Parece que el mercado actual se está simplificando notablemente y reduciéndose a una única carrocería: los SUV. Hace no tanto disfrutábamos de todo tipo de coches, pues en la variedad estaba el gusto. Así que se agradece que todavía haya modelos que se desdoblen y ofrezcan en varios cuerpos de carrocería para satisfacer distintas necesidades. El ejemplo ideal lo tenemos en el ejemplar que pasa por nuestra sección de pruebas y que se trata del Hyundai i30 Fastback. El tercer modelo de la familia compacta parte de 21.485 euros y tiene muchos puntos a su favor.
Aunque el Hyundai i30 es de los modelos más longevos de la marca, lo cierto es que su carrocería Fastback es una novedad que apenas tiene un lustro de vida. Apareció en 2018 como un sedán compacto que buscaba dar frescura a nivel estético con ese tercer volumen y unas capacidades que se mantenían intactas gracias a las cinco puertas. Sale beneficiado a nivel aerodinámico por su altura reducida, un centro de gravedad más bajo y unas suspensiones ligeramente más duras.
Para encontrar el origen de las carrocerías fastback nos tendríamos que remontar más de medio siglo atrás en el tiempo. Por definición, estos coches tienen una silueta formada por dos volúmenes y se distinguen por su luneta casi horizontal que queda unida con la zaga. Antaño se asociaba a los coupés, pero también se empleó en berlinas como es el caso.
Exterior
Qué mejor manera que empezar a hablar del Hyundai i30 Fastback precisamente por ese punto que le distingue del resto de la gama: su exterior. Lo cierto es que el frontal viene prácticamente inalterado respecto a las otras dos carrocerías y cuenta con los mismos cambios que introdujo la última actualización. Eso quiere decir que lo más notable son unos nuevos faros con tecnología LED que estrenan firma lumínica. Tienen un diseño rasgado e incluyen un módulo inferior para las luces diurnas e intermitentes que llama mucho la atención. En el centro queda una generosa parrilla con un entramado cuyo acabado dependerá del nivel de equipamiento elegido.
En este caso tenemos el 30 Aniversario, un acabado que sirve para celebrar las tres décadas que lleva Hyundai en nuestro país y que es muy recomendable por su completa dotación. Se asienta sobre el N Line, así que tendremos algunos guiños de deportividad como se puede apreciar con unos paragolpes específicos, los detalles en negro haciendo contraste o unas llantas de 17 pulgadas en acabado bitono. La paleta de colores del modelo está formada por once tonos, incluyendo alguno sólido y alguno metalizado como es el caso del Serenity White de la unidad que estamos probando.
La zaga es la parte más destacada del i30 Fastback. Desde el pilar B comienza una caída del techo muy característica que nos hace recordar a un coupé y que es la que le da nombre a este ejemplar. Tenemos una luneta muy inclinada que desemboca en una especie de spoiler sobre la tapa del maletero, un detalle que le da un punto de deportividad. Ya en la parte del portón aparecen unos pilotos traseros bastante horizontales, con el logotipo del modelo y la denominación en el centro. La parte inferior recibe un paragolpes bastante atractivo y una salida de escape en el lado derecho.
Por dimensiones, el Hyundai i30 Fastback estaría encuadrado en el segmento de las berlinas compactas, una familia que ha ido menguando en los últimos años con el auge de los SUV. En este caso, tenemos una longitud de 4.455 mm, con una anchura de 1.795 mm y una altura de 1.425 mm. La distancia entre ejes es de 2.650 mm, así que estamos ante uno de los más compactos entre sus rivales directos. Aún así, es 115 mm más largo que el cinco puertas.
Interior
El interior del Hyundai i30 Fastback es el perfecto ejemplo de buena resolución y simplicidad. No tiene una tecnología apabullante ni va a destacar por un gran lujo, pero tiene absolutamente todo lo que podría necesitar el usuario medio en su día a día. Con este acabado tope de gama vemos un sistema multimedia completo con la nueva pantalla táctil de 10,25 pulgadas. Aunque sobresale en el salpicadero, nos ha gustado su precisión, que tenga botones de acceso directo o una completa conectividad. Cuenta con Android Auto y con Apple CarPlay inalámbrico, algo que me resulta clave actualmente.
