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Gonzalo Yllera

Prueba a fondo: Toyota Auris 130 Active

La oferta de compactos generalistas es cada día mayor y la supremacía en este competido segmento de los modelos fabricados en el Viejo Continente (entre los que podemos encontrar auténticos superventas como los SEAT León, Citroën C4, Volkswagen Golf, Renault Mégane o Ford Focus), se ve amenazada por una cada vez más numerosa horda de rivales llegados del Lejano Oriente.

Con el afán de hacerse con una parte de tan suculento mercado y posicionarse en los primeros puestos en la listas de ventas, los japoneses de Toyota han llevado a cabo, ya hace algún tiempo, una importante remodelación en su apuesta para el segmento C, que no es otra que el Auris que hoy os presentamos en esta Prueba a fondo.

Entre la amplia oferta disponible podíamos habernos decantado por la variante de propulsión híbrida, tan de moda o, quizá, por algunas de las opciones alimentadas mediante gasóleo, pero finalmente nos hemos decidido por ésta, con un motor de gasolina de 1,6 litros dotado del sistema de reglaje variable de válvulas (VVT-i Dual), cambio manual de 6 velocidades y nivel de equipamiento Active.

¿Merecerá la pena su adquisición frente a las variantes antes mencionadas? Vamos a tratar de averiguarlo.

Exterior

La sobriedad externa que caracterizaba la anterior generación del Toyota Auris ha dado un giro de 180 grados para pasar ahora a convertirse en un modelo que llama mucho más la atención cuando, por ejemplo, nos detenemos en un semáforo o simplemente circulamos por ciudad. El renovado diseño podría definirse con diversos calificativos, pero entre ellos no encontraríamos el de anodino. Era una evolución totalmente necesaria si quería entrar por los ojos del público europeo.

Las dimensiones exteriores no cambian en exceso sobre la anterior generación del Auris puesto que, de hecho, emplea una evolución de la misma plataforma, aunque lo que sí es totalmente diferente es la manera de interpretar las formas de la carrocería.

Su longitud total ha crecido ligeramente (30 milímetros), para situarse en los 4,27 metros, mientras que la anchura se establece en 1,76 metros. La que se ha visto rebajada es la altura total (en 55 milímetros), quedándose en 1,46 metros, lo que representa indudables ventajas a la hora de rebajar el centro de gravedad del vehículo (y por tanto en el comportamiento dinámico), pero también penalizará ligeramente la habitabilidad interior, sobre todo en las plazas posteriores. Por su parte la distancia entre ejes sí que es idéntica a la anterior entrega con 2,60 metros.

El frontal, la zona más característica de esta nueva entrega del compacto nipón, se define por sus formas afiladas y un aire mucho más dinámico que busca atraer al público joven. Los grupos ópticos destacan por sus rasgos oblongos y por la inclusión junto al foco principal de unos LED que ejercen la función de luz de día. Se unen sin solución de continuidad con la calandra, formado una V muy abierta, que culmina en su vértice con un logo de Toyota de mayores proporciones.

Las mayores aberturas de refrigeración se reservan para una ubicación inferior, dentro de un espacio trapezoidal sobre el que se coloca la matrícula. A ambos lados hallaremos los faros antiniebla, redondos, encastrados en unas formas ahusadas. Para terminar de rematar esta zona, una serie de perfiles cromados de plástico le dan un aire más atractivo.

En la vista lateral presenta unas líneas muy fluidas, sin cuerpos excesivamente marcados, asemejándose sus formas a las de un monovolumen, si no fuera por sus menores dimensiones generales. Aparte de los cristales situados en las puertas, cuenta con una tercera ventana en cada lateral, para aligerar visualmente el pilar C.

El techo cae suavemente a partir del pilar B, culminando en un pequeño alerón situado sobre el portón trasero. Los pasos de ruedas presentan pequeñas protuberancias para dar cabida a unas ruedas compuestas por unas llantas de aleación bastante discretas que montan neumáticos Michelin Energy Saver de dimensiones bastantes comedidas: 205/55 R16 91V.

