Análisis | ¿Interesa comprar coche diésel?

Hay diferentes motivos por los que las ventas de coches no acaban de despegar. Desde luego, los precios altos no ayudan, como tampoco lo hacen el aumento de los tipos de interés que encarecen los préstamos del coche. Pero hay otra razón subyacente que hace que muchos posibles interesados no acaben de dar el paso, la incertidumbre tecnológica. No se sabe si apostar por un híbrido, si dar el paso a por alguna opción con enchufe o esperar a que la tecnología e infraestructura se desarrolle un poco más. E, incluso haciendo muchos kilómetros al año, se duda si elegir un diésel.

Ya habíamos realizado un artículo en profundidad sobre los pros y contras de cada combustible, pero el diésel es especial. Demonizado por unos, alabado por otros, vamos a intentar aclarar qué peculiariedades tienen los motores de gasóleo, porqué gastan menos que gasolina equivalente, evolución de sus ventas, si es cierto que contamina más y, sobre todo, si a estas alturas interesa en algún tipo de coche nuevo:

Qué es un motor diésel

Retrocedamos en el tiempo más de 130 años. En 1892 Rudolf Diesel patenta en Alemania un motor que no necesita chispa para iniciar la combustión. ¿Cómo lo hace? Con las altas temperaturas derivadas de la alta relación de compresión del combustible.

Los primeros prototipos usaban aceites naturales. En concreto, el primer combustible que usó fue de aceite de cacahuete. Luego se cambió por fueoil, un derivado del petróleo por una sencilla razón: era mucho más barato.

Este combustible era menos inflamable que la gasolina, y esa cualidad atrajo a los militares. En 1904 los motores diésel ya se usaban en submarinos franceses. Por desgracia, su misteriosa muerte impidió que lo viese montado en un vehículo.

De cero al transporte pesado

Al principio los diésel eran motores pesados, ruidosos y producían enormes vibraciones. Pero llegó a los camiones en 1920, en los años 30 al ferrocarril y en 1939, movía ya a una cuarta parte del transporte marítimo mundial. La razón: su eficiencia.

Los primeros motores que creó Rudolf tenían una eficiencia del 25%. Hoy es una cifra  ridícula, pero entonces era el doble de los motores de gasolina. La clave, que en un motor diésel el combustible se quema a más presión y durante más tiempo. Así, es capaz de sacar más partido de la energía que libera el combustible. Como dar una pedalada en una bicicleta con más fuerza.

Mercado de turismos. De nada a casi todo

Aunque fuesen más eficientes, un vehículo con motor diésel era más caros y, si bien solían ser más fiables, sus reparaciones eran más costosas. Su público era sobre todo profesional, hasta que llegaron los años 90.

Aquellos motores pesados, lentos y toscos ganaron inyección directa, turbocompresor, intercooler… y se convirtieron en mecánicas más pequeñas, más potentes, más rápidas, de un funcionamiento suave y que además gastaban menos. En España suponían un 22,1 % de las ventas en 1993 y se pasó al 60,8 % del mercado en 2013.

Los que ya entramos en años recordamos anuncios como los del Diésel gustazo, con los humoristas Ignacio Salas y Guillermo Summers. Las marcas promocionaban al diésel como la tecnología más eficaz para rebajar el CO2 y con menor consumo. En España, como somos así de exagerados, comparamos más diésel que nadie. Por eso hoy el 55% de parque móvil español tiene motores diésel. Es un 10 % más que en Europa.

Por qué el diésel es más barato

Los coches diésel consumen menos. Salvo en momentos puntuales, el diésel es más barato que la gasolina. Porque los impuestos son diferentes. Desde 2019, por cada litro que repostas pagas un impuesto especial de hidrocarburos distinto:

• Gasolina 95: 0,473 euros/litro
• Diésel: 0,379 euros/litro.

No es el único impuesto. Sobre el precio final se paga un 21 % de IVA. Como es más económico, en España se consume mucho gasóleo. De los 57,6 millones de toneladas de productos petrolíferos que se consumieron en 2022 más de la mitad, 31,7 fueron gasóleo. La proporción es muy similar desde las últimas décadas:

Estos datos españoles son similares en todo el mundo. Porque no solamente se nutre de gasóleo los coches. Es imprescindible en el transporte pesado, maquinaria de construcción, agricultura, transporte marítimo…. Hoy en día, el diésel mueve las sociedades avanzadas occidentales, nos guste o no.

¿Hay diésel para sostener todo esto?

El gasóleo viene del petróleo crudo, que es una mezcla de hidrocarburos. En las refinerías se separan para obtener desde combustibles a plásticos, lubricantes, fertilizantes o elementos.

Un barril de petróleo tiene 159 litros. En torno a la mitad se destina a los combustibles que mueven los 1.100 millones de vehículos que hay en el mundo. Principalmemte diésel (un 46,1%) y un 10,8 % se destina a gasolina.

Ojo, estos porcentajes varían en función del tipo de petróleo. Hay petróleo liviano, mediano, pesado o extrapesado. Además, según los diferentes procesos de destilación y refinado del petróleo, las cifras cambian mucho.

¿Y si se acaba el petróleo?

El diésel es uno de los motores de combustión más versátiles. Te contábamos al principio que los primeros bloques diésel funcionaron con aceite de cacahuete. Y podría haber alternativas:

Biodiésel: producidos con aceites de origen animal, de soja o de palma. Un motor díesle podría funcionar incluso con aceite de cocina usado.

• Pros: Es renovable y están libres de azufres…
• Contras: Pero aumentan los óxidos de nitrógeno. Por eso no se permite en la Unión Europea que el diésel de la gasolinera tenga más de un 7 %.

e-diésel:  Es un combustible sintético basado en materias primas como el agua y el CO2 de la atmósfera.

