El Bugatti Chiron es uno de los coches más superlativos que podamos encontrar en la actualidad. Se trata de un ejemplar que ha alcanzado nuevos niveles en muchas cotas, rozando la exageración en algunos casos. Un claro ejemplo es su motor W16 con cuatro turbos y 8.0 litros, capaz de desarrollar nada menos que 1.500 CV y 1.600 Nm de par. Pero, un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y por eso tenemos que hablar de sus frenos.
El Chiron también destacaba por potencia de frenado. Con sus discos carbocerámicos y sus pinzas de ocho pistones delante y seis pistones detrás, es capaz de frenar de 100 a 0 km/h en apenas 31,3 metros y de 200 a 0 km/h en 125 metros. Aunque ahora la marca ha querido mejorar aún más este aspecto y presentan las pinzas de freno más grandes del sector. Un componente hecho con una tecnología novedosa.
Se utiliza una nueva técnica que nunca antes se había aplicado en las pinzas de freno: la impresión 3D. Todavía se encuentra en fase de desarrollo y los Chiron siguen saliendo con el sistema de frenado de serie, pero parece que esta novedad podría aplicarse dentro de poco. El resultado son unas pinzas de freno hechas íntegramente de titanio, que mejoran el rendimiento al ser mucho más resistentes y ligeras que las anteriores.
El peso se reduce desde los 4,9 kg hasta unos sorprendentes 2,9 kg con la nueva técnica, algo a tener en cuenta en un elemento de 40 centímetros de largo y 20 centímetros de ancho. Anteriormente se hacían pinzas de aluminio (con pistones de titanio) debido a la complejidad del proceso. Pero gracias a la impresión 3D los resultados son impresionantes y se simplifica bastante. Cada pieza de titanio tarda en hacerse unas 45 horas y cuatro láseres se encargan de colocar sus 2.213 capas.
Fuente – Bugatti
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