La zona trasera cae muy verticalmente para, entre otras cosas tratar de aprovechar al máximo el espacio de almacenaje. Como acabamos de comentar en la parte superior está rematada por un pequeño alerón que, curiosamente, no incluye la tercera luz de freno, situándose ésta algo más abajo. El cristal no tiene unas dimensiones excesivamente grandes (es ancho, pero excesivamente estrecho), repercutiendo negativamente en la visibilidad, por lo que deberemos ayudarnos de la cámara posterior, sobre todo en maniobras de aparcamiento.

El portón ha crecido ligeramente en sus proporciones para facilitar la carga de equipaje, mientras que los grupos ópticos están divididos en dos zonas una fija en la carrocería y otra que se prolonga hacia este portón posterior, de manera que su tamaño facilitará que seamos vistos por los conductores que nos sigan. El paragolpes, de grandes proporciones, adopta formas redondeadas y bastante abultadas y, en su zona central, de forma similar a lo que ocurría en la parte delantera, resalta una forma trapezoidal, más oscura, donde se sitúa la matrícula. Se remata el conjunto con un único tubo de escape situado en el lateral derecho.

Interior

El interior también se ha visto renovado pero, a nuestro modesto entender, el resultado final no está tan conseguido como en sus líneas exteriores. Su diseño, a pesar de estar formado también por líneas angulosas, tiene una apariencia demasiado sobria, muy en el estilo nipón, y no termina de rematar adecuadamente el conjunto.

Los materiales elegidos son buenos, para el segmento de precio en el que se mueve este compacto japonés, con plásticos blandos y agradables al tacto y vistosos, aunque se encuentran un paso por detrás respecto a los ofrecidos por algunos de sus más enconados rivales. Pero también hay que decir que los ajustes alcanzan un muy buen nivel, lo que a la larga supondrá una notable ausencia de ruidos y vibraciones. Entra aquí en juego la alabada calidad de los productos de este fabricante japonés.

El salpicadero, en la zona superior, está realizado en plástico blando, de acabado mate, lo cual siempre es de agradecer a la hora de evitar molestos reflejos en el parabrisas. En cambio, la banda frontal del mismo, en este nivel de equipamiento, utiliza un acabado plástico que imita a metal satinado y que sí produce desagradables brillos. A ambos lados se sitúan unos aireadores redondos de fácil orientación y regulación, que permiten dirigir adecuadamente el caudal de aire hacia donde se desee.

En la zona central, en contraposición, encontramos dos aireadores rectangulares junto a un elemento que resulta anacrónico y fuera de lugar, como es la presencia de un reloj digital digno de los años 80 del pasado siglo.

Toda esta conjunto queda ligeramente girado hacia el conductor para facilitar la manipulación de los mandos, aunque la pantalla táctil de 6,1 pulgadas del sistema multimedia Toyota Touch la encontramos aún demasiado vertical y baja sobre lo que sería su situación ideal. La manipulación de la misma es rápida e intuitiva y desde aquí podremos controlar tanto el navegador, como el sistema de audio, además de diversos parámetros de configuración del vehículo, así como obtener una amplia variedad de datos sobre consumos, medias de velocidad, etc.

Si continuamos descendiendo nos toparemos con el climatizador monozona, de fácil regulación y suficiente potencia, incluso para los días calurosos que ya estamos empezando a vivir. Para rematar este espacio dispondremos de una toma de corriente de 12 voltios junto a una conexión USB y otra auxiliar, donde enchufar el más variado equipamiento tecnológico.

El volante tiene unas dimensiones adecuadas, tanto por tamaño como por grosor del aro, además su tacto no es nada desagradable. Cuenta, además, con diversos controles en sus radios horizontales, desde donde podremos gobernar en marcha el equipo de audio o el teléfono, evitando distracciones innecesarias.

Justo detrás se nos presenta un cuadro de relojes de concepción muy sencilla, presidido por las dos grandes esferas de cuentarrevoluciones y cuentakilómetros, con rebordes cromados, que incluyen en su interior una gran cantidad de testigos luminosos. Entre ambos se sitúa una pequeña pantalla multifunción desde la que podremos controlar los parámetros fundamentales del vehículo sin tener que apartar en exceso la vista de la carretera.

