Cuando Alec Issigonis diseñó el primer MINI, seguro que no se imaginaba la deriva que tomaría en las décadas siguientes. El modelo original triunfó y las ventas le acompañaron en varias épocas. Eso incluye la era BMW tras el cambio de siglo, aunque han cambiado muchas cosas. Ahora los vehículos han crecido en dimensiones y la gama se ha ampliado. El menos «mini» de todos sería el MINI Countryman, que acaba de estrenar nueva generación con multitud de cambios que hemos mostrado recientemente en una prueba.
Lo cierto es que el Countryman lleva más de una década en el mercado y desde el principio fue un incomprendido por muchos. Ahora, las tendencias han cambiado y es un modelo que encaja perfectamente al tratarse de un SUV pequeño. Con la actualización han crecido sus dimensiones y es mucho más capaz para aquellas familias que busquen espacio. Las plazas traseras no están nada mal gracias a la banqueta con desplazamiento longitudinal y su maletero llega hasta los 460 litros de capacidad para alcanzar a sus rivales más directos.
Aunque realmente el MINI Countryman es para aquellos que busquen vanguardia. Hay que tener la mente abierta para hacerse a su nuevo lenguaje de diseño, que gana personalidad. Y, sobre todo, para apreciar su interior minimalista que centra todo en la pantalla OLED circular de 24 cm de diámetro. La tecnología es realmente avanzada en este ejemplar, que cuenta con todas las funciones de conectividad. La calidad no se queda atrás, pues los acabados están bien resuelto y la gran mayoría de materiales utilizados presumen de buen tacto.
En el apartado técnico, la gama mecánica es bastante completa y adaptada a las necesidades actuales. Para los que quieran combustión tradicional, hay un diésel (con tecnología MHEV) de 163 CV y también tres gasolina de 170, 218 y 300 CV (C, S y JCW respectivamente). Por si fuera poco, la electrificación total llega por primera vez y hay dos MINI Countryman totalmente eléctricos. Tanto E como SE ALL4 cuentan con la batería de 66,45 kWh para superar los 400 km de autonomía y ofrecer prestaciones bastante buenas.
El precio lo cierto es que también ha crecido en la misma medida que sus dimensiones. Ahora parte de 39.600 euros el modelo más básico y las tarifas se incrementan hasta en 20.000 euros por el tope de gama. Aunque parece que va en línea con algunos rivales, teniendo en cuenta que hay muy pocos SUV pequeños de corte premium como el Countryman y ninguno tan actualizado.
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