Cuando escuchamos sobre el efecto mariposa, pensamos en que esas cosas inconexas pueden tener implicaciones entre sí. La verdad es que este fenómeno de la teoría del caos, en realidad, muestra cómo a menudo nos perdemos en lo conectado que está todo. Un buen ejemplo es la crisis de las cadenas de suministros a la que se está enfrentando el mundo. Y detrás de la falta de microchips, viene la del vidrio para las lunas y ventanillas.
De acuerdo con The Wall Street Journal, la industria automotriz está preocupada. Volkswagen, supuestamente, está almacenando ventanillas y parabrisas. Las compañías de bebidas estarían comprando existencias de botellas de cristal para evitar una crisis. Y la explicación de la nueva preocupación es que el vidrio necesita mucha energía para su fabricación, más concretamente gas natural. Con la invasión rusa a Ucrania, comprar el gas al invasor alimenta la maquinaria de guerra. En otras palabras, no es una opción.
El problema es que la industria alemana depende en enorme medida del gas ruso. Se fabrican múltiples componentes destinados a automóviles en Alemania o en países de Europa del Este, que necesitan la misma fuente de energía o están demasiado cerca de la guerra para no verse afectados por ella de una forma u otra. Cualquier falta de vidrio tendrá un efecto inmediato en los fabricantes de coches, dado que se trata de un componente esencial. Puedes recibir el tuyo sin algún extra tecnológico, pero no sin lunas.
Las empresas que reemplazaban unos chips por otros para no perder entregas en el pasado no tendrán ahora esa opción con este imprescindible material. O el coche tiene lunas y parabrisas, o no se puede entregar al cliente. Si no hay suficiente vidrio, la gran mayoría de los vehículos, simplemente, no se pueden fabricar. Según el periódico estadounidense, no hacer provisión de vidrio es trabajar con la idea de importar lo que necesitan de países que no están enfrentando una crisis energética, que es casi toda Europa.
Dependiendo de dónde se fabrique el vidrio, su precio puede ser mucho mayor al de las piezas fabricadas localmente, lo que también repercutirá inevitablemente en un aumento de la tarifa de los coches nuevos. Teniendo en cuenta que la ausencia de vidrio estaría fundamentalmente relacionada con la crisis energética, esto puede ser más difícil de resolver que el problema de los semiconductores. Depende de encontrar otras fuentes de gas natural distintas de Rusia o diferentes fuentes de energía, como la energía nuclear.
Alemania ya dijo que no cambiaría sus planes de cerrar sus últimas plantas nucleares, por lo que la perspectiva es que incluso más cosas que dependen de la energía pueden volverse más difíciles de fabricar y más costosas. A medida que Moscú reduce las exportaciones de gas natural a Europa en su enfrentamiento con Occidente por Ucrania, los gobiernos europeos deben elaborar planes de contingencia para alentar la conservación y racionar el gas entre las industrias intensivas en energía en caso de que se agoten los suministros.
Fuente: The Wall Street Journal