Justo ahora, cuando parece que el otoño se ha implantado entre nosotros, y comienzan el frio y las lluvias, rememoramos para vosotros la prueba a fondo que hemos realizado de un fantástico descapotable: el BMW Serie 3 Cabrio, uno de esos vehículos que se compran más con el corazón que con la razón. Afortunadamente los ingenieros de la firma bávara, aparte del componente emocional, decidieron dotarlo de una notable practicidad para sus cuatro ocupantes permitiendo su uso durante todo el año y en todo tipo de condiciones meteorológicas gracias al desarrollo de un techo duro retráctil de fácil apertura y cierre en escasos segundos. Todo ello sin dejar de lado el conocido carácter deportivo que siempre han caracterizado a los productos salidos de la fábrica de Munich.
Como siempre sucede en estos casos en la redacción estuvimos decidiendo dónde probaríamos nuestroBMW y a alguien se le ocurrió la idea de que si hay un acontecimiento que en los últimos días del verano y principios del otoño marca el calendario es, indudablemente, la vendimia. Así que ni cortos ni perezosos y dispuestos a disfrutarlo ¿qué mejor opción que recorrer con el BMW Serie 3 Cabrio algunas de las mejores zonas de la Ribera del Duero?
Inmediatamente iniciamos los contactos y encontramos la pronta respuesta e inestimable colaboración de las Bodegas Abadía Retuerta, que nos facilitaron el poder acceder a sus magníficas instalaciones en la localidad vallisoletana de Sardón de Duero.
Un verdadero placer para los sentidos el poder recorrer sus interminables viñedos, a ritmo pausado, a cielo abierto, en este BMW Serie 3 Cabrio, impregnándonos de los diferentes aromas previos a la vendimia, con las cepas en todo su esplendor, dispuestas a ofrecernos sus mejores frutos.…. Quizá nunca tuvo más sentido el eslogan publicitario de la propia marca alemana, tantas veces utilizado: ¿Te gusta conducir?
Pero en un entorno singular a orillas del Rio Duero, Abadía Retuerta no es sólo una excelente bodega con unos caldos de reconocido prestigio sino que, además, en su momento decidieron diversificar su oferta, restaurando cuidadosamente la antigua Abadía de Santa María de Retuerta (de la que toma el nombre), convirtiéndola en un exclusivo hotel de 5 estrellas rodeado de viñedos (Abadía Retuerta LeDomaine), y en un museo de escultura al aire libre.
Indudablemente se nos vienen a la memoria famosas series de televisión como Falcon Crest o la más reciente Gran Reserva. Pero el trabajo aquí desarrollado nada tiene que ver con la ficción que vemos a través de la pequeña pantalla. Se trata de un trabajo duro y constante, siempre pendientes de factores como la climatología que deja poco tiempo para intrigas…
Por supuesto tampoco podíamos dejar de visitar la cercana localidad de Peñafiel, donde tienen su sede otras muchas prestigiosas bodegas, y en cuyo majestuoso castillo (declarado Monumento Histórico Nacional en 1917) se encuentra el Museo Provincial del Vino, un enclave único donde poder comprender el largo y complejo proceso de elaboración del vino, desde la historia, el tipo de uva o las prensas hasta las botellas, las diferentes denominaciones o la cata.
En fin, un recorrido de lo más recomendable donde poder disfrutar de los placeres de la extensísima oferta vinícola, gastronómica y cultural disponible en la zona. Pero ahora centrémonos en el objeto de esta prueba: el BMW Serie 3 Cabrio:
Exterior
Lo primero que cabe mencionar es que este BMW Serie 3 Cabrio es el último representante de la anterior generación de la berlina germana, ya que aún no ha salido al mercado la versión descapotable bajo la actual y profundamente renovada plataforma (lo hará en unos meses…), lo que no es óbice para que se trate de un modelo singular que hace girar cabezas a su paso.
Al igual que el proceso de elaboración de un buen vino requiere de un trabajo pausado y meticuloso lo mismo sucede a la hora de sacar a la luz un producto tan singular como este BMW Serie 3 Cabrio, un verdadero compendio del saber hacer de la marca bávara, donde en cada una de sus líneas se pone de manifiesto el cuidadoso trabajo de diseñadores e ingenieros para obtener finalmente el producto que hoy tenemos ante nuestros ojos.