También tiene una instrumentación mixta, una solución muy correcta si tenemos en cuenta que las esferas laterales son de gran tamaño y permiten ver a la perfección la velocidad y las revoluciones. Entre ellas hay una pequeña pantalla que hace las veces de ordenador de a bordo y que podemos modificar a través del volante multifunción, un elemento en el que haremos un paréntesis más adelante. Los controles de la climatización son completamente analógicos y fáciles de utilizar, como decíamos, primando la usabilidad por encima de todo.
Nada más entrar al habitáculo se pueden ver algunos componentes que ya revelan qué acabado es el de nuestro i30 Fastback. Con el N Line 30 Aniversario tenemos una tapicería específica para los asientos, que tienen bordado el reposacabezas y las costuras en contraste. Además, a juego tenemos un volante deportivo con un tacto sobresaliente y una palanca de cambios que va a juego y tiene la N bien presente. Son algunos detalles que completan su equipamiento y que permiten elevar ligeramente su calidad percibida.
Y en ese apartado, el Hyundai i30 Fastback está muy bien resuelto. Atrás quedaron los tiempos en que la marca coreana hacía coches de tacto tosco y poco cuidado. En el sedán compacto no hay demasiado alardes, pero está bien resuelto por los cuatro costados. La mayoría de materiales que tenemos a mano son plásticos, pero dan sensación de estar bien armados y no empañan nada el conjunto. Los superiores del salpicadero son más blandos y los de la parte inferior más duros, pero aún así mejores que los que apuestan por el Piano Black.
En cuanto a la habitabilidad, lo cierto es que no encontramos ningún tipo de problema en las plazas delanteras del i30 Fastback. El acceso a las traseras está algo limitado por las formas de la carrocería, pero dentro no está nada mal. Las plazas laterales tienen mucho espacio para las piernas, mientras que el dedicado a las cabezas es más justo debido a la caída del techo. Está más pensado para cuatro pasajeros que para cinco debido también a la escasa anchura y a la carencia de forma de la plaza central.
Maletero
Podríamos considerar que el maletero es uno de los puntos fuertes del Hyundai i30 Fastback, ya que homologa 450 litros en unas dimensiones bastante compactas. Está por encima de la media del segmento, aunque todavía lejos de algunos rivales como el Skoda Octavia y sus 600 litros, que es bastante más grande, eso sí. También convence en este modelo la incorporación de la quinta puerta, que nos deja una boca de carga sobresaliente con acceso al fondo del maletero. Mucho mejor que un portón, desde luego.
Modelo | Maletero | Longitud |
Skoda Octavia | 600 litros | 4.689 mm |
Toyota Corolla Sedán | 529 litros | 4.630 mm |
Peugeot 408 | 471 litros | 4.687 mm |
Hyundai i30 Fastback | 450 litros | 4.455 mm |
Mazda 3 Sedán | 450 litros | 4.660 mm |
Honda Civic | 410 litros | 4.551 mm |
La boca de carga queda un poco más alta que en otras carrocerías y hay un salto hasta el piso del maletero, que no está enrasado. También hay que mencionar que tiene unas formas rectas muy aprovechables, además de ganchos para fijar la carga o iluminación. Tiene un hueco bajo el piso al que se le puede sacar partido, pues tiene un separador para objetos pequeños y, más abajo, incluso podemos encontrar una rueda de repuesto, algo que no abunda en la actualidad. También se podrían abatir los asientos en dos partes (60:40) y quedaría una superficie plana con un máximo de 1.351 litros de capacidad.
Motor
La gama mecánica del Hyundai i30 Fastback es bastante similar a la que vemos en el resto de la familia. Eso se traduce en varias opciones de gasolina, algunas de ellas electrificadas con sistema Mild Hybrid de 48 V. Desde hace poco han desaparecido las versiones diésel en este modelo y tampoco vemos opciones híbridas completas. El acceso a la gama lo pone el 1.0 T-GDI de 120 CV ligado a la caja de cambios manual de seis velocidades, única opción sin electrificar que tiene la etiqueta C de la DGT. Es precisamente la que tenemos entre manos, aunque hay más donde elegir.
Ya con la etiqueta ECO y la microhibridación de 48 V tenemos más opciones. Con el mismo motor de tres cilindros, el 1.0 TGDi de 120 CV, hay dos variantes Mild Hybrid, una con la caja manual inteligente iMT y la otra con la transmisión automática 7DCT. Por encima tendríamos el 1.5 T-DGI de 160 CV, que también tiene las dos opciones del cambio. El tope de gama casi ni lo metemos en la lista, porque es el Hyundai i30 N Fastback con sus 280 CV y un comportamiento mucho más radical.
