La tapicería de tartán es uno de esos componentes que perduran en la memoria automovilística de la mayoría de usuarios. Aunque se suele atribuir directamente al Volkswagen Golf GTI, que es el modelo que consiguió democratizarla, lo cierto es que anteriormente había aparecido en otros vehículo mucho más exclusivo. El Porsche 911 Turbo la incluyó en su lista de opciones en 1974, que son dos años antes del lanzamiento del primer Golf GTI. Tuvo tanto éxito en 1976 este equipamiento saltó al resto de versiones del 911…
La tapicería de cuadros denominada como tartán tiene su origen en Escocia. Es la cuna de este tipo de tejidos en el que se entretejen hilos de distintos colores con un motivo concreto para cada clan. Sirve como identificativo y da un aire muy reconocible, algo que también ha sabido apreciarse en el mundo de la moda. De hecho, que Porsche lo incluyese en sus coches se debe a una bonita casualidad. Anatole Lapine, directos de diseño de la marca, apareció un buen día con unos pantalones de tartán que sirvieron de inspiración para ello.
Su compañera Dorothea Müller-Goodwyn, estilista en esos años para Porsche, fue la encargada de conseguir la tela ideal para esta tapicería. Se pusieron en contacto con proveedores escoceses, aunque no es lo mismo hacerlo para una prenda de ropa que para un vehículo, pues la resistencia ha de ser mayor. Sin embargo, encontraron una empresa cercana a Weissach que solucionó ese problema. La gente de Berger era capaz de hacer ese tejido de tartán con un estándar de calidad propio de un Porsche.
Se pusieron manos a la obra y en 1973 presentaron en Frankfurt el prototipo Porsche 911 RSR Turbo. En sus asientos se veía el patrón Black Watch, el mismo con los colores azul, verde y negro que habían portado los pantalones de Lapine aquel día. Hubo más configuraciones, pues el 911 Turbo «Nº 1» que fue entregado a Louise Piëch presentaba un tartán McLaughlin (MacLachlan en escocés) en rojo y azul muy llamativo. Ya en 1974 se sumó el tartán Mackenzie, con los tonos beige, rojo, azul, blanco y verde oliva.
Aunque era un opcional en el primer Porsche 911 Turbo (930), lo cierto es que la acogida de estas tapicerías fue muy buena. Tanto es así, que poco más de un año después lo sumaron al resto de la gama. Desde entonces, siempre ha sido un elemento muy característico y atemporal, que ha sido reinterpretado en múltiples ocasiones. La marca alemana lo sigue trabajando a través del programa Porsche Exclusive Manufaktur.
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