Recientemente Ana Botella, actual Concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, se reconocía incapaz para combatir los altos niveles de polución en la ciudad, provocados en gran parte por el descomunal volumen de tráfico rodado.
Desde 2010, la Unión Europea exige a los estados miembros una media anual máxima de dióxido de nitrógeno de 40 microgramos por metro cúbico, circunstancia que desde esa misma fecha y mucho antes, no cumplen ni Madrid ni Barcelona.
Aunque la señora esposa de José María Aznar se vea incapaz para tal empresa, grandes capitales de todo el mundo si cumplen los requisitos y en otras ya se han puesto en marcha planes efectivos para lograrlo. A continuación, algunas ideas para la mente obtusa de la señora consejera.
Londres es todavía una de las capitales europeas más contaminadas y cada año 4300 ciudadanos mueren como consecuencia. Sin embargo y anque con tardanza, las autoridades locales pusieron en marcha medidas importantes que han surtido su efecto. En 2003 se introdujo un peaje para los vehículos privados que circulan por el centro de la ciudad y en 2008 una tasa variable, mayor para los vehículos más contaminantes y menor para los más ecológicos o menos nocivos.
Ahora, la mirada está puesta en los taxis, responsables según las estadísticas de la quinta parte de las emisiones contaminantes en la capital británica. Para atajar la situación no se renovará la licencia a los vehículos de más de 15 años de antigüedad y se fomentará la introducción de taxis eléctricos. Además, a partir de 2012 los camiones y microbuses que deseen circular por el centro, tendrán que adaptarse a unas condiciones más endurecidas.
Roma es una ciudad que también sufre la congestión del tráfico. En un período de 11 días consecutivos, las estadísticas demostraron que se superaron los límites permitidos de concentración de partículas nocivas y es que no en vano, por cada 1000 habitantes, hay 970 vehículos registrados.
Hasta hace dos años era un buen ejemplo; se circulaba por la ciudad en función al número de la matrícula, unos días los pares y otros los impares, con lo que se lograba reducir el volúmen de tráfico hasta un 50%, pero el nuevo alcalde, del derechista partido de Silvio Berlusconi, anuló la medida y ahora la ciudad vuelve a sufrir las consecuencias.
Pekín es una de las ciudades más contaminadas del planeta. La entrada más o menos visible del capitalismo en el oficial régimen comunista, ha provocado un aumento masivo de coches en los últimos tiempos.
En apenas cinco años desde 2005, la cifra de vehículos ha aumentado en casi dos millones y cada día se suman 22.000 de nueva propiedad.
Ante esta situación, desde 2010 las autoridades han restringido la matriculación de nuevos vehículos a 240.000 unidades y además los coches no registrados en la capital tienen que solicitar un permiso especial para circular, mientras que los residentes, copiando el antigüo modelo romano, pueden utilizar sus coches unos días determinados a la semana dependiendo del número de matrícula.
Los Ángeles tiene el dudoso honor de ser una de las urbes con el aire más sucio de todo los Estados Unidos, pero en la última década ha logrado importantes avances para revertir la situación, básicamente limitando las emisiones de los vehículos e incentivando la compra de coches híbridos y eléctricos mediante beneficios fiscales.
Nueva York, pese a su nivel de población no tiene ese problema. Ha peatonalizado algunos puntos clave de la ciudad como Time Square y su envidiable sistema de transportes público provoca que muchos opten por dejar el coche en casa. Los esfuerzos se centran en los taxis y ya premían a los profesionales de este sector que decidan optar por un vehículo eléctrico.
México DF es una de las ciudades del planeta con un mayor embotellamiento de tráfico, responsable en gran parte de la histórica mala calidad del aire.
En 1992 solo hubo 8 días aptos para respirar y ante esta situación se comenzaron a tomar medidas drásticas que hoy ya tienen su efecto, entre ellas la reorganización del tráfico privado.
La ciudad cuenta con 4,5 millones de vehículos a los que hay que sumar 250.000 nuevos cada año, que deben atenerse a un sistema de control permanente según su potencial contaminante.
Los coches eléctricos o híbridos reciben una pegatina con dos ceros que le permite circular todos los días y pasar una revisión bianual. La pegatina con un solo cero también permite circular todos los días, pero están obligados a pasar una revisión cada seis meses, mintras que los vehículos que reciban una con el número 2, se quedan sin circular un día a la semana y un sábado al mes. En la actualidad hay 219 días aptos para respirar bien en la capital de México.
En Francia se aprobó una normativa por la cual en las ciudades de más de 250.000 habitantes, al pasar unos determinados niveles de contaminación, se prohíbe circular a la mitad de los vehículos, un día a los de matrícula par y otros a los de matrícula impar. Sin embargo en París solo se ha aplicado una vez y fue suficiente para demostrar su efectividad. Se redujo el volúmen de tráfico al 30%, la calidad del aire mejoró sustancialmente y los transportes públicos fueron aquel día de uso gratuito.
Vía: El País