El tuning, esa pasión desmedida por hacer de tu coche algo 100 % tuyo y extremo. Ese movimiento de los 90s-2000s que llenó paredes de jóvenes que soñaban con pegatinas de turbo y un sistema de audio que era capaz de provocar tripofobia con tanto altavoz dispuesto. Que tiempos… Y qué tiempos también de mal gusto desmedido, no como el caso que nos compete, porque hemos encontrado el kit definitivo que convierte un Mazda MX-5 Miata en un vehículo al servicio de su majestad.
No me malinterpretéis con la entradilla tuneada, yo era muy fan de la Maxi Tuning y de cómo un Yaris Verso de repente parecía un coche medianamente bonito, pero siempre tuve la sensación de que le faltaba algo al tuning, mucha fachada y poco rendimiento, ¿os pasaba lo mismo?
Buceando como es costumbre en la internet hemos encontrado un Mazda MX-5 del 93 que nos ha llamado la atención gratamente por que lleva montado el kit de tuning definitivo. Un kit de conversión de carrocería de fibra de carbonollamado AMX07 que lo convierte en un Aston Martin Vanquish V12. Como lo oyes y como lo ves:
Lo mejor de este kit es que se ha modificado por dentro y por fuera. Es lo que podemos decir un tuneo 100%. Te cambio el cuerpo pero también el corazón. Bajo ese falso cuerpo, se esconde un motor reconstruido que pasa de los 1.6 originales a los 1.8 litros. Con nuevo tren de dirección, kit de amortiguación, barras estabilizadoras, nuevos bujes en el cambio, suspensión KYB AGX y frenos cerámicos. Vamos, la casa por la ventana.
Uno de los kits más exclusivos que recordamos de lejos en la redacción. El Aston Miata, con estas modificaciones internas y externas, y con esa base tan divertida de conducir se presenta como un caramelito para los fines de semana.
El problema según el registro de California City es que esta unidad tiene un status de «no operativa» por lo que homologar tanto tuneo puede costarnos un buen dinero.
Pero qué es la vida sin un capricho, ¿no?