Los asientos delanteros, a pesar de su sencillez nos han gustado bastante, recogen bien el cuerpo, son cómodos y no cansan en viajes largos. Ayudan a encontrar fácilmente la postura de conducción adecuada, junto a los reglajes del volante, la posición de los pedales y una palanca de cambios que cae siempre muy a mano. Según indica la marca japonesa, el rediseño de estos asientos delanteros añade unos cuantos milímetros extra en el espacio para las piernas de los pasajeros traseros, aunque se muestran claramente insuficientes.

El diseño de los asientos traseros, al no contar con formas muy marcadas, permite acomodarse a tres pasajeros con menos apreturas de las inicialmente previstas. Cuentan con un reposabrazos central, abatible, pero no practicable y además pueden abatirse sus respaldos (en una proporción 60/40) para aumentar la capacidad de carga del maletero.

Por último la presencia del techo solar panorámico Skyview, gracias a sus considerables dimensiones, otorga al interior una gran luminosidad, con la que hacer frente a la oscuridad reinante, debida a la tonalidad de los materiales elegidos.

Maletero

Gracias a las ligeras modificaciones habidas en la plataforma de este Toyota Auris y a la optimización del diseño interior, se ha conseguido incrementar la profundidad del maletero en casi 5 centímetros, para llevar la capacidad de carga hasta los 360 litros, que lo sitúa en la media del segmento. Además gracias al aumento en 9 centímetros de la anchura del portón trasero resultará mucho más sencillo efectuar la carga de objetos voluminosos.

El espacio del maletero es bastante aprovechable a pesar de las formas redondeadas de los pasos de rueda. Cuenta, además, con un doble fondo muy útil a la hora de camuflar objetos que no queremos que sean vistos.

Como ya hemos visto, los respaldos de los asientos traseros pueden abatirse por zonas, de manera muy sencilla, facilitando el transporte de bultos de grandes dimensiones aunque, en este caso, el volumen total que se puede lograr es un dato que no ha facilitado el fabricante nipón.

Con 4.513 unidades vendidas en los 4 primeros meses del año (hasta abril), el Toyota Auris ocupa el puesto 17 entre los modelos más vendidos en España y el octavo lugar en el competido segmento de los compactos. Al igual que en la primera parte de esta Prueba a fondo seguimos analizando cuáles son sus virtudes y defectos:

Equipamiento

Un apartado en el que destaca especialmente este Toyota Auris es el del equipamiento, pudiendo escogerse entre tres niveles diferentes: una versión básica (Live), una intermedia (Active), y una superior (Advance). Como ya os hemos comentado, en el caso del ejemplar que nos cedió Toyota España, se trataba de un acabado Active que, por otra parte, es el que supone el mayor número de ventas en el mercado europeo, por su excelente relación precio/equipamiento.

Incluso desde el nivel de equipamiento Live, de acceso a la gama, ya encontramos elementos como:

  • Asistente de arranque en pendiente
  • Climatizador monozona
  • Control dinámico de estabilidad, tracción y dirección (VSC+)
  • Faros delanteros con función “Follow Me Home”
  • Luces de circulación diurna con tecnología LED

En el caso de subir un paso más hasta el nivel Active (el de nuestra unidad), entonces añadiremos a lo anterior:

  • Control de crucero
  • Faros antiniebla delanteros
  • Elevalunas eléctricos traseros
  • Suspensión trasera multibrazo independiente
  • Conectividad Bluetooth
  • Volante multifunción en cuero-napa
  • Salida del tubo de escape cromada
  • Llantas de 16 pulgadas
  • Reposabrazos central trasero
  • Sistema multimedia avanzado Toyota Touch con conectividad USB/iPod
  • Cámara de visión trasera

El equipamiento opcional de esta unidad de pruebas incluía, además:

  • Pack Look
    • Llantas de aleación de 16 pulgadas con neumáticos 205/55 R16
    • Instrumentación “Dual Meter”
    • Inserciones exteriores cromadas y “Black piano”

  • Pack Confort
    • Sensores de luz y lluvia
    • Retrovisor interior electrocromático
    • Sistema de entrada y arranque sin llave
    • Retrovisores exteriores plegables eléctricamente
  • Pack Skyview
    • Techo solar panorámico Skyview
    • Cristales traseros y laterales oscurecidos

  • Toyota Touch&Go
    • Sistema de navegación
    • Conectividad Bluetooth avanzada
    • Acceso a Apps
  • Pintura Metalizada

Aparte de todo lo anterior se puede acceder a un completísimo catálogo de accesorios originales Toyota con el que el propietario podrá personalizar su Auris hasta conseguir un modelo realmente único o, por lo menos, mucho mejor adaptado a sus necesidades específicas.

