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Luis Ramos Penabad

El pueblo que abandonó la gasolina

Si te preguntas cuántos coches hay en el mundo, tenemos la respuesta. Más de mil millones (el dato es de 2010), y prácticamente todos, movidos con gasolina o diésel. Porque todavía falta mucho para ver coches eléctricos a gran escala (muy populares a principios del siglo XX, hasta que un invento de Cadillac mató al coche eléctrico).

Pero ¿y si ya hubiese un lugar donde los vehículos ya no funcionan con gasolina? Pues sí, ese sitio existe. Es la pequeña aldea suiza de Zermatt, quizá el único lugar donde ya se experimenta con un mundo así.

Esta diminuta aldea alpina ha pasado muchos años sin coches. Pero ahora tienen una flota de autobuses para el transporte de personas y mercancías. Son los «Autobuses Zermatt«, que fabrican en la propia localidad y que muestran orgullosos en el sitio web de turismo.

El motivo era claro. Más de 30.000 visitantes visitan el pueblo cada año (que pernoctan, hay más excursionistas de un día), y la demanda creciente de transporte limpio ha llevado a construir ellos mismos sus vehículos enchufables. Cerca de 500 autobuses eléctricos se han unido a la multitud de peatones.

Y es que los transportes contaminantes nunca funcionaron bien en Zermatt. El primer coche con motor de combustión llegó al pueblo en 1910. Un modelo que llegó el Dr. Alexander Seiler II… pero que no tuvo éxito. En la década de 1970 llegaría el punto de inflexión. Hasta entonces, la gente se movía a pie o en coche de caballos. En el último recuento, había 40 carros de un caballo y cuatro carruajes de dos caballos. Hoy, hay sólo dos de cada uno, a todas luces insuficientes ante la avanlan demanda cada vez mayor de turistas. Surgen nuevos hoteles y negocios, de ahí la necesidad de un autobús eléctrico para los clientes del transporte de mercancías.

Antiguo coche de caballos en Zermatt. Sólo quedan dos

Como decíamos, son medio millar de autobuses eléctricos los registrados en Zermatt. La mayoría de ellos fueron construidos por Stefan y Bruno Imboden en su taller de Bodmenstrasse, donde además de cuidar a Belona, uno de los tres caballos de Zermatt, reparan los autobuses eléctricos y realizan estos vehículos a medida para clientes, lo que requiere meses de trabajo. Luego sueldan las carrocerías en Niedergestein, en el Valle del Ródano. Bruno Imboden no se imagina que el producto llegue a ser un éxito de exportación: «Queremos seguir siendo una pequeña empresa».

La forma de la carrocería (de 1,40 por 4 metros), y el peso están estipulados por las autoridades locales. El reto para los constructores es acomodar en unos poco metros cúbicos todo el sistema de propulsión, el combustible para calefacción… Sin embargo, son fiables, ya que los autobuses de principios del año 1977, están todavía en funcionamiento, ya que tienen una sofisticada tecnología y sus carrocería está hechos de aluminio (evita la corrosión y aligera el peso ligero).

Un autobús eléctrico en Zermatt

Marcan 2000 kilogramos en la báscula, así que los autobuses eléctricos lidian bien con las carreteras cubiertas de nieve durante el invierno. Su esperanza de vida es de 30 a 40 años. Sin embargo, el bus de Zermatt no es precisamente barato: puede costar entre 65.000 y 90.000 francos suizos (entre 54.000 y 75.00 euros) , o hasta 120.000 francos (casi 100.000 euros), cuando se diseña para necesidades especiales.

Como cualquier coche eléctrico, el corazón del vehículo es su batería. Se cargan de electricidad en la red de suministro nacional y, dependiendo de la edad de la batería, el peso de la carga, el comportamiento del conductor, la temporada y la orografía que recorra, necesita ser cargada a diario o cada dos días. Cada carga cuesta entre tres y cinco francos suizos en electricidad. Más los gastos de adquisición, que van desde 6000 a 7000 francos (de 5.000 a 5.800 euros). La vida útil de la batería varía, de cuatro a doce años.

Así que si este invierno quieres irte de vacaciones a esquiar y, de paso, experimentar como sería una vida libre de emisiones, ya sabes dónde acudir. Espoleados por la idea, varias estaciones de los Alpes también han probado con coches eléctricos de alquiler para los visitantes. Por cierto, si realizas este viaje, has de saber que los peatones han de seguir unas estrictas reglas, en virtud del artículo 3 de las normas de tráfico locales (pdf).

Fuente: Turismo Zermatt
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