La localización espacial resulta esencial en nuestro día a día: desde dónde estamos, la orografía del terreno hasta las infraestructuras y de qué forma han de ser construidas en base a estos datos, de manera precisa y detallada. Pero como bien sabemos, la Tierra está en continuo movimiento sin que nos percatemos.
El movimiento de placas tectónicas trae por la calle de la amargura al continente australiano, y es que cada año el país se mueve siete centímetros al norte. La traslación anual en los sistemas de navegación por satélite es un problema, sobre todo si te guías por GPS, y con el futuro de los coches autónomos llamando a nuestra puerta, Australia ha de buscar una solución a los caprichos de la corteza terrestre.
Por ello han decidido mover su longitud y latitud para que las coordenadas y la posición real del continente se correspondan y no difieran en más de un metro. Las variables de longitud y latitud que recorren los mapas de los países son invariables; aunque la Tierra se mueva, estas líneas se mantienen en el mismo lugar. El sistema de coordenadas australiano fue actualizado por última vez en 1994; desde entonces, el continente se ha movido un metro y medio aproximadamente hacia el norte.
Si existe un desfase entre la información que tiene almacenada el coche y la geografía del lugar que recorre, habrá problemas, más allá de los surrealistas accidentes que han provocado los GPS a conductores que se toman al pie de la letra sus indicaciones (si te dice que gires a la derecha y no hay calle, no gires).
Por ello el 1 de enero de 2017el centro de Australia «se desplazará» 1,8 metros para solucionar este desfase en 2020, año en el que los datos se corresponderán con el movimiento del continente y durante el cual está previsto que llegue al mercado de masas el coche autónomo. Para entonces planean instalar un sistema que ajuste las coordenadas en tiempo real.
Por el momento en país australiano no se usan coches autónomos, pero en sus granjas sí operan tractores sin conductor. Si las coordenadas del sistema de navegación no se alinean con la información acerca de la granja, puede desatarse el caos. O igual no tanto, pero sigue siendo un problema que ha de ser resuelto.
Vía: ABC, Geoscience Australia.