Ya han pasado unos cuántos meses desde que se celebró el Salón de Ginebra, una cita que siempre es una gran oportunidad para que los fabricantes más pequeños, que por unos días pueden presentar sus proyectos futuros. Este es el caso de NanoFlowcell una compañía de Liechtenstein que opera desde el año 2013 y del que hace un año conocíamos el Quant e-Sportlimousine, un prototipo de berlina deportiva con alas de gaviota que anunciaba un revolucionario sistema de propulsión… movido ¿con agua de mar?
Este año la firma se plantó allí con un proyecto todavía más ambicioso, el NanoFlowcell Quantino EV, un coupé más pequeño capaz de acaparar todas las miradas. Se trata de un coche eléctrico con una autonomía espectacular de 1.000 kilómetros, capaz de alcanzar los 200 km/h. Para conseguir estas prestaciones, el Quantino EV utiliza dos tanques de 175 litros, es decir, es capaz de llevar 350 litros de líquido iónico en total, un tanque con una carga positiva y el otro con una carga negativa.
El proceso de reabastecimiento de combustible del NanoFlowcell Quantino EV es similar al procedimiento que es habitual hoy en día en un vehículo de gsaolina o diésel. La única diferencia es que dos tanques se llenan simultáneamente, cada uno con un fluido diferente. Ese líquido milagroso alimenta los cuatro motores eléctricos, cada uno situado en una rueda del automóvil.
La combinación de estos cuatro motores eléctricos proporcionan según la marca 138 CV de potencia máxima. Lo más destacable de este sistema es que tiene una vida útil prácticamente infinita, no le afectan las variaciones térmicas y las baterías no se descargan con el paso del tiempo.
Estéticamente estamos ante un coche de marcado diseño futurista y deportivo. Su exterior se caracteriza por sus impresionantes llantas de 22 pulgadas, las aletas pronunciadas y una línea muy bien definida en 3,91 metros de longitud y 1,93 de anchura.
En cuanto al diseño interior del NanoFlowcell Quantino EV poco podemos decir, ya que las fotos son un simple boceto que sin duda cambiará si algún día llega a fabricarse. Unicamente cabe destacar la ausencia de botones físicos y la utilización de pantallas táctiles.
Aún está por confirmar si finalmente verá la luz o no, y en el supuesto de que sí lo haga, falta por saber que precio rondaría… y si ese sistema de energía revolucionario funcionaría o no. Y es que las baterías líquidas suponen un gran avance sobre las actuales sólidas, ya que como te contábamos, se recargan en un surtidor en poco tiempo y no mediante un cable y largas esperas. También tienen la ventaja de que los tanques pueden tener diferentes formas, lo que da una mayor libertad a los diseñadores a la hora de fabricar vehículos.
El problema (que no cuentan desde NanoFlowcell) es que se trata de una tecnología todavía muy poco avanzada y, hoy por hoy la densidad energética está muy lejana a la que ofrecen las baterías de litio. Así que cuesta creer que logren esa enorme autonomía anunciada, al menos a corto y medio plazo.
Fuente: NanoFlowcell
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