Es posible adquirir este compacto desde 14.850 €, del Toyota Auris 130 Live con motor de gasolina (con un PVP de 19.100 €, al que se le aplica un descuento de la marca de 3.250 €, y 1.000 € adicionales del Plan PIVE 5).

El Toyota Auris 130 Active podemos comprarlo incluso más barato, desde 14.601 € (aunque parte de un PVP de 20.350 € pero, gracias a una promoción de la marca nipona de 4.749 € y a los 1.000 € extra del Plan PIVE 5, reduce ligeramente la cifra del acabado Live), por lo que resulta mucho más recomendable.

La unidad probada por nosotros, con todo el equipamiento adicional anteriormente referido, tiene un precio final de 16.876 €, que nos parece realmente competitivo, aunque siempre podéis encontrar la mejor oferta para este Toyota Auris a través del buscador de Coches.com, y al mismo tiempo haceros con el mejor seguro para vuestro vehículo.

Motorización

Esta motorización de gasolina no es precisamente la más vendida entre los Toyota Auris, con una clara preferencia por parte de los usuarios hacia las movidas por diésel y ya con una cifra de ventas a tener en cuenta de la variante híbrida (aunque todavía testimonial).

El propulsor que hoy probamos es un 4 cilindros en línea, situado en posición trasversal y con una cilindrada de 1.598 centímetros cúbicos, que es capaz de ofrecer 132 CV de potencia a 6.400 rpm, mientras que el par máximo es de 160 Nm a 4.400 rpm. Utiliza la tecnología Valvematic de Toyota, consistente en un reglaje variable, tanto de la apertura como del tiempo, en las válvulas de admisión con el fin de optimizar la combustión.

Con estas características, y debido también a la buena aerodinámica (con un coeficiente de resistencia Cd de 0,277) y al contenido peso de 1.190 kg, es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 10 segundos justos.

Como veremos en el apartado de comportamiento, el motor se muestra voluntarioso, sin ser un dechado de virtudes (encontramos otros propulsores en el mercado mucho más vanguardistas, prestacionales y, al mismo tiempo, ahorradores que éste…), pero lamentablemente se ve penalizado por un desarrollo final excesivamente largo que, aunque pueda parecer lo contario, hace que los consumos no se acerquen a los homologados.

Esto se debe a que en la conducción habitual hay recurrir más frecuentemente de lo deseado al cambio, bajando una e incluso dos marchas, si queremos imprimirle un ritmo medianamente vivaz… En terreno llano los consumos sí que se ajustan más a los valores facilitados por el fabricante.

Las cifras de consumo homologadas oscilan entre los 7,9 l/100 km en ciudad y los 4,8 l/100 km en recorridos interurbanos, con un gasto medio de combustible de 5,9 l/100 km. En nuestras propias mediciones, en condiciones de tráfico real, el consumo urbano se elevó hasta 9,0 l/100 km, a pesar de contar con el sistema Stop&Start, y en carretera y autovía a 6,2 l/100 km, con un consumo medio de 7,3 l/100 km, lo que a todas luces nos parece excesivo. Con estos datos y una capacidad del depósito de combustible de 50 litros, la autonomía real no llegará a los 700 km. Las emisiones de CO2 se quedan en 138 g/km, cumpliendo la normativa EURO 5.

Comportamiento

En cambio, en este apartado, el compacto Auris ha mostrado una apreciable mejoría, sin convertirse ahora en un radical deportivo ni mucho menos, la implementación en esta variante de un tren trasero multibrazo transmite una mayor confianza a la hora de abordar todo tipo de trazados.

