El director ejecutivo de Stellantis, Carlos Tavares, declaró que la presión para que los fabricantes de automóviles tradicionales aceleren la transición hacia a los coches eléctricos podría amenazar los puestos de trabajo y la calidad de los propios vehículos, ya que las compañías automotrices luchan por administrar los elevados costes de producir vehículos electrificados y eléctricos puros.
Durante una entrevista en la conferencia Reuters Next, Tavares afirmó que estos nuevos costos están “más allá de los límites” de lo que la industria del automóvil puede soportar y que también podrían obligar a algunos fabricantes a cobrar precios más altos por sus coches (y vender menos de estos), o quizá acepten unos márgenes de beneficio inferiores, aunque, en su opinión, ambos escenarios conducen a recortes. Y esta es una presión no solo ejercida por los consumidores, también por los gobiernos de los países y los inversores.
“Lo que se ha decidido es imponer a la industria automotriz una electrificación que trae un 50 % de costes adicionales frente a un vehículo convencional”, dijo. “No hay forma de que podamos transferir el 50 % de los costes adicionales al consumidor final porque la mayoría de las partes de la clase media no podrán pagar”. Asimismo, un informe de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) podría revertir esa tendencia, prediciendo que los precios de las baterías podrían subir en 2022 debido a problemas en la cadena de suministro.
El jefe de Stellantis también dijo que la forma en que su empresa está tratando de evitar la reducción de costos es aumentando la productividad a un ritmo mucho mayor que la norma de la industria. “Durante los próximos cinco años, tenemos que digerir el 10 % de productividad al año… En una industria que está acostumbrada a entregar de 2 a 3 % de productividad, el futuro nos dirá quién podrá digerir esto y quién fallará. Estamos poniendo a la industria al límite”.
A pesar de que se espera que los costes del coche eléctrico bajen, algunos analistas proyectan que tanto los híbridos como los coches motores de combustión interna de apoyo no alcanzarán la paridad de precio hasta en algún momento de la segunda mitad de esta década, de acuerdo con EuropeAutonews. Junto con Mercedes-Benz, Stellantis también está invirtiendo en Factorial Energy para desarrollar la tecnología de baterías de estado sólido, que podría comenzar a verse en algunos modelos de nicho hacia fines de la década.
En términos de finanzas, a pesar de gigantes automotrices como Stellantis tiene una notable y destacada experiencia ya en esta industria, los inversores aún valoran a empresas dedicadas a la construcción de coches eléctricos como Tesla o Rivian más que a una entidad que posee hasta 14 marcas (que, por lo demás, siguen siendo muy rentables).
Fuente: Reuters