No se beneficia de los últimos avances, pero aun así no reniega de sus orígenes y sigue tratándose de todo un BMW, de atractivo diseño y excelentes prestaciones y eso es más que suficiente sobre todo cuando, como es el caso, se monta el Paquete Deportivo M, con un espectacular faldón delantero con nuevas tomas de aire sobredimensionadas con las que refrigerar mejor el propulsor y los frenos, que enfatiza aún más su deportividad. A ello también contribuye la suspensión deportiva M, rebajada 15 mm sobre la estándar, o las espectaculares llantas de aleación de 19 pulgadas, modelo 193 M, con neumáticos Michelin Pilot Sport en medidas 225/40 R18 88W en el tren delantero y 255/35 R18 90W en el trasero.
Y es que si su línea resulta atractiva con la capota rígida metálica puesta, de forma que muchos lo confunden con la versión coupé equivalente, cuando lo descapotamos saca a relucir todos sus encantos, su verdadera esencia. En tales circunstancias seremos, sin ningún género de dudas, el centro de atención de todos cuantos nos rodean, ya sea en el concurrido paseo marítimo de alguna de nuestras localidades costeras o recorriendo las avenidas del centro de una gran urbe como Madrid.
Hemos visto a algún niño (y no tanto) dejarse literalmente aplastada la nariz contra el cristal de su coche cuando hemos realizado la maniobra de abatir el techo rígido en un semáforo: ¡Mira papá, parece un Transformer!, hemos podido escuchar… Se trata de una operación que se realiza sin ninguna dificultad en tan solo 22 segundos, pulsando (de forma mantenida) una simple tecla de la consola central, situada junto al freno de mano. Lástima que sólo se pueda llevar a cabo cuando estemos completamente detenidos, y no como en algunos de sus rivales mientras se circule a una velocidad inferior a los 40 ó 50 km/h. Aparte de su espectacularidad, podría resultar muy útil en caso de que cambien repentinamente las condiciones meteorológicas, sin tener que buscar a toda prisa un lugar donde detenernos, cuando a lo mejor las circunstancias del tráfico no lo permiten…
Sus formas externas nos hablan de un diseño con carácter, deportivo y elegante a la vez, con un capó alargado para dar cabida a potentes motorizaciones (de hasta 6 cilindros y 306 CV de potencia. En nuestro caso sobraba espacio tras el radiador, al tratarse sólo de un 4 cilindros…). El frontal, presidido por los dos conocidos riñones típicos de la marca, tiene a ambos lados unos atractivos grupos ópticos que integran todas las funciones (menos las de antiniebla, desplazadas a los laterales inferiores del faldón delantero), presentando los rasgos inequívocos de toda la familia BMW, mezclando en esta ocasión la tecnología LED y Bi-Xenon para ofrecer una visibilidad diurna y una iluminación nocturna auténticamente excepcionales. La parte inferior queda definida por las grandes tomas de aire, consecuentes al montaje del Paquete Deportivo M, que le aportan un indudable aire de extrema deportividad.
En la vista lateral destacan los montantes “A”, que presentan una fuerte inclinación, para encajar sin solución de continuidad con un techo metálico que no tiene nada que envidiar al de su hermano coupé. El trabajo aerodinámico alcanza un excelente nivel, que se ve refrendado una vez nos ponemos en marcha. Pero a la vez la poderosa línea de cintura nos transmite seguridad y una alta rigidez torsional.
La zaga culmina las líneas fluidas de este cabrio para mostrar un aspecto poderoso, gracias al mencionado paquete opcional, con un nuevo paragolpes posterior y un difusor que acentúa su deportividad acompañado por la presencia de la salida de escape ovalada en el lateral izquierdo.