Se trata de un vehículo sumamente fácil e intuitivo de conducir, apto para todo tipo de públicos, va siempre por el sitio, y solamente cuando se entra muy pasado en una curva se manifiesta un buscado subviraje que rápidamente se encarga mitigar la electrónica, bastante intrusiva por cierto. En este apartado muestra un amplio despliegue en medidas de seguridad activas con ABS, EBD (Distribución electrónica de la fuerza de frenado), BA (Asistencia de frenado), VSC (Control de estabilidad del vehículo) y TRC (Control de tracción).

En autovía/autopista se desliza de forma suave y silenciosa (la buena aerodinámica sale aquí a relucir) y los largos desarrollos también contribuyen a ello. A cruceros legales se puede mantener una conversación sin alzar la voz o bien escuchar nuestra música favorita en el equipo de audio, que cuenta con una calidad aceptable.

Los inconvenientes pueden aparecer, como mencionábamos en el apartado referido al motor, cuando se han de abordar prolongadas pendientes, entonces el propulsor no es capaz de aguantar los desarrollos siendo necesario bajar de marcha para poder relanzar al vehículo y que mantenga la velocidad de crucero apropiada, esto reasulta aun más evidente cuando el vehículo transporta más ocupantes que el simple conductor y su correspondiente equipaje, cosa que comprobamos, por ejemplo, en las largas subidas del Puerto de Somosierra, en la A1.

En carretera nacional tiene un rodar también suave, los kilómetros transcurren casi sin enterarnos, destacando por su notable confort. Cuando la carretera se retuerce se ha de recurrir nuevamente al cambio, para conseguir mantener el ritmo. Afortunadamente éste funciona bien, con recorridos no muy largos e inserciones rápidas aunque, eso sí, siempre nos encontraremos viajando con una marcha menos que, por ejemplo, con la motorización diésel equivalente, para mantener la misma velocidad, repercutiendo negativamente en los consumos.

Los frenos están correctamente sobredimensionados para el peso y las prestaciones de este modelo, con discos ventilados delante (277 mm de diámetro) y macizos detrás (270 mm). Las distancias de frenado son buenas, no tanto su resistencia a un uso intensivo, alargándose progresivamente el espacio recorrido a medida que les vamos exigiendo, por ejemplo, descendiendo un puerto de montaña. En el resto de circunstancias su rendimiento resulta sobrado.

En ciudad, su tamaño de carrocería contenido, los cortos voladizos y una dirección suave nos permitirán ratonear entre el tráfico. La visibilidad trasera resulta algo comprometida por el tamaño del cristal posterior, afortunadamente contaremos con una cámara que nos ayudará en este sentido. La suspensión confortable y el mayor perfil de los neumáticos harán que, a pesar de los innumerables baches de nuestras urbes, los desplazamientos resulten cómodos.

Veredicto de Coches.com

No debemos olvidar que este Toyota Auris es un compacto generalista, y como tal hemos de juzgarlo. Es un vehículo “todo-uso” para una familia media, que lo mismo se utiliza para acudir diariamente al trabajo, llevar a los niños al colegio o realizar la compra semanal, que para los habituales desplazamientos vacacionales. Y en todos estos aspectos cumple a la perfección. De todas formas si necesitas más espacio para equipaje siempre puedes recurrir a la versión Touring Sports, con la que nuestro compañero Luis Ramos tuvo una interesante toma de contacto, hace algo menos de un año.

Si a ello le sumamos un equipamiento aceptablemente completo en la versión probada (sin estrafalarias opciones) y un precio realmente contenido gracias a las diversas ayudas, estaremos ante un producto que, pese a pequeños inconvenientes, no nos defraudará en absoluto. Es aquello que aparenta, no engaña a nadie. Todo ello acompañado de la tradicional fiabilidad de los productos de la firma nipona.

No obstante la decisión de compra ha de estar, como siempre, muy meditada. Esta motorización de gasolina, frente a su rival de gasóleo (el Auris 120D), consume entre 1 y 2,7 litros más cada 100 km (en función del tipo de recorrido), aunque su precio de adquisición es del orden de 2.600 € inferior, a igualdad de equipamiento. Por lo tanto todo dependerá de factores como el número de kilómetros recorridos al año o de los gustos personales. Ahora con todos los datos, la pelota está en tu tejado…

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