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Pruebanoticias/
Mario Nogales

Lexus LC 500 Cabrio, prueba contacto del oscuro objeto del deseo

La belleza suele ser algo relativo, cuyos cánones cambian en cada persona. Es difícil decir si un coche es bonito o feo, pues simplemente será una mera opinión que podrá ser aplaudida por unos y desechada por otros. A pesar de ello, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que el Lexus LC 500 Cabrio es uno de los automóviles más hermosos que hay en la actualidad. En un panorama en el que cada vez es más complicado ver algo diferente, los japoneses han sabido crear un descapotable etéreo y majestuoso que no deja a nadie indiferente.

Cuando salió el Lexus LC fue un auténtico acontecimiento debido a su posición. Se trataba de un coupé de dos puertas con cuatro plazas llamado a ser algo así como el sucesor espiritual del mítico Lexus LFA. Aunque su deportividad nunca fue tan extrema, ese diseño embriagador y esa concepción de «gran turismo» fue ganando enteros poco a poco. El prototipo Lexus LF-LC que llevaba en espera desde 2011 finalmente llegó a buen puerto.

Tras la buena acogida que tuvo el coupé, la marca japonesa se comenzó a preguntar si podría sacarle más partido a este modelo. La idea más lógica fue proponer una variante descapotable sobre esa misma base. El primer acercamiento tuvo lugar en 2019 con el Lexus LC Convertible Concept, un prototipo que estaba muy cercano a la producción. Tanto es así, que en menos de un año salía la versión definitiva que ahora hemos tenido la ocasión de probar.

Exterior

Como decíamos, la estética es uno de los aspectos fundamentales de este Lexus LC 500 Cabrio. Si nos atrevimos a catalogarlo como probablemente el vehículo más bello del mercado actual es por ese diseño y por esas proporciones apolíneas. Ayuda que sea un estilizado descapotable con un largo capó y el voladizo trasero bastante corto, señal de ese gran motor delantero que manda toda la fuerza atrás. Son 4.770 mm de largo, 1.920 mm de ancho y apenas 1.350 mm de alto; con una batalla de 2.870 mm.

En el frontal lo que más sobresale es esa característica parrilla con forma de reloj de arena, seña identificativa de Lexus y especialmente integrada en este modelo gracias a ese marco cromado. A ambos lados quedan unas ópticas LED afiladas y semejantes a una flecha, con unos pequeños apéndices verticales que hacen las veces de antiniebla y que disimulan unas tomas de aire. Sin embargo, la vista realmente inspiradora es la lateral.

Desde el perfil se percibe esa silueta que se ha intentado mantener apenas sin alteraciones respecto al coupé. Se utiliza un recurso clásico como es la capota de lona, pero se trata de una de cuatro capas para conseguir un perfecto aislamiento térmico y acústico. Por supuesto, cuenta con accionamiento eléctrico y basta con pulsar un botón para que se abra o cierre en apenas 15 segundos (a veces se nos hacen demasiado)  en parado o a velocidades inferiores a 50 km/h.

Dicha capota se puede escoger en loscolores negro, azul Marine y marrón Ochre para combinar con el color de carrocería. Del lateral destacar otros elementos que aportan a su diseño como es el caso de las llantas de 21 pulgadas, un extra que merece la pena para llenar esos pasos de rueda. También que las manecillas de las puertas queden enrasadas en la carrocería o que en la parte baja haya unas prominentes taloneras y una llamativa toma de aire.

Terminar el apartado de diseño exterior con una zaga no menos llamativa que el resto. La capota queda escondida bajo una superficie lisa que desemboca en un spoiler justo sobre la tapa del maletero. En esas formas tan distinguidas se integran unos pilotos LED estilizados que repiten con esa fórmula del apéndice vertical y de los marcos cromados. La parte baja recibe un difusor trasero bastante prominente que integra dos salidas de escape trapezoidales.

