No cabe duda de que MINI es una marca especial, con una gama formada por coches con cierto carisma y distinción. Esa cualidad se amplía cada vez que deciden hacer alguna edición especial o un one-off como el que han presentado recientemente. El MINI Strip es una creación única llevada a cabo por la firma de Oxford con la colaboración de Paul Smith que pretende centrarse en la sostenibilidad en la producción y en la reducción a la mínima esencia de su modelo más reciente.
Partiendo de la base del MINI Cooper SE eléctrico, se procedió a «desnudarlo» por completo (de ahí su nombre) para dejarlo en la estructura. A partir de ahí se fueron instalando los elementos estrictamente necesarios y siempre mirando en la sostenibilidad del proceso. En el diseño del MINI Strip se puede percibir perfectamente esa filosofía, pues reina el minimalismo por los cuatro costados. De hecho, la carrocería se dejó inacabada sin aplicar pintura de color, sino sólo una fina capa transparente para protegerla de la corrosión.
También se han dejado las marcas de amolado de la fábrica o los tornillos visibles donde irían las piezas complementarias. Las secciones de la banda negra de MINI están impresas en 3D a partir de plástico reciclado, al igual que las inserciones funcionales de los paragolpes. Llaman la atención la rejilla del radiador o las cubiertas de las llantas, elementos específicos hechos con metacrilato reciclado, que sirven para reducir la resistencia aerodinámica.
En el interior del MINI Strip ocurre algo similar a lo que se ve por fuera. Directamente se han olvidado de todas las piezas de revestimiento, dejando todas las superficies en color azul a petición explícita de Paul Smith. El salpicadero es de nueva creación, con una gran sección con acabado de cristal ahumado y eliminando la gran pantalla central. Ahora el smartphone se convierte en el centro neurálgico del coche, cuyos únicos mandos físicos son el botón de arranque y los elevalunas.
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