Mazda lo tiene claro, los motores de gasolina todavía tienen potencial y están dispuesto a sacarlo. Por eso en sus planes de futuro más inmediatos no aparecen los eléctricos (por no hablar del diésel). Ahora mismo sus esfuerzos están centrados en el nuevo motor Skyactiv-X, la primera mecánica de gasolina en introducir el encendido por compresión, una tecnología conocida internamente conocida como SPCCI (Spark Controlled Compression Ignition).
La clave para este encendido espontáneo y extendido es una mezcla de la gasolina y el aire más rica que en otros motores. La chispa sigue estando presente, pero la combustión ocurre en varios puntos a la vez, de forma más homogénea. Eso hace que la eficiencia el motor sea superior (un 20-30 % más), al igual que su rendimiento (entre un 10 y un 30 % más potentes). Mazda afirma que con el Skyactiv-X se alcanzará una eficiencia térmica del 56 %.
La marca japonesa también afirma que sus emisiones pueden ser menores que las de los eléctricos si se miden de forma correcta. Ellos hacen referencia a las emisiones ‘well-to-wheel’ (de la fuente a la rueda), que analizan todo el ciclo de obtención de la energía. Más de la mitad de la producción mundial de electricidad depende de los combustibles fósiles (como el carbón o el petróleo) y durante el proceso también se emite CO2.
Mazda ha realizado los siguientes cálculos usando este análisis ‘well-to-wheel’. Un coche eléctrico de tamaño medio tiene un consumo de unos 20 kWh por cada 100 kilómetros. Si la electricidad se ha producido con ayuda del carbón tendría unas emisiones de 200 g/km, si se ha creado con petróleo de 156 g/km y si se ha usado GLP de 100 g/km. De esta forma dicen que el promedio es de 128 g/km, mientras que sus actuales motores de gasolina Skyactiv-G equivalentes emiten 142 g/km. El Skyactiv-X pretende mejorar esa cifra y de esta forma quedaría equiparado a los eléctricos.
Fuente: Mazda
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