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Ferrari 330 LM – 23
Mario Nogales

El Ferrari 250 GTO más especial se vende por 51,7 millones, algo menos de lo esperado

Si preguntas a los auténticos petrolhead por su coche favorito de todos los tiempos, estoy seguro que muchos de ellos responderían que el Ferrari 250 GTO. No es para menos, el deportivo italiano de los 60 se ha convertido en un auténtico icono, prácticamente una obra de arte por su nivel de exclusividad y por los precios que se barajan en la actualidad cuando alguno cambia de manos. Pero, ¿y si te digo que hubo uno que fue aún más exclusivo y diferente al resto? Acompáñame a conocer al único e irrepetible Ferrari 330 LM.

Si el 250 GTO es un auténtico «rara avis» actualmente, el 330 LM sería directamente un unicornio. El origen de ambos tiene el mismo punto de partida, la necesidad de la firma del cavallino de crear un modelo de competición que mejorase al ya exitoso Ferrari 250 GT SWB. Una nueva berlinetta tenía que adaptarse a las normativas que anunciaba la FIA para 1962 y el ingeniero Giotto Bizzarrini se puso manos a la obra para crearla, mostrando especial interés a la aerodinámica.

El resultado fue el flamante 250 GTO con su mecánica V12 Colombo de 3.0 litros, con lubricación por cárter seco y seis carburadores Weber de doble cuerpo para llegar hasta los 300 CV de potencia. Había muchas mejoras respecto a su antecesor a nivel de chasis, al tiempo que también era más algo más de 100 kg más liviano. Se comenzaron a hacer unidades para equipos privados y los resultados no tardaron en llegar. Sin embargo, un cambio en el reglamento de Le Mans hizo que uno tuviera que salirse de los cánones.

Hubo una clase para vehículos de 4.0 litros de cilindradas que comenzó siendo aplicada en el Circuito de la Sarthe y que fue seguida por otros como Sebring, la Targa Florio y los 1.000 km de Nürburgring. Así que se tomó un 250 GTO, el que portaba el número de chasis 3765 y le montaron un motor V12 de 3.967 cc para adaptarse a esa normativa de los 4.0 litros. La estructura era la misma que en el Colombo, aunque se ajustó con carburadores y árboles de levas especiales. El resultado es que alcanzaba los 390 CV y su velocidad máxima era de 280 km/h…

Esa unidad tan especial conocida como Ferrari 330 LM fue construida en mayo de 1962, siendo la novena que salía hasta la fecha con la carrocería de Scaglietti, fue acabado en el color Rosso Cina y debutó en los 1.000 km de Nürburgring. Comenzó por todo lo alto, con victoria en su categoría gracias al buen hacer de los pilotos oficiales Mike Parkes y Willy Mairesse. Se llevaron a cabo algunas modificaciones con la vista puesta en Le Mans, incluyendo la iluminación y las formas del capó para que entrase la mecánica de seis carburadores (debutaron con una de tres).

Aunque hizo la segunda vuelta más rápida en la clasificación y salió desde la cuarta posición, no pudo acabar la carrera tras varios infortunios. Una salida de pista en la que tardaron 30 minutos en sacar al coche y un posterior sobrecalentamiento (posiblemente debido a la arena) le obligaron a retirarse. Se habían quedado sin opciones para la temporada, pero comenzaron a pensar en las siguientes. Fue comprado por Pietro Ferraro y devuelto a las especificaciones del 250 GTO original con motor de 3.0 litros, aunque al poco tiempo pasaría a manos de Ferdinando Latteri, que optó por recuperar la singular configuración de 4.0 litros. Así fue subcampeón del Sicilian Hillclimb Championship de 1965.

En 1967 viajó a Estados Unidos, donde pasó por varias manos. Destacar las de Fred Leydorf, presidente del Ferrari Club of America, que lo tuvo bastantes años y lo paseó por numerosos eventos en las décadas de los 70 y 80. En 1985 el Ferrari 330 LM / 250 GTO pasaría a manos de su propietario actual, un misterioso coleccionista de Ohio que lo restauró por completo. Con él ganó numerosos «concursos de elegancia» en todo tipo de exclusivos eventos (Amelia Island o Coppa Bella Macchina).

El resultado es que de las 34 unidades construidas del 250 GTO con este tipo de carrocería, el de chasis número 3765 bautizado como Ferrari 330 LM podría ser el más exclusivo. Viene con toda la documentación correspondiente a su etapa de competición y es la primera vez que sale a la venta en 38 años. Por eso se esperaba que superase los 60 millones de dólares. No es descabellado si tenemos en cuenta que hay rumores de que algún 250 GTO ya ha superado esa cifra en ventas privadas y el techo todavía está alto con los 135 millones de euros que alcanzó el Mercedes-Benz 300 SLR Uhlenhaut Coupe.

Finalmente, el récord no se quedó en tanto y este ejemplar tan especial alcanzó los 51,7 millones de dólares en la subasta. Eso son aproximadamente 48,3 millones de euros y supone un récord para un Ferrari vendido en subasta. Sin embargo, se habla de que hace años hubo otro 250 GTO que superó con creces esa cifra en una venta privada. En todo caso, son números al alcance de unos pocos multimillonarios y es la prueba de que el lujo sigue estando muy presente en el sector.

Fuente: RM Sotheby’s

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