Los filtros del coche son elementos de vital importancia, una de las principales claves para mantener el buen estado de un vehículo. Hay que cambiarlos bajo una serie de patrones y periodicidad que aseguren su funcionamiento básico y sigan realizando su función como es debido. Porque son los encargados de evitar que lleguen todo tipo de impurezas que al motor. Además su precio es relativamente bajo y las consecuencias de no cambiarlos pueden ser notables.
Filtro de aire
Hace tiempo ya comentamos la importancia de cambiar el filtro del aire, en especial en los cambios de estación temporal. Es una parte importante del motor, pues está en juego si la suciedad entra dentro o no. Hay un dato que es crucial. Debemos tener en cuenta en qué entorno nos movemos con el coche, es decir, no es lo mismo circular por la ciudad que por el campo, por lo que la contaminación del aire o el polvo de la tierra, son factores directamente influyentes en la vida útil del filtro.
Es capaz de canalizar hasta 540.000 litros de aire por hora, por lo que su mantenimiento tiene que ser ejemplar. Generalmente, se recomienda cambiarlo cada dos revisiones, pero deberemos tener en cuenta estos aspectos si queremos que funcione correctamente. Lo más aconsejable, es que cada vez que se haga una revisión, comprobar el estado del filtro y ver que todas las fibras están en perfecto estado, y no están cubiertas por ningún tipo de suciedad que las dejen como si fuesen lijas.
Filtro de aceite
El filtro de aceite es el que recoge las impurezas que circulan por las entrañas del motor. Es el encargado de mantenerlo limpio, así como evitar que cualquier viruta metálica que pueda dañar los materiales internos del motor. Si dicho filtro está en mal estado, estos elementos están circulando por el motor, la mecánica reducirá sus prestaciones y podrá sufrir otros síntomas como un mayor gasto de combustible o la reducción de su vida útil.
Normalmente, hay muchos propietarios que deciden alargar el cambio de aceite, esperando un par de miles de kilómetros más. Ya sabemos que los lectores del portal de noticias de coches.com no cometen ese tipo de errores, aun así, es necesario incidir en la importancia del cambio del filtro de aceite en su debido momento. Lo mejor es cambiarlo cada vez que se sustituye el aceite del motor, ya que es un componente muy barato y nos puede ahorrar más de un disgusto.
Filtro de combustible
El filtro de combustible es el que se interpone entre el depósito de combustible y las rampas de inyección alojadas en el motor. Su trabajo es retener las impurezas derivadas de los combustibles, para que no interfieran en el flujo del combustible.
En muchas ocasiones, el vehículo puede funcionar mal debido a las influencias del mal estado del filtro. Puede incurrir en pérdidas de gasolina, así como un mayor consumo de combustible. Sin embargo, en el caso de los vehículos diésel, el filtro tiene una importancia mayor, ya que alberga la humedad que genera este tipo de combustible, por lo que su vida útil es menor.
Se suele recomendar un cambio del filtro de gasolina cada 60.000 kilómetros, aunque nosotros recomendamos hacerlo antes, sobre los 40.000 kilómetros. Por el contrario, en el caso de los diésel, sería aconsejable sustituirlo cada 30.000 kilómetros por los daños prematuros que pueda generar la humedad.
Filtro de habitáculo
El filtro del habitáculo se encarga no solo evitar la entrada de suciedad en el interior, sino también salvaguardar la salud de los ocupantes con la retención de cualquier materia contaminante, como pueden ser las partículas que desprenden los diésel.
En su día, ya comentamos que el mejor momento para cambiarlo es en temporada de primavera para eliminar cualquier rastro de suciedad y moho que se haya acumulado en otoño e invierno. La mejor opción es utilizar un filtro que sea de carbón activo, pues estos retienen más suciedad y duran más.
Nuestra recomendación es el se cambie una vez al año, o al menos cada 10.000 km, sobre todo si los pasajeros habituales son niños o ancianos.