Comportamiento
Aunque lo dije anteriormente no está de más repetir que estoy conduciendo el Hyundai i30 Fastback de acceso a la gama. Se trata del 1.0 TGDi de 120 CV sin electrificación y podría ser la opción más interesante para muchos que no necesiten la etiqueta ECO y miren el precio. El motor de tres cilindros es más que conocido, no os voy a descubrir nada nuevo diciendo que no es el más refinado del mercado. Aunque el coche está bien insonorizado, lo cierto es que se filtra algo de ruido y de vibraciones, sobre todo en parado.
Aunque luego lo cierto es que su desempeño es más que correcto. No es una cifra de potencia apabullante, pero será más que suficiente para el día a día. Son 120 CV y 172 Nm de par, que son más notables en la zona media del cuentarrevoluciones. Mirando la ficha técnica vemos una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,4 segundos y una velocidad máxima de 196 km/h. Como decíamos, nada notable, pero al final es un coche que no tiene pretensiones deportivas de ningún tipo y que busca más la eficiencia.
Lo notamos fácilmente con detalles como los desarrollos largos del cambio. El tacto de la palanca es muy bueno, preciso y corto, aunque luego se nota que hay que recurrir demasiado a ella para sacarle partido a este coche. Que tenga esos desarrollos corresponde con la intención de reducir sus consumos sin necesidad de la electrificación. Homologa 6 l/100km y 135 g/km de CO2, aunque en la práctica nos quedamos algo alejados de ello. En la semana de pruebas marcamos una media de 7 litros con trayectos de todo tipo.
Para quien mire mucho el consumo, la versión electrificada homologa 5,3 l/100km y exactamente las mismas emisiones, beneficiándose además del cambio manual iMT que ya probamos en otros modelos de la marca como el i20. Sin embargo, en este ejemplar se consigue mantener un peso algo más contenido, con 1.327 kg declarados y una sensación de agilidad notable. De hecho, es uno de los puntos fuertes del modelo, que ha demostrado tener un chasis hecho para motores mucho más capaces que el que estamos conduciendo nosotros.
Es fácil darse cuenta de que la base del Hyundai i30 Fastback es realmente buena. Puede soportar los 280 CV del N y mostrar un comportamiento radical con algunos cambios, aunque en este caso nos ha llamado la atención el equilibrio que ofrece. Destaca sobre todo por comodidad, siendo un coche apto para todo tipo de trayectos. Si quieres viajar con él tendrás aplomo en autopista y no te cansarás de hacer kilómetros, en ciudad tendrás un coche fácil de conducir y neutro en reacciones, mientras que en tramos de curvas transmitirá bastante (aunque se quedará corto de motor en esta versión). Y parte de eso es gracias al acabado que estamos conduciendo.
Con el N Line 30 Aniversario se sumaba un punto extra de firmeza en su suspensión y también una dirección un poco más directa. Como dijimos al principio de la prueba, el Hyundai i30 Fastback también es la carrocería más favorable de la familia. Hablamos a nivel aerodinámico por sus formas, pero también tiene una altura reducida y un centro de gravedad más bajo. En definitiva, es un coche con un chasis que aprueba con nota y que deja un buen sabor de boca en cualquier situación.
Opinión coches.com
El Hyundai i30 Fastback es el tercer mosquetero de la familia compacta de la marca y, aunque es el que pasa más desapercibido, también podría ser el más interesante para algunos. Sobre todo los que miren una estética diferente y cargada de personalidad, con un maletero mejorado y sin olvidarse de un comportamiento equilibrado. Está claro que hay cosas que mejorar, pues lo que menos nos ha gustado de este modelo han sido la visibilidad desde el interior, que esté algo más obsoleto que otros rivales recientes o el desempeño del motor de acceso.
Dijimos que parte de 21.485 euros, pero el acabado N Line 30 Aniversario sube hasta los 26.185 euros. No nos ha parecido excesivamente caro teniendo en cuenta la completa dotación que suma, con prácticamente todo lo que está disponible en el modelo. Tampoco si lo enfrentamos contra otros rivales que son considerablemente más costosos. Además, ofrece descuentos interesantes tanto por parte de la marca, como si lo adquieres en coches.com, el portal de referencia de la movilidad. Allí encontrarás jugosas ofertas en vehículos nuevos, en financiación o en renting.
- Estética diferenciada
- Capacidad de su maletero
- Comportamiento equilibrado con motor eficiente
- Visibilidad desde el interior
- Tecnología algo más obsoleta
- Desempeño del motor de acceso
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