El Audi Q2 es un modelo que tiene sus días contados. La marca de los cuatro aros anunció hace tiempo que los números pares en sus nomenclaturas estarían reservados para los vehículos eléctricos y que los de combustión se quedarían en los números impares. Por otro lado, también han dicho que el Audi A1 tampoco tendrá continuidad, dejando claro que la apuesta no dirigida hacia sus coches pequeños de combustión. Ahora que le queda poco de vida, podría ser buen momento para adquirir el Q2 desde 34.970 euros.
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Como decíamos, el Audi Q2 obtuvo buenas cifras de ventas prácticamente desde su lanzamiento, algo que le ha hecho perdurar en el mercado sin apenas cambios. Una de las claves es que apenas ha tenido rivales en el segmento premium, siendo la mayoría de los B-SUV disponibles de marcas generalistas. Ahora puede que se esté quedando atrás en algunos aspectos, pero sigue siendo una apuesta firme para los que busquen calidad y mecánicas de combustión.
Exterior
En términos de diseño, la marca de los cuatro aros siempre se ha caracterizado por ser bastante continuista. Lo cierto es que el caso del Audi Q2 es casi inédito ya que los cambios han sido mínimos en la década que lleva en el mercado. Es cierto que hubo un lavado de cara y que sus líneas se han afilado un poco. Muestra un mayor nivel de madurez gracias a la desaparición de los cromados, que pueden ser sustituidos por remates en color negro para darle un punto extra de distinción y deportividad.
En el caso de nuestra unidad aparecen en el marco de la parrilla Singleframe, que también estrena unas llamativas lamas horizontales. Por no hablar de que tiene el logotipo de los aros oscurecidos, un opcional interesante. También presume de un paragolpes rediseñado con unas tomas de aire simuladas, con marco negro. Van a juego con todos los bajos de la carrocería, que le aportan al Q2 ese refuerzo que se busca en los todocaminos.
Si hablamos de tecnología, la iluminación de este modelo la ponen unos faros rectangulares que pueden llevar Matrix LED e intermitentes dinámicos. Los pilotos traseros también son LED y tienen un efecto tridimensional. Pero antes de pasar a la zaga hay que decir que el Audi Q2 equipa llantas que van desde las 17 a las 19 pulgadas, teniendo algunas muy atractivas en el tamaño superior.
La forma del pilar C del SUV pequeño de la marca es muy reconocible y consigue efecto de techo flotante al ir teñido de negro. En la zaga vemos un pequeño spoiler de techo en el color de contraste y también las formas poligonales en el portón, algo que se ha sido característico del modelo desde su lanzamiento. La parte inferior queda rematada por una especie de difusor que oculta parcialmente la salida de escape.
Las medidas del Audi Q2 le posicionan directamente en el segmento de los SUV pequeños. Lo consigue con una longitud de 4,21 metros, con una anchura de 1,79 metros y con una altura de 1,54 metros. Por su parte, la distancia entre ejes se extiende hasta los 2,6 metros.
Interior
El habitáculo del Audi Q2, recién entrado el 2025, da la sensación de estar algo obsoleto. Es cierto que tiene todas las funcionalidades necesarias para el día a día del conductor, pero la disposición de elementos deja claro que es un coche de hace una década. Encaja bastante bien el Virtual Cockpit, que es esa instrumentación digital de 12,3 pulgadas totalmente personalizable. Sus gráficos son avanzados y las opciones son superiores a la mayoría de instrumentaciones de la competencia.
El volante multifunción es similar al que vemos en otros modelos de la compañía, con la posibilidad de tener la parte inferior achatada y diferentes tapizados, además de unos botones y ruedas para diferentes funciones. Sin embargo, la pantalla táctil de 8,3 pulgadas que sobresale en el salpicadero se queda por detrás de sus rivales. No solo hablamos de tamaño, también de integración. Es cómoda de ver por su posición elevada y cuenta con conectividad completa (Apple CarPlay y Android Auto) gracias al sistema MMI.
La disposición de los elementos es bastante particular, pero cumple su función. La climatización mantiene controles analógicos, con botones y ruletas que facilitan su uso. Las salidas del aire son circulares y se controla su caudal girando su marco. Un elemento novedoso en el Audi Q2 tras su actualización es una iluminación ambiental más completa que permite elegir entre una gran variedad de colores. Se extiende hasta puntos como la consola central, el salpicadero o las puertas de forma opcional.
Uno de los aspectos que buscó este SUV pequeño desde su lanzamiento fue el de impactar a los clientes que quisieran algo más premium. No hay apenas opciones de este tipo en el segmento B-SUV y lo aprovechan a la perfección. Para ello, tiene que tener un nivel de calidad por encima de la media, con una construcción robusta, además de materiales con un tacto destacado. La mayoría son plásticos blandos y agradables, mientras que destacan para bien las distintas tapicerías disponibles y las molduras.
Estamos con un modelo de dimensiones contenidas y eso se puede apreciar en su habitáculo. Sin embargo, las plazas traseras son bastante espaciosas y destacan por un acceso cómodo. El hueco disponible para piernas y cabezas es correcto, siempre que hablemos de estaturas medias. La parte negativa es la anchura, insuficiente para llevar a tres adultos con comodidad debido a una plaza central más angosta y con túnel de transmisión.
