Nissan ha querido rendir homenaje al legendario 240Z Safari Rally Z que corrió (y ganó) en el Rally de África Oriental de 1971 y 1973 con el Juke Hybrid Rally Tribute. Aunque no logre emanar el mismo espíritu deportivo del primero, el crossover nipón es una divertida y capaz máquina que honra uno de los esfuerzos más notorios de Nissan en una era que apuesta fuertemente por la electrificación.
Empecemos con un poco de historia. En 1971, Edgar Herrmann y su copiloto, Hans Schüller, se abrieron paso por las exigentes etapas de Kenia en un Datsun 240Z, que superó a los Ford Escort (Mk. I) y los Porsche 911 para obtener la victoria general en el evento. Fue la segunda victoria consecutiva de ambos en el rally más duro del calendario del campeonato mundial, donde el trabajo incesante de las ruedas y la suspensión sobre el duro terreno y el calor sofocante pusieron a prueba al coche y sus piloto hasta el límite.
El coche venía equipado con un motor de seis cilindros en línea de 2.4 litros con un aumento de potencia de 210 CV que iban a parar a las ruedas traseras. Al igual que el tributo al Juke, el coupé ganador de rallies se equipó con una suspensión sobreelevada para poder pasar por caminos llenos de escombros, así como con una protección debajo de la carrocería para proteger partes mecánicas sensibles a golpes. También se agregó una jaula antivuelco, junto con llantas con nudos para encontrar agarre en superficies resbaladizas.
Moviéndonos al Nissan Juke Hybrid Rally Tribute, pasó de ser un boceto a un vehículo único totalmente operativo que anticipa la introducción europea del Juke Hybrid en verano. Dicho tren motriz consta de un motor de combustión interna desarrollado específicamente para funcionar en un sistema de propulsión híbrida, con 94 CV y 148 Nm. En el lado eléctrico, el motor eléctrico principal produce 36 kW (49 CV) y 205 Nm, más una contribución de 15 kW de un generador de arranque alimentado por una batería de 1,2kWh.
El resultado neto es un propulsor que proporciona un 25 % más de potencia que la opción de gasolina, con una reducción del consumo de combustible de, aproximadamente, un 40 % en el ciclo urbano, y hasta un 20 % combinado. A estas cifras también colabora una caja de cambios automática multimodal de baja fricción con cuatro marchas para el motor térmico y dos para el eléctrico. Lo curioso es que no utiliza un embrague al uso, por lo que arrancar siempre será en modo eléctrico, como en los modelos E-Tech de Renault.
Exteriormente, la modificación más clara son los pasos de rueda agrandados para acomodar los neumáticos todoterreno hechos a medida (265/70 R16), mientras que el juego de luces montado sobre el capó y el techo recuerdan a las de hace 50 años. Del igual forma, el capó y las ruedas negras son un homenaje visual al vehículo de 1971. El uso de los patrocinadores de época y el número 11 también reflejan aspectos del 240Z de rally, al igual que las placas reforzadas adicionales debajo de los faldones delantero y posterior.
A bordo, el interior se ha modificado con la instalación de una jaula tubular para endurecer la carrocería y ofrecer protección en caso de un incidente a gran velocidad en el desafiante entorno desértico. Se han retirado los asientos traseros para dejar espacio para las ruedas de repuesto y se han añadido arneses de cuatro puntos que sujetan firmemente al conductor y al navegante en sus asientos de competición. Tampoco falta un extintor, un sistema de intercomunicación con un par de auriculares o un freno de mano hidráulico.
Como probablemente habrás adivinado, el Nissan Juke Hybrid Rally Tribute es un proyecto único que no está destinado a la producción. Dada la naturaleza de estilo de vida urbano del crossover, no esperamos que ningún propietario de Juke Hybrid se sienta inspirado por el concepto de una conversión de bricolaje, aunque un Juke preparado para todo terreno sin duda se vería genial. Si tan solo viniera con tracción total y más potencia…
Fuente: Nissan
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