Pero es cuando pulsamos el mando de la consola central y abatimos el techo rígido cuando este descapotable se nos muestra en todo su esplendor. Los tres elementos en los que se divide inician una suerte de baile para desaparecer instantes después en la parte posterior del coche. El conjunto de complejas maniobras se lleva a cabo de manera suave y silenciosa y sólo cuando lo detenemos a mitad de la operación y observamos la gran cantidad de mecanismos y articulaciones que lo componen nos daremos cuenta de la enorme complejidad que encierra. La terminación de todos y cada uno de los elementos es exquisita y los ajustes, siempre tan complicados en un cabrio, no reciben la menor objeción. Y la prueba de fuego la llevamos a cabo en diversas ocasiones sometiendo a este modelo a varios lavados, tanto en túnel como con lanza a presión, sin que hubiera el más mínimo atisbo de filtraciones y eso que fuimos especialmente concienzudos en juntas y uniones…
Interior
Siempre resulta un placer introducirse en el ambiente Premium que emana de un BMW, que alcanza cotas aún superiores si, como ya indicamos en el apartado anterior, se monta como es el caso el Paquete Deportivo M que, aparte de las características exteriores previamente descritas, incorpora en el interior unos excelentes asientos deportivos en cuero, multirregulables, que recogen perfectamente el cuerpo en zonas de curvas y, además, resultan tremendamente cómodos en viajes largos. También la adopción de este paquete opcional incluye un magnífico volante multifunción, más grueso, forrado en piel de agradable tacto que nos permite controlar de forma precisa la trayectoria de este modelo descapotable o accionar cómodamente las levas del cambio automático. Adicionalmente se montan unas estriberas en las puertas con el logotipo “M” y molduras interiores en acabado Aluminium Glacier oscuro, con unas terminaciones de primer orden, tanto en lo que está a la vista como en lo que no.
Otro hecho significativo de este modelo radica en la amplitud interior: se trata de un verdadero cuatro plazas. Es especialmente destacable en las delanteras, con espacio más que sobrado para las piernas y una notable cota en altura (gracias al abombamiento interior del techo retráctil), que permite encontrar perfecto acomodo a personas de casi todas las tallas sin mayores problemas. Las plazas posteriores son únicamente para dos ocupantes y sólo el espacio para las piernas se ve más comprometido si los de las plazas anteriores necesitan retrasar en demasía los asientos.
El acceso a estas plazas posteriores es algo más complicado con el techo retráctil montado, aunque los asientos delanteros basculan y dejan suficiente espacio. Evidentemente esta dificultad se anula cuando el techo está oculto bajo la tapa del maletero. Los pasajeros de las plazas posteriores disfrutan de los mismos lujos que los de las anteriores, con asientos de perfecta ergonomía que recogen muy bien el cuerpo e impiden movimientos indeseados en fuertes apoyos, además de contar con todo tipo de tomas de ventilación, apoyabrazos, receptáculos para bebidas, etc.
Los viajes largos no serán incómodos y solo el viento, a velocidades mayores de 100 – 110 km/h, provocará ciertas perturbaciones que les hará despeinarse más de la cuenta. Esto no sucede con los pasajeros de las plazas delanteras, perfectamente protegidos por el parabrisas, y solo en caso de circular a velocidades que bordean las legales, bastará en ambos casos con subir los cristales laterales para que el confort de marcha sea recuperado, al menos en parte.
Si quieres disfrutar de este cabrio en toda su extensión, eso sí sólo como biplaza, existe la posibilidad de montar un derivabrisas trasero, que anula estas plazas, pero que mitiga en gran medida los molestos rebufos, con lo que aumenta notablemente la comodidad de circular a cielo abierto.
Por otro lado, la postura de conducción ideal se alcanza con absoluta facilidad, gracias a los numerosos reglajes eléctricos de los asientos y a las posibilidades de regulación de la columna de dirección. El cuadro de relojes muestra el típico diseño de la marca bávara, con información clara y precisa, con una zona central dedicada a los diversos testigos y un computador de viaje donde consultar kilometrajes, consumos etc.
La zona central del salpicadero está presidida por la pantalla de alta definición y 6,5 pulgadas del Sistema de Navegación Business, a través de la cual también se controla el equipo de audio mediante el mando del iDrive localizado en la consola central. A pesar de que el equipo de sonido montado no era el tope de gama, la calidad sonora era realmente buena, gracias a los numerosos altavoces del sistema que incluye un altavoz central adicional en la parte superior del salpicadero. El único “pero” que le encontramos fue quizá una potencia algo justa a la hora de mantener el nivel sonoro cuando circulamos a velocidades altas con el techo recogido. Para el resto de las ocasiones se muestra más que suficiente.
El sistema de climatización obtiene muy alta calificación. Evidentemente no hemos podido probarlo en invierno circulando con el techo abierto, pero en las circunstancias opuestas, es decir, con más de 35º en el ambiente ambiente, era capaz de refrigerar el habitáculo en pocos instantes y de mantenerlo a la temperatura deseada sin aparente esfuerzo.