Maletero
El maletero del Audi Q2 estaría dentro de la media del segmento al ofrecer 405 litros de capacidad. Es cierto que las versiones con tracción total salen peor paradas al quedarse con 355 litros, pero en una versión con tracción delantera como la probada es bastante capaz. Cuenta con formas aprovechables y ángulos rectos, además de ganchos y redes para fijar la carga. Bajo el piso hay un pequeño hueco para el kit antipinchazos. En el caso de abatir los asientos traseros en tres partes (40:20:40) se desbloquea un espacio de 1.050 litros.
Motor
La gama mecánica del Audi Q2 también está algo chapada a la antigua. Se prescinde por completo de la electrificación, al tiempo que se mantiene el diésel, por lo tanto es un rara avis en el mercado actual. Si comenzamos por el combustible menos demandado, está presente a través del motor TDI de cuatro cilindros y 2.0 litros. Es el que da vida al 30 TDI de 116 CV y al 35 TDI con 150 CV. El primero solo puede ser manual y el segundo solo va con el cambio S tronic, además de poder escogerse con la tracción integral quattro.
Por la parte de la gasolina, aparece en el escalón de acceso el motor de tres cilindros y 1.0 litro que está denominado como 30 TFSI. Tiene 110 CV de potencia y solamente va con la caja de cambios manual de seis velocidades. Ya con cuatro cilindros y 1.5 litros está el 35 TFSI, un bloque que llega a los 150 CV y que puede seleccionarse con el cambio manual o con el automático S tronic de siete relaciones. El tope de gama sería el Audi SQ2 con motor de cuatro cilindros y 2.0 litros para llegar hasta los 300 CV y portar la tracción total.
Comportamiento
Nos ponemos al volante de una de las versiones más interesantes del Audi Q2. Se trata del intermedio de gasolina, el 35 TFSI, ligado a la transmisión automática S tronic. Ya hemos dicho la desventaja que puede suponer para algunos clientes el hecho de que no haya versiones con etiqueta ECO ni CERO de este modelo. Sin embargo, para los que se conformen con la etiqueta C, siempre puede ser buena opción. De hecho, esta mecánica ofrece un equilibrio perfecto.
Lo consigue con un nivel de potencia bueno en el motor de cuatro cilindros. Son 150 CV y 250 Nm de par, cifras más que aceptables para el día a día de la mayoría de usuarios. El Q2 con esta configuración se mueve con soltura y encuentra buenos niveles de empujes desde bajas vueltas. Si miramos su ficha técnica vemos una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y una velocidad máxima de 218 km/h. Para quien quiera más que eso siempre estará el SQ2. Además de tener un punto dinámico, la puesta a punto no defrauda.
Esta unidad va ligada a la transmisión automática S tronic de siete velocidades, una caja de doble embrague que destaca por la rapidez. No es demasiado abrupta y ofrece cambios de marcha suaves y efectivos. Es la opción ideal para quien no quiera preocuparse del embrague en situaciones de tráfico y tiene una ventaja adicional. Y es que el comportamiento de la transmisión también queda ligada a los modos de conducción del modelo. Se puede seleccionar los habituales del Audi Drive Select: Efficiency, Comfort, Auto, Dynamic e Individual.
Es cierto que el de gasolina no está disponible con tracción total, algo reservado únicamente al diésel más potente, pero tampoco se echa en falta en este tipo de modelo. Se valora más el equilibrio que se consigue en varios aspectos. El primero es el del consumo. Su mecánica cuenta con tecnología de desconexión de cilindros y, a pesar de no tener electrificación deja cifras buenas. Homologa 6,3 l/100km según WLTP y nosotros en la vida real, tras una semana de pruebas estuvimos rondando los 7 litros.
La segunda parte principal para hablar de equilibrio es el chasis. Tiene una puesta a punto que queda a caballo entre el dinamismo y la comodidad. Lógicamente, se prima el segundo aspecto. El Audi Q2 no es un coche deportivo con el que disfrutar en un tramo de curvas, pero se defiende incluso en esta tesitura.
Destaca más por su aplomo en vías rápidas y por el confort que tiene la suspensión. Incluso con un peso de 1.380 kg se antoja más ágil que otros rivales. Esto también puede ser causado por la dirección, bastante blanda y asistida, aunque nada que sorprenda en los tiempos que corren.
Opinión coches.com
El Audi Q2 ha sido un modelo bastante peculiar desde su lanzamiento. Siendo de los pocos B-SUV de carácter premium, sorprendió hace casi una década y las ventas han acompañado. Ahora está cerca del final de su ciclo comercial y no parece que vaya a haber un recambio continuista. Mientras que se deciden sobre si hacer un Q2 eléctrico, este ejemplar de combustión podría ser una buena compra para algunos clientes.
La simplicidad está en su ADN, pues el diseño se mantiene y también otros detalles como el interior o la gama mecánica. En el habitáculo no se respira un ambiente tan tecnológico como en otros modelos actuales, con los pros y los contras que eso conlleva. Lo mismo pasa con los motores, de combustión y sin opciones electrificadas. Es una buena opción para quien valore lo premium en este tamaño y no quiera complicaciones. También para quien pueda desembolsar desde 34.970 euros que cuesta de partida o los más de 47.000 euros que vale una unidad con una configuración más elevada.
- Más personalización
- Mantiene botones físicos
- Equilibrio a nivel dinámico
- Interior algo obsoleto
- Sin versiones electrificadas
- Precio elevado
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