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Pruebanoticias/
Luis Blázquez

Toyota GR Supra, prueba contacto del renovado icono japonés

El nuevo Toyota Supra tenía el listón alto para superar las expectativas. Ha estado más de un lustro en gestación. En enero 2014 se presentó al mundo el primer prototipo en el Salón de Detroit, el Toyota FT-1 Concept. Ahora, en mayo de 2019, ha llegado el fin de una espera que poco a poco íbamos conociendo mediante numerosos goteos informativos. El Supra de producción ya está aquí, y la paciencia ha merecido la pena.

Se ha dicho hasta la saciedad, así que ya sabrás que el nuevo Toyota Supra se ha desarrollado en colaboración junto con BMW y comparte plataforma con el Z4 M40i. ¿Quiere decir esto que ambos modelos son el mismo coche pero con otro aspecto? Sí y no. El Supra y el Z4 son gemelos, se fabrican en la misma planta de Magna Steyr en Graz, Austria, y comparten el mismo tren motriz: un bloque de seis cilindros en línea turboalimentado asociado a una caja de cambios automática de ocho velocidades.

Tetsuya Tada, ingeniero jefe y padre del Supra y GT86, explicó meses atrás que, cuando él y su homólogo de BMW iniciaron conversaciones, crear un biplaza de corte deportivo era una premisa común. “Discutimos qué tipo de deportivo haríamos, y decidimos que Toyota haría un coupé y BMW un descapotable. Examinamos el mercado para buscar qué coches ofrecían esta configuración sobre la misma plataforma, y tan solo vimos los Porsche Boxter y Cayman” afirmó Tada.

Se podría decir que el Toyota Supra tiene el foco puesto en el Porsche Cayman, y el BMW Z4 en el Boxter

Los ingenieros del nuevo Toyota Supra hablan de tres pilares: una distancia entre ejes muy corta (2.470 mm, 100 mm menos que la del GT86), un ancho de vías proporcional a la batalla (de 1.594 mm delante y 1.589 mm detrás) y un bajo centro de gravedad, por debajo del GT86 con motor bóxer de cuatro cilindros. Tada San defendió desde el primer momento que el motor de seis cilindros en línea, en consonancia con la herencia del Supra, era una necesidad desde el primer momento, y una razón de peso para asociarse con BMW.

Una vez que se decidieron los componentes que se iban a emplear en la fabricación, la mayoría de los cuales son de origen bávaro, las dos compañías empezar a desarrollar cada coche por separado. Se diseñaron en estudios independientes y no hubo superposición entre ambos. Desde Toyota defienden que sus ingenieros no manejaron los prototipos del Z4, y viceversa, por lo que cada uno tiene su propia personalidad.

El hardware es prácticamente igual, pero cada equipo ha empleado distintas configuraciones para la suspensión y la electrónica. Una electrónica que está muy presente en el Toyota Supra, como en el uso de un diferencial activo, amortiguadores adaptativos y dirección eléctromecánica de asistencia variable. El Toyota Supra sigue siendo un auténtico deportivo donde una cosa son los números y otras las sensaciones.

Exterior

El diseño es eminentemente japonés. Es extremo y macarra, lo mires desde el ángulo que lo mires. No es un coche con el que vayas a pasar desapercibido por la calle. Como hemos visto unas líneas más arriba, el Toyota Supra bebe del diseño mostrado en el prototipo FT-1, con una mirada imponente gracias a unos faros afilados, tres grandes entradas de aire y un labio inferior muy marcado. Sin duda, la matrícula le hace un flaco favor al conjunto.

La vista lateral tampoco está carente de prominencia. Con una longitud de 4.379 mm (139 mm más que el GT86), observamos la proporciones clásicas de un coupé de dos plazas. El capó se extiende horizontalmente hasta un habitáculo muy retrasado, donde el eje trasero se sitúa justo tras los asientos. La línea del techo cae progresivamente hasta el portón del maletero, rematado por un spoiler de tipo “cola de pato”.