En la parte baja de la consola se sitúa la palanca del cambio automático de 6 velocidades (del que ya hablaremos en el apartado correspondiente al comportamiento), con el típico doble carril para un funcionamiento plenamente automático o, desplazándola hacia la izquierda, pasando al modo Sport para un manejo manual (al igual que con las levas situadas detrás del volante).
También encontramos multitud de guanteras, posavasos y huecos de todo tipo por donde repartir nuestros pequeños enseres. Todos ellos de excelente realización e insonorización para no tener que soportar molestos ruiditos durante la conducción.
Equipamiento
El equipamiento, como en todo BMW que se precie, dependerá únicamente de cuánto estemos dispuestos a gastarnos para poseer un vehículo casi único. La lista de opciones alcanza casi todo lo imaginable, por lo que deberemos estudiar convenientemente las diferentes posibilidades si no queremos que el precio se dispare rápidamente.
Es posible adquirir un BMW Serie 3 Cabrio desde los 43.400 € (la versión 318i), mientras que el BMW Serie 3 Cabrio 320i parte desde los 46.800 €. Este precio se incrementa notablemente en la versión probada, ya que monta un equipamiento adicional valorado en nada menos que 16.292 €, con lo que la factura final ascendía a un total de 65.053 €.
Os desglosamos, a continuación, cuáles son las opciones montadas y su precio:
- Pintura color Spacegrau metalizado — 975 €
- Paquete deportivo M — 4.567 €
- Paquete de navegación Business — 2.344 €
- Cambio automático — 2.561 €
- Dispositivo de alarma con mando a distancia — 570 €
- Deflector de viento — 390 €
- Triángulo de emergencia y botiquín de primeros auxilios — 61 €
- Retrovisores interior y exteriores con ajuste automático antideslumbramiento — 595 €
- Sistema de fijación para asiento infantil «ISOFIX» — 107 €
- Soporte lumbar en los asientos delanteros — 356 €
- Paquete de compartimentos — 164 €
- Calefacción de los asientos delanteros — 440 €
- Reposabrazos delantero deslizable — 178 €
- Orificio del sistema de carga variable con bolsa de transporte — 237 €
- Control de distancia en aparcamiento (PDC) — 889 €
- Tomas de corriente de 12 V adicionales — 36 €
- Elementos de luz LED — 356 €
- Sistema de altavoces — 677 €
- Conexión ampliada del reproductor de música en el teléfono móvil — 119 €
- Volante de cuero M multifunción con levas de cambio — 143 €
Lo que francamente no resulta de recibo es que haya que pagar por elementos de seguridad que son de serie en la mayoría de automóviles. Nos referimos, evidentemente, al triángulo de emergencia y botiquín de primeros auxilios, por los que hay que abonar 61 €, o el Sistema de fijación para asiento infantil ISOFIX por 107 €.
Tras la primera entrega de la Prueba a Fondo del BMW Serie 3 Cabrio continuamos ahora con la segunda parte:
Maletero
El maletero es el gran perjudicado por la adopción de un sistema de techo rígido en vez del más extendido (y menos complejo) de lona. Pero es que no se puede tener todo. La seguridad que ofrece ante una climatología adversa o ante los amigos de lo ajeno tiene como contrapartida el ocupar un gran volumen, por los diversos elementos en los que se divide así como por la presencia de motores, articulaciones, etc. y si queremos que todo ello no se vea, tendremos que meterlo en algún lado.
Cuando se circula con el techo puesto el volumen total del maletero es francamente aceptable, nada del otro mundo, pero aceptable, con unas formas bastante regulares y una capacidad que llega hasta los 350 litros, suficiente para los cuatro ocupantes, si utilizamos todas sus posibilidades, lo cual implica no poder abrir el techo en ningún momento. Si por el contrario circulamos descapotados o pensamos hacerlo en algún momento de nuestro desplazamiento tendremos que extender previamente una tapa deslizante que servirá de límite para saber hasta dónde podemos cargar el maletero y de esta forma no interferir con el techo plegado. Consecuentemente la capacidad de almacenaje se ve notablemente reducida, hasta los 210 litros, y ello significa que deberemos llevar tan sólo lo imprescindible para cuatro ocupantes o algo más si únicamente viajan dos personas. De hecho en BMW, que piensan en todo, han diseñado un juego de maletas específicas de cabina de avión (a 102 € la unidad) para aprovechar al máximo dicho espacio. Si éstas no fueran suficientes existe la posibilidad de adquirir otras dos maletas junto con dos bolsas pequeñas que se adaptan a la perfección a las formas de los asientos traseros y que disponen de correas de seguridad para evitar su deslizamiento (651 € el juego).
