Pocas cosas resultan más desagradables en el coche que un tener motor averiado. Y hasta que los los vehículos eléctricos asuman el control de nuestras carreteras por completo, nos las seguiremos teniendo que ver con los automóviles convencionales, de esos que funcionan con combustibles fósiles y que, debido a la complejidad de sus trenes motrices, requieren de un mantenimiento para que cumplan con su labor correctamente.
El motor es el corazón del coche, y debe funcionar sin problemas para que siga cumpliendo con su cometido. Enfatizar lo importante que es mantener el motor en forma y funcionando de manera eficiente no sirve de nada si no ponemos de nuestra parte, motivo por el cual te dejamos a continuación una serie de útiles consejos que ayudarán a que tu preciado órgano mecánico no te abandone, ya sea en un garaje o en medio de la nada. Y no son cosas que te vayan a costar mucho tiempo, no más de media hora en el peor de los casos.
Verificar el nivel de aceite y revisar el filtro
El aceite de motorcumple una gran cantidad de funciones: lubrica las partes móviles, ayuda a actuar como un sellador contra la suciedad, enfría el bloque, reduce el desgaste y ayuda a prevenir la corrosión, por lo que mantenerlo limpio es vital para la buena salud del motor. Dependiendo del coche y del tipo de aceite que use, es posible que debas cambiar tanto el aceite como su filtro cada tres meses o 5.000 kilómetros, aunque es mejor que consultes el manual del propietario y/o a un profesional para saber los detalles exactos.
Para verificar el nivel de aceite, asegúrate de que el coche esté en un terreno nivelado y que el motor esté caliente, pero sin estar arrancado. Abre el capó y saca la varilla de nivel, que normalmente se encuentra en algún lugar cerca de la tapa del aceite y es de color amarilla. Sácala, límpiala con un papel, métela de nuevo y espera unos segundos. Vuelve a sacarla y comprueba el nivel de aceite, que debe estar entre las marcas “MIN” y “MAX”. Si está cerca del mínimo, tendrás que rellenarlo con uno exactamente de igual viscosidad.
Verificar el nivel del líquido refrigerante
Si el motor se sobrecalienta, las reparaciones pueden ser muy costosas, por lo que, junto con el aceite, el líquido refrigerante es uno de los fluidos más importantes que usa el motor de un coche. Los metales y las aleaciones, de lo que está hecho un motor, no suelen ser muy buenos amigos del calor. Cerciórate de que el motor esté frío a la hora de verificar, porque si está en funcionamiento o caliente, parte del líquido refrigerante que circula por el sistema te podría salir disparado hacia la cara gratuitamente.
El depósito de refrigerante siempre se instala en el compartimento del motor, y suele estar graduado. El nivel debe indicar entre “MIN” Y “MAX”, y si es demasiado bajo, rellénalo tan pronto como puedas. No te limites a verter refrigerante y mezclarlo con agua destilada. Una proporción de 1: 1 es ideal, pero si vives en una zona donde las temperaturas caen muy por debajo de los cero grados, es posible que añadir un 60 o 70 % de refrigerante y entre un 40 y un 30 % de agua destilada sea una mejor idea; no dañarás ningún componente.
Verificar el nivel de combustible
Tanto la gasolina como el gasóleo contienen sedimentos que se depositan en el fondo del depósito de combustible. Tras años de uso, definitivamente se crea una capa de basura que no debería llegar al motor. Si este tiene que hacer su trabajo con poco combustible, arrastra esos restos a la bomba de combustible, lo que podría causar mucho desgaste. En lugar de simplemente rezar para que no lleguen al bloque, no apures el nivel del depósito y ahórrate el costo de la reparación/reemplazo del filtro de combustible y la bomba.
Revisar la correa de accesorios
Todos los vehículos tienen al menos una correa de accesorios, mientras que algunos pueden tener dos. Estas correas de goma se utilizan para impulsar varios dispositivos periféricos, incluido el alternador, la bomba de la dirección asistida, la bomba de agua o el compresor de aire acondicionado. Cuando estén a punto de quebrar, oirás chirridos en el vano motor al conducir, pero siempre es una buena idea echar un vistazo incluso si no se queja. Lo más fácil de ver es si existen signos de desgaste, tales como grietas o rajas.
Revisar el filtro del aire
Al igual que un ser humano, el motor necesita aire limpio para funcionar correctamente, y todos los coches tienen al menos un filtro para asegurarse de que los desechos no lleguen a sus partes internas. El acceso a este filtro puede ser más difícil para algunos vehículos, pero una búsqueda rápida en Internet te mostrará cómo hacerlo con facilidad. En los coches más modernos, generalmente se ubica dentro de una carcasa de plástico con grapas o tornillos. Retira dicha tapa, y si ves el filtro muy sucio, cámbialo por otro a estrenar.
Respetar los tiempos de calentamiento y no ser brusco
Los propulsores están diseñados para funcionar a velocidad constante, que es cuando mejor operan. Demasiada variación en las revoluciones lo cansa y esto pasa factura, sobre todo en el momento en el que aún están fríos. Conducir en una ciudad, donde te mueves y detienes constantemente, es muy duro para el motor. Trata de no acelerar demasiado bruscamente y jugar con las inercias y el freno motor si ves que vas a reducir la marcha de nuevo. Cuando el motor esté caliente, ya puedes permitirte darle un poco más de alegría.
Todas estas comprobaciones deberían mantener el motor en un estado de salud óptimo y ahorrar dinero en reparaciones, reemplazo de piezas y mantenimiento. Piensa que el motor es la parte más cara y compleja del coche, por lo que si es bien cuidado, es probable que te devuelva el favor no quejándose nunca (o casi).
Fuente: Cars24