Como marcan las tendencias actuales, las tomas de ventilación del capó y de las puertas son de plástico macizo; no tienen ninguna función práctica. Los pasos de rueda están muy marcados, y el agresivo ascenso del pilar C nos deja con una superficie acristalada que no destacará por su buena visibilidad desde el puesto de conducción. Al igual que en el frontal, la zona inferior queda rematada por unas faldillas de plástico negro.

Si el frontal y el perfil llaman la atención, la zaga se lleva la palma. Bajo un punto de vista personal, es la zona más conseguida del conjunto. Todo llama la atención: el alerón donde se ubica el logo de Toyota, los pilotos afilados con tecnología LED que apenas han variado respecto al prototipo o el gran difusor con una salida de escape a cada lado y el faro antiniebla y de marcha atrás al más puro estilo Fórmula 1.

¿Está sobrediseñado? Sí. El nuevo Toyota Supra ha tomado la determinación de apostar por una estética arriesgada que plasma la deportividad más agresiva, siguiendo los pasos de otros modelos del mercado como su compatriota nipón el Honda Civic Type R. Te puede gustar más o menos, pero queda claro que no deja indiferente a nadie. Si quieres un coupé deportivo, tienes varias opciones, pero quien se plantea un Supra, no busca otras alternativas. Quiere este coche.

Interior

¿Cómo el Toyota Supra visto desde dentro? Como era de esperar, tiene un ligero aire alemán. Muchos de los componentes han sido tomados de BMW, tales como los mandos de los intermitentes y limpiaparabrisas, el sistema multimedia iDrive y su control rotativo, el selector de cambio, el climatizador o los tiradores de las puertas. Sin embargo, el carácter general sigue siendo distinto entre ambos coches.

La horizontalidad del salpicadero que delinea los orificios de ventilación ayuda a que nos sintamos en un entorno más amplio, bajo y deportivo que el del Z4. Todo se ha dispuesto de forma que tengamos la vista al frente en todo momento. El cuadro de instrumentos es digital, y muestra la información justa y necesaria sin echar nada en falta. Tacómetro y marcha engranada en el centro, velocímetro digital con lectura de señales de tráfico a la izquierda junto con el nivel de gasolina, y a la derecha una sección reservada al resto de funciones (navegación, música y demás parámetros).

Al igual que su gemelo, el Toyota Supra goza de una pantalla táctil de ocho pulgadas combinada con la rueda de la consola central, al lado del selector de cambio. El sistema iDrive tiene una interfaz de Toyota al iniciarse, y mensajes de advertencia específicos de la compañía, pero todo lo demás es BMW. Y en absoluto es algo malo, todo lo contrario. Es el sistema de infoentretenimiento más fluido de toda la gama Toyota.

También tiene algunos puntos negativos. Hay lugares que pecan de una calidad un poco por debajo de la esperable en un coche de casi 70.000 euros. Por ejemplo: las levas de cambio (fijas al volante) son de plástico, los altavoces tras los asientos y su montaje parecen sacados del Norauto más cercano, no hay cubierta que separe el hueco del maletero de la cabina y algunos plásticos se asemejan en tacto a otros modelos más económicos de la casa japonesa.

Maletero

Por lo general, la ergonomía está bien cuidada, esperando encontrar todos los elementos donde quieras que estén. Salvo uno, el botón de apertura del maletero. Si esperas encontrar una tecla mágica en en el portón exterior, no la encontrarás. Tan solo lo podrás abrir pulsando el botón de la llave o el que está situado bajo el altavoz inferior de la puerta del conductor.

Cuenta con 290 litros de capacidad bastante aprovechables, con superficies planas que nos garantizan hueco para un par de bolsos de deporte o alguna maleta de mediano tamaño, aunque la boca de carga es estrecha y elevada. En cada extremo lateral cuenta con una anilla para poder atar los objetos que llevemos atrás, e incluso cuenta con una pareja de bolsillos para alojar pequeños cachivaches. Entre los poco agraciados altavoces se ubica un pequeño extintor.