Adicionalmente se pueden abatir los asientos traseros para transportar bultos de grandes dimensiones o bien hacer uso de una abertura en la zona central que permite ubicar dos pares de esquíes o una tabla de snowboard. También se ha implementado una función de apertura y cierre, denominada Confort, que facilita el acceso al maletero con el techo plegado, disponiendo de la máxima abertura de carga posible para colocar cómodamente el equipaje, sin que sea necesario cerrar el techo.
En todo caso no estamos ante un vehículo familiar para nuestros desplazamientos vacacionales, aunque sí puede ser una excelente opción para viajar con tu pareja, en un recorrido romántico, tranquilo, a ese sitio de playa o montaña que tanto os gusta, y disfrutar del viento en la cara mientras por el equipo de audio se escucha a vuestro interprete favorito…
Motorización
Existen diferentes posibilidades de motorización para el BMW Serie 3 Cabrio, tanto en gasolina, desde el más modesto 318i (143 CV) hasta el 335i (306 CV), como en diésel, que abarca desde el 320d (184 CV) hasta el 330d (245 CV), todos ellos bajo la filosofía BMW EfficientDynamics.
La versión probada por Coches.com ha sido la 320i, que equipa un propulsor de 4 cilindros, longitudinal, de 1.995 cm3, alimentado mediante un sistema de inyección directa de gasolina de segunda generación (High Precision Injection) con mezcla pobre, que es capaz de entregar una potencia máxima de 170 CV a 6.700 rpm y un par de 210 Nm a 4.250 rpm lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos (con el cambio automático de 6 velocidades) o alcanzar una velocidad máxima de 226 km/h. Todo ello con unas emisiones de 169 g/km de CO2 y un consumo medio ponderado de 7,3 litros/100 km.
Estimamos que los 170 CV que produce el motor son suficientes para mover los casi 1.700 kg en orden de marcha que pesa este descapotable y para realizar una conducción alegre. Aunque si personalmente tuviese el dinero suficiente para comprarlo preferiría ir un poco más allá, adquiriendo al menos la versión 325i (de 218 CV). ¿Por qué digo esto? Bueno siempre se puede alegar que el Serie 3 Cabrio es un vehículo para el disfrute, que no hace falta realizar una conducción extremadamente deportiva para divertirse, pero francamente echo de menos algo más de potencia, sobre todo por el resbalamiento que conlleva la utilización de la caja de cambios automática de 6 relaciones, y para que las aceleraciones sean algo más fulgurantes (ver las cifras arriba mostradas). No parece lógico que cualquier compacto deportivo de marca generalista nos aplique un severo correctivo a la salida de un semáforo… Y ya puestos a elegir, para no desaprovechar las excelentes posibilidades dinámicas del atractivo y eficaz Paquete Deportivo M, sería ideal poder contar con el excepcional propulsor del 335i, de 6 cilindros y 2.979 cm3, con la tecnología TwinPower Turbo, y una potencia de nada menos que 306 CV a 5.800 rpm y un par máximo de 400 Nm entre 1.200 y 5.000 rpm, que es capaz de lanzarlo hasta una velocidad máxima (autolimitada electrónicamente) de 250 km/h o acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 5,7 segundos, siempre bien acompañado por el excepcional cambio automático de doble embrague y 7 relaciones.
En cuanto al consumo, como ocurre en la práctica totalidad de marcas, no se han cumplido las cifras homologadas por el fabricante, que son de 9,8 l/100 km en ciclo urbano; 5,8 l/100 km en el interurbano y 7,3 l/100 km en el ponderado. Tras haber recorrido más de 1.200 km en la semana que dispusimos de este BMW Serie 3 Cabrio, el consumo medio no bajó en ningún momento de 8,6 l/100 km, con consumos puntuales de dos cifras si éramos lo suficientemente generosos con el pie derecho. Además los consumos en ciudad se ven seriamente penalizados ante la imposibilidad de montar con esta motorización el Sistema Stop&Start.
Comportamiento
Aunque pueda parecer una obviedad nos encontramos ante un BMW y encima equipado con el Paquete Deportivo M. Esto quiere decir que es uno de los vehículos más eficaces que nos podemos encontrar ahora mismo para practicar una conducción deportiva sin apenas esfuerzo y con total seguridad, sin vernos obligados a adquirir un superdeportivo. Si a ello le unimos la posibilidad de circular a cielo abierto esas sensaciones se disparan exponencialmente.
