxima potencia.
- Modo Normal: Muy similar al anterior, ya que prioriza la conducción en eléctrica mientras hasta carga suficiente en la batería. Eso sí, el motor rotativo se activa y suministra energía adicional cuando demandas más potencia.
- Modo Carga: Sirve para guardar un cierto nivel de carga en la batería (en incrementos del 10%). Así, puedes reservarla para moverte en modo 100 % eléctrico en una zona de bajas emisiones más adelante, para circular en completo silencio por una zona residencial o si necesitas usar la batería para cargar algún equipo eléctrico, ya que el coche lo permite.
Además, durante la conducción se puede ir generando energía. Además de los frenos convencionales (de disco en las cuatro ruedas), existe el sistema de frenado regenerativo. El coche recupera energía cada vez que se levanta el pie del acelerador y en el primer tramo del pedal de freno. Además, gracias a las levas tras el volante se puede controlar el nivel de frenado regenerativo a voluntad, evitando gastar pastillas y discos de freno en la mayor parte de circunstancias habituales de conducción.
Cargas rápidas. La vía para mantener consumos bajos en viajes
Cargar la batería del Mazda MX-30 R-EV, y la de cualquier híbrido enchufable, es la que permite moverte sin emisiones, de manera más económica y ecológica. Al no tener una capacidad exagerada los tiempos de carga en un enchufe convencional no se eternizan. En una toma con una potencia de 2,3 kW, por ejemplo, recargarías el coche en menos de 8 horas. Durante la noche podrías recuperar el 100 % de carga más que de sobra.
Ojo, que puedes optar por instalar un Wallbox (una toma de recarga individual en tu plaza de garaje). Hay que hacer una pequeña inversión pero puede ser interesante a medio o largo plazo. En corriente alterna, la que llega a tu casa, el cargador embarcado del Mazda MX-30 R-EV admite cargas de hasta 7,2 kW si es monofásica e incluso 11 kW en caso de usar corriente trifásica. Los tiempos se reducen muchísimo. En 1 hora y media estaría cargado en el primer caso y en 50 minutos en el segundo. Ojo, que además del punto esto supone pagar un fijo algo más alto en tu factura de electricidad, echa cuentas para saber si te interesa.
Lo que no es habitual es que los híbridos enchufables admitan cargas en corriente continua, para poder usar los puntos de recarga públicos rápidos. Solamente se ven en marcas premium como Mazda. El mX-30 R-EV admite cargas rápidas de hasta 36 kW. En un punto de esas características (la mayoría en España) puedes pasar del 20 al 80 % de capacidad en 25 minutos. De este modo puedes usar más electricidad en un viaje largo, haciendo la habitual parada para comer. Aunque estas cargas resultan más caras que la de tu domicilio, compensa realizarlas en un enchufable porque la gasolina es aún más costosa.
Tampoco es normal que un PHEV cuenta con la funcionalidad V2L (vehicle to load), para suministrar electricidad a consumidores externos. El Mazda MX-30 R-EV tiene una toma de corriente en el maletero en el que puedes enchufar cualquier electrodoméstico o dispositivo electrónico hasta una potencia de 1500 W.
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