Tenemos fama de que nos gusta apurar el depósito de combustible, aunque sabemos que no es lo más recomendable para la salud de nuestro motor. De hecho, es este el motivo por el que el medidor de combustible de cualquier coche nunca ofrece un dato real, más bien siendo un poco pesimista. Ahora, ¿sabías que te pueden poner una multa de hasta 3.000 euros de sanciónpor quedarte con el depósito vacío en la vía?
El refrán que dice “lo barato, sale caro”, es perfectamente aplicable a este caso. Porque a todos nos gusta ahorrar, dejar todo para el último momento, e incluso a veces nos tildaría de tacaños. Y es nuestra propia irresponsabilidad −o falta de sentido común− quien tiene la culpa de que se lleguen a dar situaciones tan irreverentes como la de quedarte sin gasolina o diésel en medio de la carretera. Da igual se ha sido por negligencia o por un descuido, pero la Dirección General de Tráfico (DGT) es tajante en este aspecto.
Bueno, en realidad, vaciar por completo el depósito de combustible no puede ser un descuido. Cuando el coche tiene mucha sed, nos lo hace saber a través de un pequeño icono con forma de surtidor de gasolina que se tiñe en color naranja, acompañado de un “ding” sonoro cuando salta. Además, en los vehículos más modernos equipados con pantallas en el cuadro de instrumentos, esta característica se hace destacar aún más, ya que en el momento en el que reserva comienza a usarse, aparece presidiendo la pantalla.
¿Y por qué la DGT es tan severa? No pienses ahora en la sanción económica, sino en la situación y las consecuencias que conllevan quedarte sin combustible en la vía. Que nuestro vehículo nos deje “tirados” implica, para empezar, que el motor se apagará. Esto implica perder el acceso a los mandos básicos del coche, derivando en que la única forma de movimiento es a través de la inercia, algo que además de irresponsable, es muy desaconsejable por los peligros que conlleva. Y con esto, ya tenemos dos multas ganadas.
La primera de ellas es una de 200 eurospor quedarte sin combustible y detener el coche de una forma inadecuada. Por supuesto, si no puedes estacionar en un punto cercano que no implique riesgos para los demás usuarios de la vía, no solo nos expone a sufrir un accidente, también lo hacemos con los conductores que se aproximan. Además, también debemos tener en cuenta las consecuencias mecánicas que dicha situación puede suponer. Así aparece reflejado en el artículo 90 del Reglamento General de Circulación:
“La parada o el estacionamiento de un vehículo en vías interurbanas deberá efectuarse siempre fuera de la calzada, en el lado derecho de ésta y dejando libre la parte transitable del arcén”. Y tampoco está permitido mover el coche a mano, ya que supone otra multa similar de 200 euros, según el artículo 3: “Se debe conducir con la diligencia y precaución necesarias para evitar todo daño, propio o ajeno, cuidando de no poner en peligro, tanto al conductor como a los demás ocupantes del vehículo y al resto de los usuarios de la vía”.
Pero, cuidado, porque aún puede ser peor. Además de los 200 euros de sanción económica y de posibles averías que pueda parecer el motor, todavía hay margen para llegar a los 3.000 euros mencionados al comienzo del artículo. ¿Cómo? Muy sencillo, haciendo lo que nuestra lógica nos dictaría en un momento así: acudir a pie a la gasolinera más cercana para comprar combustible y llevarlo en una garrafa para echarlo al coche. La clave aquí no es el hecho de ir a la gasolinera, sino en la forma de transportar el combustible.
Si portamos gasolina o diésel en una garrafa no homologada (que están a disposición del cliente en las propias gasolineras) y nos caza un agente de la ley transportando así un líquido inflamable, la cuantía de la multa ya asciende hasta los 3.000 euros por el mero hecho de trasladar líquidos peligrosos, así como abandonar nuestro vehículo en una vía no habilitada para ello.
Ah, y si no se ha señalizado correctamente la detención, hay que sumar otros 80 euros. Cuando el coche ya está parado, es importante tener en cuenta los triángulos de emergencia y el chaleco reflectante para ser visto por el resto de vehículos, que son elementos obligatorios. Si no se hace de manera adecuada, también supone una sanción. Esta inverosímil y desconocida multa para una gran mayoría de conductores es una de las más duras que impone la DGT. Pero sabiéndolo, ya no hay excusa para no apurar la reserva.
Fuente: DGT