El gigante automovilístico quiere estar a la altura de los imbatibles Apple, Google y Uber. Y es que Toyota ha invertido 1.000 millones en el Toyota Research Institute (TRI), un centro de investigación basado en la inteligencia artificial y la robótica.
De hecho, según su CEO, Gill Pratt, sus principales retos se resumen en cuatro puntos: esperan desarrollarcoches incapaces de provocar un accidente, independientemente de las habilidades o condiciones del conductor, incrementar el acceso a los coches a personas con movilidad reducida o necesidades especiales, crear robots que ayuden en las tareas del hogar y a las personas mayores y aplicar las técnicas de la inteligencia artificial en la ciencia.
Pratt, líder en robótica, resume el espíritu de TRI en una frase, que aleja la marca cada vez más de los coches convencionales: «Es totalmente posible que los robots sean para la Toyota de hoy lo que fue la industria automovilística cuando Toyota fabricaba telares», según recoge el MIT Technology Review. Y ponen como fecha para materializarlo 2021.
Los vehículos semi autónomos de Toyota prometen ser una especie de ángel de la guarda, que, a diferencia de la tecnología totalmente autónoma de Tesla, pretenden que se activen en caso de colisión inminente.
El problema es que el coste de uno de estos vehículos podría ser demasiado elevado, dado que se puede dar el caso de que nunca lleguen a necesitar usar esta tecnología. Por su parte, los robots domésticos se diseñarán para que tengan que interactuar con puertas, sillas, personas y mascotas.
El TRI trabaja mano a mano con la Universidad de Massachussets y la de Standford así como con el Instituto Tecnológico de Massachusetts, y tiene su sitio en el mejor lugar que una empresa tecnológica puede soñar: Silicon Valley. Esperamos que continúen siendo el «unicornio» de las empresas automovilísticas y los robots cortacésped que se tragan las toallas sean cosa del pasado.
Fuente: Toyota Research Institute