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Mario Nogales

Kia Stonic 1.0 T-GDI MHEV 120 CV, prueba con el más potente de la gama

No pilla a nadie por sorpresa que el Kia Stonic haya sido un coche que ha dado alas a la firma coreana. El SUV pequeño ha conseguido buenas cifras de ventas desde su lanzamiento y, aunque ahora estén centrados en el lanzamiento de modelos eléctricos, todavía confían en una segunda vida para este ejemplar. Queda claro tras haber visto la actualización a la que le han sometido recientemente y haberlo probado en diferentes tesituras en los últimos meses.

Ya pasó por esta sección la versión intermedia con el motor 1.0 T-GDI 100 CV y ahora vamos a publicar la prueba con el tope de gama. Es probablemente la versión más interesante del crossover, que se ha centrado en evolucionar ligeramente a nivel estético y más profundamente en su tecnología y equipamiento. Gana atractivo precisamente con el acabado GT Line, el encargado de sacar a relucir la deportividad del Stonic sin necesidad de recurrir a una mecánica más grande.

Exterior

En el apartado estético no le hacía falta mucho cambio al Kia Stonic. Hablamos de un producto que no lleva demasiado en el mercado y que ya sorprendía por su originalidad. Sin embargo, hay una actualización de imagen ligera que le ayuda a mantenerse fresco. Se nota principalmente en el frontal, donde estrena unos faros Full LED y también por la parrilla «tiger-nose» más marcada gracias a unos adornos cromados. También se rediseña el paragolpes, que pasa a integrar las antiniebla.

De esa parrilla hay que decir que se trata de un diseño específico del acabado GT Line, que le va a dar una personalidad más deportiva al modelo. Por eso vemos en este ejemplar los espejos retrovisores en negro, cristales traseros tintados o unas llantas de 17 pulgadas. También en la zaga una especie de difusor en plateado que integra dos salidas de escape, siendo solo una de ellas real.

En el Kia Stonic también vemos otros elementos que ya le hicieron destacar desde el momento de su lanzamiento. Hablamos de las reconocibles barras de techo por su forma, de los bajos de la carrocería en plástico negro para acentuar su carácter crossover o a esos pilotos traseros LED tan identificables.

Si seguimos con novedades, se suma a la gama el color Sporty Blue y el Perennial Grey, que lleva la unidad probada. Hay una nueva llanta de 16 pulgadas y más opciones de personalización gracias a que el techo está disponible en amarillo, subiendo a nueve combinaciones bitono.

Lo que no cambia ni un ápice son sus medidas. El Stonic se mantiene dentro del segmento B-SUV con una longitud de 4.140 mm, con una anchura de 1.760 mm y una altura de 1.500 mm; mientras que la distancia entre ejes es de 2.580 mm en este modelo.

Interior

Vimos que el exterior cambiaba poco y en el interior aparentemente pasa lo mismo. Aunque si nos fijamos bien hay un detalle que marca la diferencia. Se trata de la nueva pantalla táctil de 8 pulgadas, que cuenta con unos gráficos más desarrollados. Eso se debe a que ya integra el sistema multimedia UVO Connect, que le abre un mundo de nuevas posibilidades al usuarios.

Estrena novedades como la conexión Bluetooth múltiple para llevar hasta dos dispositivos móviles conectados. También cuenta con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos para que no sea necesario el cable. Por no hablar de la conectividad más completa con información de tráfico en tiempo real, previsiones meteorológicas o precios del combustible. Todo ello, gestionable desde la aplicación móvil UVO, que permite gestionar el perfil del usuario o navegación de última milla, entre otras cosas.

Además de esa pantalla y multimedia renovados, tras el volante multifunción observamos una pantalla de 4,2 pulgadas con mayor resolución. Hace las veces de ordenador de a bordo y muestra informaciones interesantes. Queda justo entre medias de dos grandes esferas para las revoluciones y la velocidad. Se mantiene los controles de la climatización analógicos con botones y ruletas muy fáciles de operar sin que haya distracciones.

La calidad los modelos coreanos siempre había quedado un poco en entredicho por su reputación en las décadas pasadas. Sin embargo, ha ido mejorando y en el Kia Stonic la vemos muy apropiada para un SUV pequeño generalista. En el acabado deportivo se suman unas molduras plásticas que imitan la fibra de carbono y que aparecen en salpicadero y puertas. La tapicería está bien resuelta y los plásticos, a pesar de ser duros en su mayoría, no desentonan.

El espacio también se mantiene inalterado en el Stonic, ofreciendo una habitabilidad que entra dentro de la media del segmento. No hay problemas en las plazas delanteras, que son amplias y nos permiten encontrar la posición de conducción con los ajustes manuales. También hay bastantes huecos portaobjetos aprovechables.

En la segunda fila de asientos se irá un poco más justo, no por espacio para piernas y cabeza, que es correcto, sino por la anchura de esta zona. Al fin y al cabo, la plaza central carece de forma y cuenta con un prominente túnel de transmisión, así que mejor viajar cuatro que cinco en este Kia Stonic.

Maletero

Con 352 litros de capacidad, el maletero del Stonic está algo por debajo de la media del segmento. Se queda atrás respecto a otros modelos que superan los 400 litros, pero también tiene unas formas regulares y bastante aprovechables. La boca de carga es ancha, aunque queda algo elevada, mientras que parecen algunos ganchos para fijar la carga.

Por otro lado, el piso puede ir colocado a dos niveles y nos deja un doble fondo bastante aprovechable. Bajo él no hay espacio para la rueda de repuesto, nos tenemos que conformar con el kit antipinchazos debido a que en este lugar va alojada la batería del sistema Mild Hybrid. Siempre se puede abatir los asientos traseros en dos partes (60:40) para dejar una superficie casi plana y hasta 1.155 litros de capacidad.