• Pros: Emplea recursos abundantes en la naturaleza.
• Contras: el coste de producción y su eficiencia no lo hacen por ahora viable.

Gas metano: Existen camiones con motor diésel que funcionan con gas natural y biogás, ya sea comprimido o en forma líquida.

• Pros: Menos emisiones de CO2.
• Contras: El gas natural es también un combustible fósil y el biogás, por ahora, caro.

Los humos del diésel

El epicentro del diésel en el mundo es Europa. Es su tecnología de propulsión más desarrollada y los gobiernos, además, para apoyar a la industria, pensaron los impuestos a la compra de coches para impulsar las ventas de estos combustible. En España, de hecho, un coche paga impuesto de matriculación en función de las emisiones de CO2. Y ahí ganaba el diésel.

El problema, que contamina. Porque no es solamente el CO2, que se produce con cualquier tipo de combustión o incluso yo respirando o tú mientras ves este vídeo. El CO2 afecta sin duda al calentamiento global, pero hay otro tipo de gases más preocupantes para la salud que salen por el escape.

• Óxidos de nitrógeno (NOx): Como el diésel funciona, digamos, con un exceso de aire (que tiene oxígeno y nitrógeno), se producen más óxidos de nitrógeno. Asmáticos, cuidado
• Partículas finas (PM10 y PM2,5): El diésel es un combustible más denso y tiende a generar “carbonilla”, generando problemas respiratorios.

Por eso los vehículos diésel tienen que ser más modernos para no sufrir restricciones a la entrada de las ciudades, que seleccionan su coche por su etiqueta medioambiental. Los coches sin etiqueta son los diésel de antes de 2005 y los gasolina de 2000. Y lo mismo ocurre con las etiquetas B y C.

Tecnologías para que el diésel no contamine

¿Puede ponerse coto a esas emisiones más altas? Sí. Principalmente tenemos tres tecnologías:

• Válvula EGR: La recirculación de los gases de escape es obligatoria desde 1996, con la norma Euro 2. Por detrás de los cilindros se extraen lso gases se conducen mediante la válvula EGR y se vuelven a mezclar con el aire de aspiración. Así entra menos oxígeno en los cilindros y se reduce la emisión de gases contaminantes.
• Filtro de partículas: Desde 2009, cuando entró en vigor la Euro 5 los diésel están obligados instalado en el tubo de escape. Los coches de gasolina no tuvieron que incorporarlo hasta finales de 2017, con la norma Euro 6C.
• Catalizadores Adblue: La mayoría de diésel modernos lo incorporaron para ajustarse a la norma Euro 6 en 2015. Mediante una inyección de urea, los óxidos de nitrógeno pasan a ser inocuos.

Implementarlas en coches eleva su precio. Por eso ya no quedan coches pequeños con diésel (en su día existió un Smart Fortwo diésel o un Fiat 500 diésel) y en los compactos se han reducido mucho sus ventas porque el producto se encarece. Hubo además dos factores que aceleraron el cambio.

Por un lado, el escándalo Diéselgate a finales de 2015, en que se descubrió que Volkswagen manipulaban los cifras consumos y emisiones de sus coches. Aquellos famosos BlueMotion no ern tan limpios como decían y la gente se sintió defraudada.

Por otro, el mal uso de los coches diésel. Esas tecnologías dan problemas cuando los coches no alcanzan temperatura y en coches que se usan sobre todo en ciudad y trayectos cortos es muy habitual que den fallos de filtro de partículas. No es que los fiables diésel hayan perdido su tradicional fiabilidad, sino que no lo son tanto si no se usan como es debido.

El resultado, de más del 60,8 % de ventas en 2013, se pasó al 13,3 % del mercado en 2023.

¿Entonces interesa comprar coche diésel?

Los diésel son señalados por la Unión Europea y las administraciones de los países miembros. Es indiscutible que un diésel antiguo es un problema de salud pública si circula por ciudad. Es ahí donde se debería incidir para mejorar el aire que respiramos.

Los diésel modernos controlan esas emisiones contaminantes y se ajustan a la normativa. Y además, con unas pruebas WLTP que miden consumos y emisiones de manera más severas que antes.

Cuándo no elegir un diésel

De todos modos, no elijas un diésel…

• Si vas a usarlo principalmente en ciudad. Te estás jugando tener una avería gorda.
• Tampoco si solamente te fijas en el precio del combustible. Avisamos. En Europa no entienden que el diésel tenga una fiscalidad menor en España y han pedido en varias ocasiones igualarla al de la gasolina. El objetivo es incrementarlo en unos 3,8 céntimos por litros. Eso sería gastarse unos 2,10 euros más en los 55 litros de depósito de un Mazda CX-60.

Cuándo sí elegir un diésel

Pues en coches grandes, que suelan ir muy cargados y cuyo objetivo es hacer muchos km al año en carretera. Por ahora no hay alternativas mejores que el diésel. Gastan menos combustible que un gasolina o un híbrido.. y no tienes los retrasos en las recargas de los eléctricos.

Como al final muchos de nuestros recorridos son en ciudad, hasta los fabricantes saben que sus ventas van a ser residuales dentro de las gamas. Un ejemplo: Mazda espera que solamente un 25 % de las ventas de su CX-60 sean diésel, la mayoría serán híbridas enchufables. Pero continuará ofreciendo este combustible en sus modelos (en Europa solamente en los de gran tamaño) mientras exista demanada. Nuevas evoluciones de estos motores ya serán más complicadas de ver.

Datos: Cores, Anfac