Interior

Del interior del Lexus LC 500 Cabrio solo podíamos esperar la misma sofisticación que ya hemos visto en otros modelos. Se cumple en términos de calidad percibida, pues desde que entramos nos reciben materiales nobles como el cuero que recubre casi todo el habitáculo (asientos, puertas, consola, etc…). Destaca un diseño muy horizontal, con una marcada consola central y la misma tecnología a la que ya nos tenía acostumbrados la marca japonesa.

A este respecto, decir que hay una pantalla principal de 10,3 pulgadas bien integrada que, sorprendentemente, no es táctil. Se controla desde el touchpad de la consola central, lo que requiere de cierto aprendizaje inicial, pero termina siendo bastante intuitivo. Los controles de la climatización son analógicos y más simples. Destacar que este sistema detecta cuando se va descapotado para adaptar automáticamente la temperatura del interior.

Por otro lado, la instrumentación también es digital gracias a una pantalla de 8 pulgadas que nos permite vislumbrar todo tipo de informaciones en varios diseños, siempre con el cuentarevoluciones cobrando protagonismo. Se completa con un Head-Up Display para que no haya que apartar demasiado la vista de la carretera. Se controla desde un volante multifunciónsobresaliente tanto por grosor como por tacto, por no hablar de las generosas levas que aparecen a ambos laterales.

Las habitabilidad es muy buena para tratarse de un descapotable, al menos en las plazas delanteras. Son asientos deportivos a la vez que confortables gracias a los reglajes eléctricos, función memoria e incluso refrigeración y calefacción. El propio volante también tiene una columna eléctrica para que sea fácil encontrar la posición de conducción ideal. Incluso con la capota puesta la altura libre al techo es generosa.

Aunque no hay que olvidar que el Lexus LC 500 Cabrio es un 2+2, con unas plazas traseras que no son tan aprovechables. Es cierto que el acceso es muy fácil cuando se está descapotado gracias al movimiento hacia delante que hacen las plazas delanteras. El problema es que el espacio para las piernas es insuficiente para un adulto, al menos cuando las plazas delanteras están ajustadas para una talla normal. Mejor utilizadas por niños o simplemente para salir de un apuro.

Maletero

Lo mismo ocurre con el maletero, que no está pensado para unas vacaciones en familia. Con sus 149 litros de capacidad, se podrán meter un par de maletas de mano para una escapada de fin de semana. Hay que tener en cuenta que la capota le ha restado algo de capacidad respecto al coupé (que tiene 197 litros) y que el acceso es tipo baúl. Esa boca de carga horizontal y a una altura elevada dificulta la introducción de objetos voluminosos.

Por otro lado, hay accesorios interesantes como ganchos y redes para asegurar la carga. No hay posibilidad de abatir la segunda fila de asientos, por lo que este maletero no puede comunicar con el resto del habitáculo ni ampliar sus dimensiones. Bajo el piso hay un pequeño hueco, pero no hay espacio para una rueda de repuesto.

Equipamiento

El equipamiento del Lexus LC 500 Cabrio es algo peculiar. Decimos esto porque desaparece el acabado Sport + que aparecía en el coupé y la gama queda limitada al Luxury y a una edición especial de lo más llamativa. Con el acabado Luxury la dotación es de lo más completa y ya cuenta con detalles como los faros Full LED, las llantas de 21 pulgadas, el sistema multimedia con pantalla de 10,3 pulgadas, la instrumentación digital de 8 pulgadas o la avanzada climatización Lexus Climate Concierge.

Tampoco faltan otros detalles que no habíamos mencionado todavía como la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto (novedad en Lexus desde hace poco), un sistema de sonido Mark Levinson con 13 altavoces o todas las ayudas a la conducción del Lexus Safety System+. En los sistemas disponibles aparecen algunos como el asistente pre-colisión, el control de crucero adaptativo, asistencia de trayectoria en el carril, alerta de fatiga o reconocimiento de señales de tráfico.

