Las abuelas vienen pisando fuerte o más bien acelerando sus impresionantes cochazos que emplean para los quehaceres diarios. A la alocada aventura de dos ancianas y un Lamborghini, se suma ahora esta mujer polaca de 81 años que emplea para sus recados un Subaru WRX STI (vehículo que nosotros también hemos podido probar).
Michalina Borowczyk-Jedrzejek ha ahorrado durante 13 años para poder comprarse un coche de rallyes que se pudiese conducir en el día a día pero su escasa pensión de 500 euros no le permitía recaudar el dinero suficiente para comprarse un vehículo de estas características. Sin embargo, la vida por fin le ha sonreído con la herencia de unos pisos que ha puesto en alquiler para así llegar a multiplicar sus ingresos. El montante que ha logrado juntar le ha permitido convertir su sueño en realidad con este deportivo japonés de 300 CV valorado en 46.000 euros.
La entrañable abuela ha concedido una entrevista a la cadena local Onet.TV en la que, guantes en mano, no duda en dar una vuelta con el reportero confirmándole que recorre 15.000 kilómetros al año, distancia que alcanza con los viajes de ida y vuelta a Czestochowa, Cracovia y Wroclaw.
Está claro que la velocidad corre por sus venas y es que a un amante del motor en toda regla no le importa la edad que tenga para disfrutar del asfalto. Como decía Abraham Lincoln «al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años».
Esta abuela lo sigue a raja tabla por eso no ha dejado pasar la oportunidad de disfrutar al volante de su Subaru WRX STI, un «vehículo con alma» según explica la propia Michalina. «Este coche tiene alma, un corazón, a diferencia de otros. Me enganchó», afirma al volante la polaca de 81 años. Antes de él, había disfrutado de varios modelos de Opel, de un BMW y un Mazda.
Dando envidia a mayores y jóvenes, esta singular mujer es el ejemplo vivo de la pasión por la velocidad y la sensación en Polonia ya que ahora es una máquina concediendo entrevistas. Lo malo es que solo habla polaco, lo que dificulta disfrutar por completo de su charla aunque eso no impide que nos emocione su felicidad conduciendo este cochazo.
Vía: El Comercio, Autoevolution
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