Equipamiento

En el mercado español, el nuevo Toyota Supra tan sólo estará disponible en un acabado. Y no, no hay intención de traer las mecánicas de cuatro cilindros de 2.0 litros con 197 y 258 CV, como tampoco una caja de cambios manual. Aquí lo tendremos con el motor de seis cilindros y 3.0 litros y un abundante equipamiento de serie.

A nivel exterior nos encontramos con llantas forjadas de 19 pulgadas, pinzas de freno de cuatro pistones (Brembo) pintadas en rojo, faros delanteros adaptativos y luces de conducción diurna LED, retrovisores con memoria, cámara de visión trasera y suspensión adaptativa variable. En el interior obtendremos una consola en símil de carbono, asientos calefactados, con soporte lumbar y ajuste eléctrico, tapicería de Alcántara, navegador con servicios conectados, 10 altavoces y sistema de acceso y arranque sin llave.

Como no podía ser de otra manera, también cuenta con el paquete de seguridad Toyota Safety +, que incluye control de crucero adaptativo con función Stop & Start, detector de ángulos muertos, aviso de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico (RSA), sistema de alerta de pre-colisión con detención de peatones (PCS), control inteligente de luces de carretera (AHB) y sensores de aparcamiento con función de freno.

El acabado es cerrado, como suele ser norma en los coches que vienen del país del Sol Naciente. Lo único que podremos elegir como clientes será el color, disponible en Rojo Racing, Amarillo Solar, Azul Indigo Metalizado, Negro Metalizado, Gris Montecarlo y Blanco Metalizado. El gris mate de la unidad que ilustra esta prueba no está disponible, ya que se trata de una edición limitada a 90 unidades que, además, añade un tono rojo a los asientos y otras llantas de aleación.

Motor

Si has llegado a leer hasta aquí, ya sabrás que bajo el capó se aloja un motor de seis cilindros en línea con 2.998 cm3 capaz de entregar 340 CV –entre las 5.000 y 6.500 RPM– y500 Nm –entre las 1.600 y 4.500 RPM– a las ruedas posteriores. Este bloque cuenta con control de válvula variable y sincronización variable del árbol de levas, además de un solo turbo de doble entrada e inyección directa.

Según los datos de la ficha técnica, con una masa de 1.570 kilos, el Toyota Supra es capaz de cubrir el 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y continuar empujando hasta los 250 km/h limitados electrónicamente. Cualquiera que esté familiarizado con este bloque en los coches de BMW reconocerá instantáneamente su sonido y su comportamiento. Para algunos puede ser una decepción que el motor no sea de origen Toyota, pero una vez lo conduces, es algo que se te olvida.

Este propulsor está asociado únicamente a una caja de cambios ZF de ocho relaciones por convertidor de par. ¿Una de doble embrague sería más rápida? Tal vez, pero no sería perceptible. Esta caja de cambios es más ligera y maneja a la perfección las relaciones según nuestras necesidades. Si queremos consumos bajos, podrá medio acercarse a los 7,5 l/100 km que homologa bajo ciclo NEDC, aunque la realidad es que rondarán los 10 l/100 km.

Comportamiento

Tras mucha teoría, llega el momento de ver cómo se aplica en la vida real. Es la hora de coger las llaves y ponerse a los mandos del nuevo Toyota Supra. Nada más entrar, lo primero que uno se da cuenta es de la baja posición de conducción. El asiento permite colocarse a escasos centímetros del suelo, algo que, para un servidor con 1,70 m de altura, apenas le da para ver por encima del volante.

Y hablando de los asientos, carecen de objeción alguna. Permiten un ajuste completo para que, independientemente de cómo sea tu complexión, te sientas abrazado y recogido en todo momento. La comodidad, la sujeción y la transpiración quedan garantizados gracias a su diseño combinado de cuero, tanto liso como perforado, y Alcántara. Ajustando el volante en longitud y profundidad, se encuentra la posición ideal sin mucho esfuerzo.

