El tema de los SUV coupés es una moda incipiente que parece que ha llegado para quedarse. Está claro que las carrocerías crossover son la norma y, dentro de ellas, los fabricantes se ven obligados a innovar para sobresalir por encima del resto. Y vieron un oasis en medio del desierto con la idea de transportar esas líneas tan llamativas de los coupés a sus todocamino de una forma sencilla y sin apenas sobrecoste. De esta escuela es fiel representante el Audi Q5 Sportback que tuvimos la ocasión de poner a prueba.
Básicamente, lo que cambia en un Q5 Sportback respecto al Audi Q5 convencional es la forma de la parte trasera. Introduce una caída de techo más dramática, con un pilar C inclinado para evocar esa línea coupé, aunque manteniendo las cinco puertas y la altura elevada de un SUV. Otros aspectos diferenciales de este ejemplar son los pilotos traseros OLED opcionales o la parrilla delantera con entramados específico, además de que lleva de serie la suspensión deportiva.
¿Suficiente para pagar un sobreprecio de hasta 6.000 euros en función de la versión? Para los usuarios que pongan la estética por delante del resto de motivos de compra, sin duda. Estamos hablando de un coche que supera los 50.000 euros, así que habrá clientes dispuestos a desembolsar un poco más por tener la apariencia del Sportback. Sin embargo, a los más prácticos, a los que compran con la cabeza no les terminará de convencer este modelo y tiene cierta lógica.
Lo cierto es que como se prima el diseño por encima de la practicidad, las plazas traseras son algo más pequeñas en altura, fruto de la caída del techo. También el maletero del Sportback se reduce 40 litros, no es mucho, pero algo se nota. Por lo demás, la tecnología y la calidad son las mismas, de un nivel elevado en ambos casos, pero sin más argumentos para justificar el sobreprecio de una carrocería sobre la otra. El de estilo coupé no tiene el nivel de equipamiento básico, parte con el acabado Advanced y de ahí que tenga un precio de partida elevado.
Arranca desde 56.660 euros, aunque con una configuración generosa como la de la unidad probada, la tarifa puede rondar los 70.000 euros. Y sin embargo, a día de hoy casi la mitad de las ventas de Audi Q5 corresponden a esta carrocería Sportback.
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