Puedo garantizaros que con pocos vehículos me lo he pasado tan bien realizando uno de nuestros recorridos habituales de prueba por la sierra madrileña, como es el descenso del Puerto de Navacerrada en su vertiente norte, por las “siete revueltas”… Y no hace falta ir excesivamente deprisa o emulando a un piloto de drift, bastará con enlazar suavemente las curvas unas detrás de otra, dejando que el motor y el cambio automático hagan su trabajo mientras el aire acaricia nuestra cabeza. Es una sensación que recomiendo a cualquiera que no la haya vivido. Los kilómetros se suceden lentamente, a la vez que vemos pasar por encima de nuestras cabezas las copas de los árboles a punto de cambiar su coloración ante la proximidad del otoño.
También podemos realizar una conducción más dinámica, simplemente deberemos entonces mover la palanca de cambios hacia nuestra izquierda, seleccionando el Modo Sport, y a partir de esos momentos realizaremos los cambios desde las levas situadas detrás del volante. Podremos subir y bajar marchas en el momento que queramos con transiciones suaves y sin vacíos de potencia. Si queremos ir un paso más allá entonces este cambio automático muestra sus limitaciones, no siendo equiparable a uno de doble embrague (sólo disponible en el 335i). Por lo que respecta a suspensiones y frenos no tendremos el más mínimo problema. Las primeras sujetan firmemente el coche, por muy pasados que entremos en las curvas, sin que por ello se muestren incómodas (a pesar de haberse rebajado 15 mm sobre la estándar). Los frenos aguantan todas nuestras solicitaciones de forma sobrada acompañados por unos neumáticos de excelente agarre.
Pero lo bueno de este modelo es que lo mismo sirve para “desestresarnos” en un recorrido bucólico o realizando una conducción deportiva que para circular cómodamente por nuestra localidad de residencia o acudir diariamente al trabajo. En estas circunstancias el cambio automático supone una gran ayuda, por su finura y delicadeza. Si el tiempo acompaña podremos circular descapotados y entonces nos sentiremos observados continuamente, tanto por parte de los peatones como por los otros conductores. En los recorridos urbanos la dirección es lo suficientemente suave y a pesar de sus más de 4,5 metros de longitud (4,612 m. para ser exactos) no tendremos mayores problemas para desenvolvernos entre el tráfico o encontrar aparcamiento, ayudados en esta última labor por el Control de Distancia de Aparcamiento (PDC).
Si tenemos que realizar un viaje por vías de alta velocidad apenas notaremos diferencias con cualquiera del resto de berlinas de la firma bávara. La insonorización de la cubierta está magníficamente conseguida, con un nivel de ruido aerodinámico realmente bajo, de tal forma que si nuestros acompañantes no se han percatado de que se han subido a un descapotable quedarán gratamente sorprendidos cuando así se lo indiquemos. Moviéndonos por autovías y autopistas podremos mantener sobradamente cruceros legales o realizar fulgurantes maniobras de adelantamiento gracias al cambio automático y al voluntarioso propulsor.
Por último merece la pena mencionar el fantástico chasis. No hemos percibido en ningún momento crujidos, vibraciones o desajustes de la carrocería o de los cristales por muy rotas que estuvieran las carreteras por las que circulábamos. Y esto nos habla bien a las claras de la gran calidad de realización de este descapotable germano. Además en términos de seguridad podemos estar realmente tranquilos, con un despliegue tecnológico muy importante, ya que si se diese el hipotético caso de, por ejemplo, un vuelco, de forma instantánea los sensores encargados de vigilar la aceleración longitudinal y transversal dispararían el Sistema de Protección Antivuelco, oculto detrás del respaldo de los asientos traseros, para proteger a los ocupantes.
Veredicto de Coches.com
Para definir en pocas palabras este BMW Serie 3 Cabrio podríamos recurrir a la famosa frase del matemático y físico francés Blaise Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Y es que después de haber disfrutado de este modelo durante varios días hemos de reconocer que nos ha robado el corazón. Pues en un solo modelo tenemos reunido un deportivo, una berlina familiar, un vehículo de representación y un atractivo descapotable y curiosamente se desenvuelve en todos esos ambientes a la perfección. ¿Se puede pedir más?
Agradecimientos: Bodegas Abadía Retuerta
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