Scania está en la lista de los fabricantes de camiones más conocidos a nivel mundial y de las que tienen mejor reputación. Es una firma de origen sueco que está bajo el paraguas del Grupo Volkswagen desde hace unos años y eso ha hecho posible que nos deje imágenes tan curiosas como las que traemos hoy. Y es que durante las pruebas de choque de su último modelo de camión se ha empleado un coche muy popular y que inunda las carreteras de la mayoría de países.
Teniendo en cuenta la procedencia de Scania, era bastante obvio que podían utilizar un Volkswagen Golf para comprobar que su primer camión eléctrico cumple todos los estándares de calidad. Preocupaba especialmente por el hecho de la protección de las baterías ante un accidente, pues son un elemento que podría ser peligroso en caso de presentar daños. Las pruebas deben ser las mismas que con cualquier otro camión con mecánica de propulsión para comprobar la efectividad real.
Han mostrado en vídeo una prueba que consiste en el impacto frontal de un turismo como es el Volkswagen Golf de séptima generación (han preferido no utilizar uno de los nuevos) contra el lateral del camión, concretamente contra la estructura que cubre la batería. Para llegar a este momento hacen falta meses de planificación y simulación de choques, esta prueba real debería servir simplemente para confirmar que los cálculos se hicieron correctamente.
Además de este impacto, se prueban también otros desde diferentes ángulos o de los componentes por separado. Como se aprecia en el vídeo, la energía del impacto se distribuye por la superficie de esa estructura para deformar las partes plásticas sin afectar al núcleo. Los bomberos están atentos durante esta prueba real por si hubiera algún elemento que causara un incendio. Por suerte, parece que todo estaba bien calculado y termina siendo un éxito que solo sirve para probar que el camión eléctrico de Scania es igual de seguro que el resto y que en caso de accidente no habría consecuencias para la batería, que salió intacta.