Volvo afianza, con pasos firmes, su compromiso con el medio ambiente al anunciar que cesará la producción de vehículos diésel a principios de 2024. En su hoja de ruta hacia la electrificación total, la compañía se enfoca en la venta exclusiva de vehículos eléctricos puros para 2030 y aspira a ser una empresa climáticamente neutral para 2040.
Desde su fundación en 1927, Volvo ha ofrecido a sus clientes y seguidores una filosofía basada en la «libertad de movimientos», ahora complementada por su intención de ser sostenible y de reducir paulatinamente su huella de carbono. Este movimiento la sitúa como una de las empresas tradicionales que poco a poco ha ido soltando lastre en motores de combustión, especialmente en los diésel.
Objetivo climático
Volvo ha establecido metas claras en su camino hacia un futuro más sostenible. Su objetivo para 2030 es vender únicamente vehículos eléctricos puros, lo que marca un compromiso firme con la electrificación total de su gama. Además, para 2040, la empresa se esfuerza por alcanzar la neutralidad climática, un logro que refleja su dedicación a combatir el cambio climático y reducir su huella ambiental en la producción de sus vehículos.
Esta hoja de ruta ambiciosa demuestra que Volvo está dispuesta a liderar la transición hacia una movilidad más sostenible cuyo primer movimiento lo tendremos presente en escasos meses cuando el último Volvo diésel salga de las fábricas de la casa sueca.
La Coalición Accelerating to Zero (A2Z)
Volvo Car se ha unido a la coalición Accelerating to Zero (A2Z) como parte de su compromiso con la movilidad cero emisiones. Esta coalición reúne a diversos actores de la industria automotriz y tiene como objetivo lograr que el 100 % de las ventas mundiales de automóviles y furgonetas nuevos estén libres de emisiones de escape antes de 2040, y antes de 2035 en los principales mercados.
La participación de Volvo Car en A2Z muestra su voluntad de colaborar y coordinar acciones con otros interesados para acelerar la transición hacia vehículos más limpios.
Para contextualizar en este sentido; Anders Kärrberg será ponente en varias semanas en la Semana del Clima de Nueva York donde expondrá los detalles de su «huida» de las motorizaciones diesel y donde expondrá los objetivos de neutralidad de Volvo.
La plataforma A2Z nos permite colaborar y coordinar acciones con otros interesados en pro del objetivo común de «lograr que el 100 % de las ventas mundiales de automóviles y furgonetas nuevos estén libres de emisiones de escape antes de 2040, y antes de 2035 en los principales mercados».
El último Volvo diésel
Este movimiento marca un hito en la industria automotriz al convertir a Volvo en uno de los primeros fabricantes tradicionales en tomar esta decisión. La eliminación de los motores diésel de su oferta de productos refleja la rapidez con la que está evolucionando la industria del automóvil en respuesta a las demandas del mercado y la creciente conciencia ambiental.
Como dato, hace solo cuatro años el motor diesel era uno de los principales negocios en Europa, esto es extensivo a todos los fabricantes, no solo ha Volvo que han visto como la oferta y demanda de motores ha cambiado en muy poco tiempo. Las normativas más estrictas y el impulso general del mercado hacia la electrificación han propiciado que por primera vez, el diesel pase a un plano menor en ventas.
La menor presencia de vehículos diésel en las calles también tiene un efecto positivo sobre la calidad del aire urbano; aunque los motores diésel emiten menos CO2 que los de gasolina, desprenden más gases que, como el óxido de nitrógeno (NOx), tienen un efecto perjudicial sobre la calidad del aire, especialmente en las zonas densamente urbanizadas.
Fuente: Volvo