El precio del Lexus LC 500 Cabrio con el acabado Luxury parte de 155.00 euros, pero ahora también está disponible por 10.000 euros más la Regatta Edition, una edición especial de la que apenas llegarán 20 unidades a nuestro mercado. Los cambios llegan en su configuración, con ese llamativo color azul para el exterior (incluida la capota) y un interior en blanco haciendo contraste, además de molduras específicas y una placa numerada. El único extra en este descapotable es el deflector de aire para montar en los asientos traseros.

Motor

Aunque ya vimos que el Lexus LC coupé contaba con una versión híbrida, el 500h, con motor V6 de 3.5 sumado a otro eléctrico, todavía no se ha hablado de su aparición en el descapotable. Y de todos modos, el que realmente se lleva la atención es el gasolina puro. El Lexus LC 500 Cabrio lleva bajo el capó un V8 atmosférico de 5.0 litros, un motor de esos que está en peligro de extinción y del que no encontramos apenas oferta en el mercado actual (el único atmosférico con ese número de cilindros es el del Ford Mustang).

Es un bloque que entrega unos nada desdeñables 477 CV y 540 Nm de par. Solo decir que el pico de potencia lo da a 7.100 rpm. Solamente puede ir ligado a una transmisión automática de 10 velocidades, la misma Direct Shift que fue estrenada en este modelo en 2017. Como no podía ser de otra forma, es un coche de propulsión, toda la potencia pasa directamente al eje trasero como en otros modelos que se asientan sobre su plataforma GA-L.

Las prestaciones son bastante destacadas para tratarse de un descapotable. Hablamos de que el Lexus LC 500 Cabrio es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5 segundos (0,3 segundos más lento que el coupé) y alcanzar una velocidad máxima de 270 km/h. Aunque lo cierto es que no se trata de un coche para correr en circuito, sino que ha sido concebido para ofrecer el mayor de los disfrutes en carretera abierta. Eso lo comprobamos en un enclave idílico como la Sierra de Grazalema, en Málaga.

Comportamiento

La verdad es que hay pocas sensaciones parecidas a acercarse por primera vez al Lexus LC 500 Cabrio y entrar a su interior. En esa atmósfera lujosa y sofisticada hay dos botones que nos llaman imperiosamente, podríamos compararlo con esos tambores tribales que escuchaban los protagonistas de la película «Jumanji» cuando les llamaba el juego de mesa. El primero es el que hace que estemos a cielo descubierto en apenas quince segundos. El segundo es el que haga que cobre vida su mecánica.

El sonido al arrancar es embriagador, una melodía que para los seguidores del mundo del motor podría ser similar a lo que es «Carmen» de Bizet para los amantes de la ópera. Nos invita a hacerlo subir de vueltas para comprobar que es un rugido bonito y nada estridente. El sistema de escape ayuda a afinar ese concierto y nos regala el bufido de la válvula descargando de vez en cuando. Decir que durante la jornada de pruebas no fue necesario poner el sistema de sonido Mark Levinson, pues no podíamos pensar en mejor canción que en la que estábamos escuchando.

Para seguir hablando de la experiencia acústica, es obligatorio mencionar el aislamiento del Lexus LC 500 Cabrio. Estamos acostumbrados a que en los descapotables sea difícil entablar una conversación a velocidades algo más elevadas. Pero este es un coche premium y además contamos con la ayuda del deflector trasero para amortiguar el ruido del aire. Si circulamos dentro de los límites se podría hablar perfectamente con el acompañante. Y si se pone la capota el aislamiento se acerca bastante a lo que veríamos en el coupé.

Llegados a este punto es obligatorio centrarse un poco más en lo que es capaz de hacer este descapotable tan distinguido. Lo primero es alabar a ese magnífico motor V8 atmosférico de 5.0 litros, que sube de vueltas con rapidez desatando la locura. En bajas no es que sea perezoso, pero se siente fuera de lugar, en la zona media del cuentarevoluciones es cuando empieza a gustarse y llega sin problemas a estirar por encima de las 7.000 vueltas, dejándonos una sonrisa en la boca.