Equipamiento

El Kia Stonic puede configurarse con varios niveles de equipamiento en función de las necesidades del usuario. Ya de serie es un coche que viene bastante completo, pues parte con el acabado Concept que incluye llantas de 16 pulgadas, luces diurnas LED y faros antiniebla, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto, aire acondicionado, sensor de luces y algunas ayudas a la conducción como el control de crucero.

Un escalón por encima está el Drive, el más equilibrado gracias a que suma el navegador y las facilidades de UVO Connect, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámara de marcha atrás, sensor de lluvia, mantenimiento de carril, asistencia de frenada de emergencia y asistente dinámico para luces de carretera.

El tope de gama y, probablemente, el más interesante es el GT Line. Ya dijimos que trataba de sacar el carácter deportivo del Stonic mediante unos paragolpes y parrilla específica, llantas de 17 pulgadas, lunas oscurecidas o pilotos traseros LED. En el interior vemos un retrovisor interior electrocrómico, sistema de botón de arranque electrónico con llave inteligente, además de la red de maletero.

Motor

La gama mecánica era de los puntos que más mejoraba en el Kia Stonic. Este modelo prescinde por completo del diésel y se centra en las versiones de gasolina. Se mantiene el motor atmosférico 1.2 DPi de 84 CV para dar un acceso a la gama a los que no necesiten mucha potencia. Aunque se pone más interesante con los motores turboalimentados, que introducen el sistema Mild Hybrid de 48 V para ganar eficiencia y portar la etiqueta ECO de la DGT.

El protagonista es el 1.0 T-GDi Smartstream de tres cilindros, que está disponible con 100 o con 120 CV de potencia. En ambos casos llevan de serie la caja de cambios manual inteligente (iMT) de la marca, mientras que el más potente también puede montar opcionalmente una transmisión automática (7DCT) de doble embrague. Lo que viene por defecto es ese sistema microhíbrido con una nuevo generador-motor de arranque (MHSG) que apoya al motor principal y también ayuda a recuperar energía para ser más eficiente.

Comportamiento

Tuvimos una toma de contacto con el Kia Stonic 1.0 T-GDI MHEV 120 CV con el cambio manual, que es la versión tope de gama del modelo. Será también la más interesante para aquellos usuarios que quieran ciertas garantías cuando realicen viajes largos o vayan con el coche cargado, pues el de 100 CV se podría quedar algo justo en ese tipo de uso. En este caso, el nivel de potencia y sus 172 Nm de par entre las 1.500 y las 4.000 rpm le permiten moverse con agilidad en todos los ámbitos.

No es un coche demasiado rápido, pero tampoco lo necesita. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y su velocidad máxima es de 184 km/h. Por suerte, se le puede sacar bastante partido cuando jugamos con el cambio. Hay que recordar que monta la caja de cambios manual inteligente (iMT), que tiene un tacto mejorado gracias al embrague electrónico (clutch-by-wire). También mejora la eficiencia al permitir un avance por inercia y a apagar el motor antes en el Start & Stop.

En este ejemplar y también en el de 100 CV aparecen los modos de conducción Eco, Normal y Sport. Lo cierto es que no hay cambios notables entre ellos, notándose principalmente en la respuesta del acelerador (más vago en Eco y más reactivo en Sport) y en el tacto de la dirección. Este elemento, en todo caso, nos resulta demasiado asistida y poco informativa. Es la tónica del coche actual y busca el confort del conjunto.

Esa premisa también la sigue la suspensión, un elemento que tiene un tarado tirando a blando para conseguir ser cómodo en ciudad. Es el terreno predilecto del Stonic, eso está claro, pero hay que añadir que el SUV pequeño no desentona en otros campos. Sorprende su estabilidad en vías rápidas y también su agilidad en tramos de curvas. Hay que tener en cuenta que su peso de 1.185 kg está bastante conseguido y ayuda.

También contribuye a que sea un coche con unos consumos ajustados. El Stonic 1.0 T-GDI MHEV 120 CV homologa 5 l/100km, aunque en un uso real la cifra estará por encima. Como pasa con este tipo de motores de tres cilindros, para sacar su máximo partido hay que llevarlo vivo y eso hace que rondemos los 6,2 litros, habiendo tenido bastantes recorridos por carreteras secundarias.

Opinión coches.com

El Kia Stonic es un modelo interesante para aquellos que busquen un SUV pequeño aparente y equilibrado. A nivel estético es llamativo y ofrece buenas opciones de personalización, algo que ha mejorado tras la actualización. Aunque el punto que más destaca es la tecnología, con un sistema multimedia mucho más completo y avanzado. La habitabilidad está en la media y la dinámica tampoco destaca en ningún ámbito.

El precio de partida es bastante asequible, desde 13.600 euros para el atmosférico menos equipado. Aunque es cierto que un ejemplar con el motor tope de gama y acabado GT Line se subirá hasta 21.613 euros, siempre incluyendo acciones promocionales. La tarifa también puede encontrarse reducida en nuestra web, pues en coches.com tenemos las mejores ofertas de coche nuevo y condiciones de financiación muy destacadas.

Kia Stonic 1.0 T-GDI MHEV 120 CV
7.7Nota
Lo mejor
  • Apariencia del GT Line
  • Mejora tecnológica
  • Precio de partida reducido
Lo peor
  • Calidad justa
  • Maletero por debajo de la media
  • Gama mecánica limitada
Diseño8.5
Habitabilidad7.5
Acabados7.5
Maletero7
Equipamiento8
Motor7.5
Comportamiento7.5
Calidad Precio8

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