Los Black Series siempre han sido la pata negra de Mercedes, los modelos más extremos y con un mayor rendimiento dentro de la marca. Desde 2006 hemos podido ir viendo unos pocos ejemplares que llegaban a este nivel de distinción, aunque ese puesto estaba huérfano desde hace tiempo. Hasta que ahora llega el Mercedes-AMG GT Black Series para ser el sexto de esta dinastía y el más potente hasta la fecha. La nueva bestia de Affalterbach se trata prácticamente de un GT3 matriculado para rodar por carretera abierta.
Su valor más destacado es que lleva el motor V8 biturbo de 4.0 litros ya conocido en la marca con una serie de modificaciones para ganar potencia. Monta un cigüeñal plano en lugar del habitual Cigüeñal cruzado y cambia la disposición del escape para llegar hasta los 730 CV y 800 Nm de par, una cifra récord que se logra en este bloque bautizado internamente como M178 LS2. La transmisión automática AMG Speedshift DCT 7G ha tenido que recibir refuerzos para adaptarse a la nueva potencia.
Con esos datos no cabía duda de que las prestaciones del Mercedes-AMG GT Black Series serían superlativas. Este superdeportivo acelera de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, es capaz de llegar a los 200 km/h en 9 segundos y su velocidad máxima es de 325 km/h. Como en sus hermanos de gama, sigue siendo un coche de propulsión en el que toda la potencia pasa directamente al eje trasero. Otro de los campos donde la mejora es clara es la aerodinámica.
Basta con ver su estética, más cercana a los coches de competición de GT3 y GT4, buscando siempre mejorar la carga aerodinámica. Lo hace a través de las tomas de aire delanteras, con las Air Curtains y unos flics para dirigir el aire hacia las ruedas. El splitter frontal de fibra de carbono se puede ajustar manualmente en dos posiciones (Street y Race), mientras que hay una nuevas salidas de aire en el capó de fibra de carbono. Mención aparte merece el nuevo alerón trasero con dos planos, que también es ajustable y que integra un flap móvil que es activo.
A simple vista ya llama la atención el uso intensivo de la fibra de carbono que se ha realizado en la carrocería del Mercedes-AMG GT Black Series. Este material ligero y robusto también ha sido empleado en sus entrañas para rebajar el peso total. Todavía lo consigue con otros detalles como las llantas forjadas o los discos carbocerámicos. Mejorará su comportamiento también gracias a la suspensión con resortes ajustables AMG y amortiguación adaptativa regulable, que se ajusta con los distintos modos de conducción del AMG Dynamic Select.
En el interior tampoco pasará desapercibido gracias al uso de Alcántara en su tapicería y a esos toques naranjas haciendo contraste. Cuenta con el volante AMG Performance con los botones Touch Control y levas de aluminio integradas, mientras que su sistema multimedia cuenta con algunas vistas específicas tanto en la instrumentación digital de 12,3 pulgadas como en la pantalla principal de 10,25 pulgadas. Opcionalmente se ofrece el paquete AMG Track para sumar una jaula de seguridad, cinturones de cuatro puntos y un extintor de 2 kg.
Entre su equipamiento de serie en nuestro país ya se han confirmado algunos elementos que no están presentes en el resto de Mercedes-AMG GT. Hablamos del paquete de integración para Smartphone y Apple CarPlay, del paquete de control de carril con avisador de ángulo muerto y cambio de carril involuntario, del sistema de sonido Burmuster, los cristales tintados, paquete de aparcamiento, paquete de espejos, paquete antirrobo, listones del umbral AMG en fibra de carbono o del propio paquete AMG Track.
Todo eso habrá que pagarlo y el Mercedes-AMG GT Black Series tendrá un precio de partida elevado. En el mercado español se comercializa desde 415.000 euros, lo que supone un incremento importante respecto al resto de la gama.
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