Un gran motor requiere una gran transmisión. La automática de 10 velocidades que lleva el Lexus LC 500 Cabrio cumple su cometido a la perfección. Destaca por suavidad y, aunque no es la más rápida y tiene muchas marchas, encontramos su equilibrio rápidamente. Nos ayudan esas generosas levas metálicas tras el volante, que hacen que queramos cambiar manualmente todo el rato para mejorar la conexión con el vehículo.

En todo caso, también podríamos modificar su comportamiento gracias a los modos de conducción que ofrece. Con ese curioso mando pegado al cuadro de instrumentos vamos probando las diferencias entre Eco, Normal, Sport y Sport+; siendo el último el que más tiempo pasa seleccionado. Lo cierto es que el carácter del coche cambia bastante y puede convertirse en un vehículo diario para hacer trayectos de forma tranquilamente y un segundo después transformarse en un ejemplar deportivo con el que trazar curvas a velocidades sorprendentes.

Volvemos a decir que no es un coche para circuito, tiene más alma de «gran turismo disfrutón». La suspensión adaptativa es una de las claves para tener un conjunto equilibrado, un chasis que nos permite hacer cualquier cosa con total garantía. La dirección también convence por su tacto (sobre todo en los modos deportivos), al tiempo que las maniobras se agilizan gracias al eje trasero direccional.

La mayor parte de la ruta transcurre por carreteras secundarias. Inicialmente pensamos que los algo más de 2.000 kg de peso del Lexus LC 500 Cabrio lo harían torpe, que le faltaría chispa. Pero lo cierto es que con el paso de los kilómetros sorprende por su agilidad y nobleza en reacciones. Hay que «cabrearle» bastante para que nos haga un mal gesto, no hay síntomas de sobreviraje precoz, aunque hay que cuidar el gas saliendo de curvas lentas. Al fin y al cabo, son casi 500 CV al eje trasero, eso no hay que olvidarlo.

Lo que sí olvidamos al volante del LC 500 Cabrio son las preocupaciones cotidianas. El disfrute que ofrece es difícilmente comparable con otras cosas. Nos olvidamos incluso de que estamos consumiendo 17 l/100km en esta ruta tan entretenida que hemos estado realizando a un ritmo bastante alegra. En verdad, ¿a quién podría importarle ese dato? Quien se gasta ese presupuesto en este coche solo se preocupará de dar rienda suelta al placer que es conducirlo.

Opinión coches.com

El Lexus LC 500 Cabrio es un oscuro objeto de deseo, un coche único que muchos tendríamos en nuestra lista de «posibles» si nos tocase la lotería. Descapotable, con ese diseño tan característico y unas proporciones que le otorgan una belleza indudable. Lujoso, con ese interior refinado gracias a materiales agradables y unos acabados destacados. Cumplirá a la perfección siempre que se tenga en cuenta sus limitaciones de espacio interior y de maletero.

Y llega el punto clave del vehículo, el V8 atmosférico que le eleva al rango de «unicornio» y que hace que la experiencia sea redonda. Inolvidable eso de estar a cielo descubierto, disfrutando del sonido de la mecánica y del sobresaliente comportamiento que ofrece. Está claro que van a ser pocas las unidades que se vendan de este modelo (por su planteamiento y por sus 155.000 euros de partida), pero hay que alabar el atrevimiento de Lexus al mantener algo tan especial en su gama en pleno 2020.

Lexus LC 500 Cabrio
8.3Nota
Lo mejor
  • De los mejores diseños actuales
  • Calidad de los acabados interiores
  • Esa mecánica V8 atmosférica de 5.0 litros
Lo peor
  • Plazas traseras mínimas
  • Consumos elevados
  • Precio de partida
Diseño9.5
Habitabilidad7.5
Acabados9
Maletero6.5
Equipamiento8.5
Motor9
Comportamiento8.5
Calidad Precio7.5

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