Abrochamos cinturones, pisamos el pedal de freno y pulsamos el botón de arranque. Un intenso ronroneo inicial nos hace pensar que no estamos ante un coche con un motor cualquiera. Se nota que el corazón del Supra es grande y potente, y que nos lo pasaremos bien durante la ruta. Toyota dividió la toma de contacto en dos partes: un paseo de montaña por los “pueblos negros” de la sierra de Madrid y una tanda de ocho vueltas en el circuito del Jarama.

Salir del parking del hotel no supone un esfuerzo titánico donde hay que estar continuamente preocupado por arañar los bajos o las esquinas del coche. Tiene la altura suficiente para sobrepasar las rampas y badenes y, con unas cotas similares a las del Toyota GT86, no es mucho más difícil de maniobrar que un compacto actual. Con el tráfico del centro de Madrid, la caja de cambios busca ser lo más conservadora posible. A 65 km/h, estaremos circulando en octava a 1.500 vueltas.

En carretera abierta, el coche saca su carácter de gran turismo. Estabilidad y confort son sus mayores puntos destacables. Un gran aislamiento acústico donde tan solo los retrovisores nos transmitirán algo de ruido aerodinámico al habitáculo, nos permite mantener una conversación en voz baja. El motor apenas se hace de rogar. Incluso circulando a velocidades más elevadas, el coche sigue transmitiendo una gran seguridad y aplomo.

A ello ayuda una dirección comunicativa y precisa, que gana peso en función de la velocidad; cuanto más rápido vas, más sensitiva es. Cierto es que el aro del volante no es una cascada de información, pero lo es mucho más de lo que los últimos coches de corte deportivo nos tienen acostumbrados. El chasis también tiene mucho que ver, con una rigidez torsional igual a la que ofrecía el extinto Lexus LFA, y un reparto de pesos equitativo entre ambos ejes (50:50).

El Toyota Supra es un coche que se puede usar todos los días sin sentirse mal por ello. Es dócil y manejable, con un diámetro de giro entre bordillos de 10,4 metros. Con dos modos de conducción disponibles, Normaly Sport, tendremos siempre la posibilidad de ajustar los parámetros de respuesta a nuestro gusto. Y si queremos combinar partes de ambas, siempre tendremos la opción de personalizar los ajustes bajo el modo Individual.

Quizá, la única pega la encontramos a la hora de colocar nuestros elementos de a pie, como las llaves, la cartera o el móvil. Los huecos para colocar pequeños objetos en el interior son escasos y distantes entre sí. Los bolsillos de las puertas apenas dan de sí para dejar las llaves y el hueco tras el selector de cambio dará espacio para ubicar medianamente el teléfono móvil (siempre que sea de pequeñas dimensiones, algo poco común en los tiempos que corren).

La visibilidad sobre el hombro más allá de los amplios puntos ciegos de los pilares traseros es pobre, aunque ese es el caso de muchos deportivos. Sin embargo, la vista hacia adelante y hacia los lados está bien para los estándares de este tipo de coches. Gracias al techo de “doble burbuja”, hay espacio suficiente para la cabeza incluso si optamos por llevar un casco en caso de acudir a unas tandas de circuito.

Tras una conducción espirituosa pero moderada por el norte de la capital, es momento de acudir al trazado del Jarama para ver cómo se desenvuelve en su otro hábitat natural, los circuitos. El Toyota Supra se siente bien plantado sobre el asfalto, con una gran flexibilidad para llevarlo al límite sin tener que ser un piloto profesional. Transmite confianza, y eso es lo más importante cuando vamos a rodar por encima de los 200 km/h.

