El estreno mundial del Opel Frontera tuvo lugar en 1991, durante el Salón del Automóvil de Ginebra. Es un vehículo particularmente interesante dentro de la firma del rayo porque, en verdad, no es completamente alemán, sino una versión europeizada del Isuzu MU (Mysterious Utility). De hecho, la primera generación fue casi completamente idéntica a su antepasado japonés, con cambios que afectaron tan solo al apartado mecánico.
La transmisión se fabricaba en Japón, los motores en Alemania (los primeros diésel eran de origen italiano) y el coche como tal se ensambla en Inglaterra. Tanto Opel como Isuzu eran parte del conglomerado de General Motors (GM), y esta última aprovechó la experiencia del fabricante nipón en el sector off road para crear un nuevo SUV en Europa. Y decimos SUV y no todoterreno porque, aunque era un vehículo muy capaz fuera del asfalto, GM se enfocó en hacerlo bueno sobre este tipo de superficies.
Podríamos decir que el Opel Frontera introdujo una nueva dinámica de conducción en el sector todoterreno, siendo más amigable y capaz en condiciones normales de manejo, sin sacrificar ninguna destreza a la hora de afrontar terrenos difíciles. Y acertaron, ya que el Frontera se convirtió rápidamente en un éxito. Fue votado como el todoterreno del año en Alemania en 1991 y 1992, y en 1993 se había convertido en el todoterreno más vendido en Europa, con más de 320.000 unidades adjudicadas.
Cuando salió a la venta en 1991, el Frontera estaba disponible en dos variantes. Un Frontera Sport de dos puertas con techo rígido y distancia entre ejes corta estaba propulsado por un motor de gasolina de 2.0 litros con 115 CV. Por otro lado, un Frontera de cinco puertas de batalla larga estaba disponible con un motor de gasolina de 2.3 litros y 125 CV o un turbo diésel de 2.3 litros y 100 CV. Ambos motores de gasolina tenían un convertidor catalítico de serie, siendo más “limpios” que sus competidores.
La transmisión se basaba en una caja de cambios manual de cinco velocidades y una caja de transferencia, lo que permitía al conductor cambiar entre tracción trasera y total con modos de conducción 4×4. Un diferencial trasero de deslizamiento limitado estaba disponible como opción. Asimismo, el Frontera se asentaba sobre un chasis de escalera que también llevaba la suspensión y el tren motriz. La carrocería se fijaba al marco mediante soportes de goma especiales (10 para el de dos puertas y 12 para el de cinco).
En 1998, se lanzó la segunda generación del Frontera con un nuevo propulsor de gasóleo de inyección directa de 2.2 litros y uno de gasolina V6 de 3.2 litros. Con una nueva apariencia y un manejo en carretera sensiblemente mejorado, la última evolución del Frontera también incluía un sistema electrónico bajo el nombre de “No Stop 4×4” en todos los modelos, que permitía a los conductores cambiar entre tracción trasera y tracción en las cuatro ruedas sin la necesidad de detenerse previamente.
El manejo y la estabilidad en el renovado modelo se incrementaron mediante el empleo de un eje trasero de cinco brazos y una distancia entre ejes más larga en la carrocería de cinco puertas, mientras que el uso de motores más silenciosos y un mejor sellado de las puertas ayudaron a reducir el ruido a bordo en un 50 %. El Frontera también mejoró la seguridad de sus ocupantes gracias a los airbags de tamaño completo y tensores de cinturón de seguridad para el conductor y el pasajero delantero.
Durante sus 13 años de producción, el Opel Frontera se hizo conocido como un vehículo resistente y duradero, a pesar de que durante sus primeros años de vida no gozó de una reputación demasiado buena gracias a unos motores poco fiables y gastones, y un manejo que distaba mucho del de un turismo. Con el tiempo se mejoraron todos los aspectos, lo que unido a su diseño y sus capacidades todoterreno, convirtieron al Frontera en un precursor del Antara (2006) de los SUV modernos de hoy.
Como curiosidad, GM comercializó el Fronetra en los EE. UU. como Amigo y Rodeo Sport, y en América del Sur como Frontier. Otras versiones incluyeron el Vauxhall Frontera británico, el Holden Frontera australiano, el Chevrolet Frontera egipcio y el Rodeo en centroamérica. Y finalmente, estaba el Honda Jazz. Sí, de verdad, el Frontera se vendió en Japón con el mismo nombre que el pequeño monovolúmen de la firma japonesa. Para ver las versiones de Opel, echa un vistazo a la amplia galería.
Fuente: Opel
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