Este no es el tipo de competición que alguna vez pensamos que sería posible, pero lo ha sido y es emocionante. Esta carrera de aceleración (drag race) entre el legendario e icónico Ferrari F40 y el Ferrari 488 Pista Spider muestra la brecha generacional a la que hemos llegado en los últimos 30 años en tecnología automotriz. Los dos son superdeportivos teñidos de rojo con un corazón V8 doblemente turboalimentado, pero ahí se empiezan a acabar las similitudes.
Por un lado, el F40 tiene un V8 de 2.9 litros biturbo con 478 CV a 7.000 rpm y 577 Nm a 4.000 rpm, asociado a una transmisión manual de cinco velocidades. El 488 Pista Spider, por otro lado, emplea también un V8 biturbo, pero de 3.9 litros con 720 CV a 8.000 rpm y 770 Nm desde 3.000 rpm, y conjugado con una caja de cambios de doble embrague de siete velocidades. No es de extrañar que, fuera de la línea de salida, el 488 Pista Spider tenga una ventaja significativa sobre el último coche diseñado bajo el amparo de Il Commendatore.
Sin embargo, en esta carrera, el Ferrari F40 con Tiff Needell a los mandos, ahora volcado en el canal de YouTube Lovecarstras abandonar Fifth Gear, consiguió hacer una salida perfecta, y en realidad estuvo por delante del 488 Pista Spider en los primeros metros. Desafortunadamente, mientras cambiaba manualmente de marcha, el cavallino moderno desapareció en la distancia. Siempre hemos sabido que iba a ser el ganador, pero la brecha es más estrecha de lo que cabría esperar para una diferencia de, prácticamente, 30 años.
Una mirada a las fichas técnicas muestra que este último necesitó 3,38 segundos para alcanzar los 100 km/h, haciendo el cuarto de milla en 11,17 segundos. En comparación, el F40 necesitó 5,34 segundos para alcanzar las 100 km/h desde parado y completó el cuarto de milla en 12,74 segundos. Piensa también que Needell tenía la desventaja de tener que engranar sus propias marchas con la caja de cambios manual del F40, mientras que el 488 Pista tiene una transmisión automática de doble embrague con siete velocidades.
A favor de la montura más veterana hay que decir que no es solo conocida por su puesta a punto excepcional, sino también por sus medidas dietéticas que ayudan a conseguir esa conducción única. Como dictan las normas de un auténtico superdeportivo, el Ferrari F40 está hecho con los materiales más ligeros de la época, como una pintura fina como un papel de fumar o una carrocería de fibra de vidro. No esperes tampoco aire acondicionado o una radio. El resultado es que se ahorra algo más de un centenar de kilos frente a su contraparte moderna.
Esperábamos que ganara el F40, pero el rey británico del drift se las arregló para hacer al menos una salida muy visual. Además, un F40 es tan caro, tan coleccionable, que casi es casi un milagro verlo quemar rueda y escuchar cómo sube de vueltas hasta el corte de inyección; tan solo se fabricaron 1.315 ejemplares entre 1987 y 1992, y fue la punta de lanza de la firma de Maranello hasta la llegada del F50 en 1995.
Fuente: Lovecars
Vía: YouTube