Su corta distancia entre ejes ayuda a realizar unos cambios de dirección rápidos. Aparentemente, las reservas de agarre sobre el tren delantero son insaciables, no percibiremos subviraje en ningún momento. Los neumáticos Michelin Pilot Super Sport de medidas 255/35 delante y 275/35 detrás se encargan de cumplir con gran parte de ese cometido. Con la electrónica desactivada, conseguiremos antes que se vaya de culo.


Y respecto a este último punto, el control de tracción y estabilidad cumple con su cometido sin llegar a ser del todo intrusivo. Cuando desatamos todo el potencial del propulsor hundiendo el pedal derecho, la electrónica se encargará de hacer que el coche vaya sobre raíles sin sentirnos privados de dar algo más de chicha al coche. A pesar de que 340 CV es una cifra respetable, se nota que el chasis podría manejar más caballería sin despeinarse.

En el apartado de frenos, el tacto es un tanto peculiar. Con apoyar levemente el pie sobre el pedal, nos daremos cuenta de que el deportivo nipón comenzará a decelerar. Sin embargo, el recorrido es muy amplio. Cuando el ABS comienza a actuar, aún queda recorrido de pedal para “clavar” verdaderamente los frenos. Delante cuenta con discos ventilados de 348 mm y detrás de 345 mm, también ventilados.

Se podría decir que es un coche mucho más noble de reacciones que el Toyota GT86, apreciablemente más predecible y fácil de manejar cuando es llevado al extremo. Si somos demasiado exigentes, tal vez la carrocería balancee un poco más de lo que quisiésemos (con el modo Sport activado), aunque el control sigue ponderando por encima de la potencia pura y dura. Porque, como hemos dicho antes, en este coche priman más las sensaciones que los números.

Opinión coches.com

El Toyota Supra ha vuelto, y lo ha hecho manteniendo muchas de las premisas que caracterizaban a sus anteriores generaciones. Un diseño rompedor que lo hace destacar entre la multitud, un propulsor enérgico de seis cilindros en línea turboalimentado, y un gran carácter bipolar entre un gran turismo y un deportivo de pura cepa que no lo privan de ser un coche apto para el día a día.

Quizá, tantas expectativas a lo largo de los años habían puesto el listón demasiado alto para un icono como es el Supra. Su legión de seguidores se extiende a lo largo de todo el globo y es difícil de contentar a todo el mundo. Son muchas las quejas que ha recibido por ser muy BMW y no tanto un Toyota, pero no es un aspecto negativo. BMW sabe hacer buenos coches, y Toyota ha aprovechado esta sinergia para crear un gran coche.

El equilibrio y el manejo del Toyota Supra son de primera categoría y, al igual que ocurre con otros deportivos como el Alpine A110, es un vehículo deportivo carismático con sus propios encantos que bien podría convencer a un comprador exigente. El Supra no es coche para hacer volumen y sacar mucho dinero por cada unidad vendida, es un coche de representación que quiere acercarse a un concepto que ya no está en boga, el placer de conducción.

Ahora bien, ¿cuál es precio de hacerte con el nuevo Toyota Supra? 69.900 euros. Es un poco más económico que su gemelo alemán y, si puedes gastar ese dinero en un coche, no te arrepentirás de tenerlo en tu garaje una vez lo hayas conducido. Hay otras alternativas en el mercado, como los mencionados Alpine A110 y BMW Z4, o el Porsche Cayman, Audi TT y Jaguar F-Type. Sin embargo, aquel que tenga entre ceja y ceja al Toyota Supra, no se planteará otra opción.

Toyota GR Supra
8.1Nota
Lo mejor
  • Puesta a punto y dinámica de conducción
  • Carácter de gran turismo
  • Confianza al ser llevado rápido
Lo peor
  • Algunos acabados interiores
  • Huecos portaobjetos pequeños y escasos
  • Sobrediseño exterior
Diseño7
Habitabilidad7
Acabados7
Maletero8
Equipamiento9
Motor9
Comportamiento9.5
Calidad Precio8

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