Un paseo por las nubes… Parafraseando el título de la película dirigida en 1995 por el director español Vicente Aranda, protagonizada por Keanu Reeves y Aitana Sánchez-Gijón, con banda sonora del maravilloso compositor francés Maurice Jarre, es lo que pretende realizar el más grande piloto de la historia del Mundial de Rallyes, Sébastien Loeb, a los mandos de un espectacular Peugeot 208 T16, patrocinado por Red Bull, en la mítica Pikes Peak, el próximo 30 de junio.
Hace un par de semanas ya nos hicimos eco, en este mismo espacio, de los primeros datos de esta noticia que tanta expectación ha levantado y que los principales artífices de que este proyecto se lleve a cabo (Peugeot y Red Bull) están administrando con cuentagotas para obtener un importante rédito publicitario… Claro que contando con un “primer espada” como es el caso del pluricampeón Sébastien Loeb, y si la máquina no falla, es más que probable que el éxito esté casi asegurado.
El Peugeot 208 T16 Pikes Peak, que recuerda en sus líneas exteriores vagamente al modelo de calle, es un auténtico prototipo que se inscribirá dentro de la clase “Unlimited”, la más importante de entre aquellas en las que se estructura la mítica prueba que discurre por las más altas cumbres de las montañas de Colorado (EE.UU.), ya que permite una casi absoluta libertad reglamentaria.
Peugeot, cuenta con un indudable bagaje deportivo para afrontar este reto, sobre todo con sus victorias, hace no muchos años, en los Sport Prototipos de resistencia, con el Peugeot 908, de donde, con toda seguridad, obtendrán una importante experiencia a nivel aerodinámico, tan importante en esta prueba (no conviene perder de vista los imponentes spoilers y alerones a los que recurren muchos de los participantes, con los que ganar apoyo, y pegarse materialmente al suelo). Además al estar, desde el año pasado, completamente asfaltado todo el recorrido, las especificaciones y los reglajes se parecen mucho más a los de los vehículos ganadores de las 24 horas de Le Mans.
No ha trascendido, de momento, información referida a la arquitectura, potencia o par motor desarrollados por el propulsor, amén de otros importantes detalles técnicos, como si se empleará tracción trasera o total, etc. Por lo que suponemos que a medida que se aproxime el 30 de junio se irán dando a conocer. Tampoco se nos ha mostrado la decoración definitiva, puesto que la carrocería presenta la fibra de carbono “desnuda” y los logotipos de los patrocinadores en blanco, aunque seguramente adopte un diseño espectacular, acorde con la importancia de la prueba.
La marca francesa ha desarrollado este prototipo en un tiempo record, pues el visto bueno al proyecto no tuvo lugar hasta el mes de noviembre del pasado año, y el prototipo no ha estado totalmente terminado hasta febrero.
Para los menos avezados en la materia, recordaros que la Pikes Peak International Hill Climb, también conocida como “la carrera hacia las nubes”, es la carrera americana más antigua después de las 500 Millas de Indianápolis. Su peculiaridad radica en la altitud a la que se celebra, pues se parte de los 2.800 metros de altura, para finalizar 20 kilómetros y 156 curvas después a más de 4.300 metros de altura, lo que implica un desnivel de más de 1.400 metros, con una pendiente media del 7% y una máxima del 10,5%, donde los motores se ven sometidos a un importante esfuerzo por la notable pérdida de potencia que sufren durante el recorrido (que puede llegar a disminuir un 30%)
El actual record de la prueba está en posesión del piloto californiano Rhys Millen, que a los mandos de un Hyundai Genesis Coupé de más de 700 CV de potencia, cubrió el recorrido en 9’46’’164 (a una velocidad media de 122.72 km/h) ¿Estará el 9 veces Campeón del Mundo de Rallyes en condiciones de batirlo? Cosas más difíciles nos ha demostrado…
Aquí os dejamos un vídeo en el que se hace una comparativa visual entre el Peugeot 405 T16, con el que el piloto finés Ari Vatanen consiguió la victoria en 1.988, y el Peugeot 208 T16 Pikes Peak, que pilotara “Seb”:
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