¿Nunca has oído eso de que el mundo nos da señales para pisar sobre seguro? Si es el caso, este mismo dicho viene de perlas para aplicarlo en el momento de circular en las carreteras públicas. Porque, ciertamente, la red de carreteras nacional nos da multitud de señales para conducir de forma segura. Las señalizaciones no están ahí para adornar el pavimento, previenen al conductor de la existencia de peligros y suelen estar acompañadas de una recomendación o una limitación.
Las que más abundan son las que establecen la velocidad de la vía, aunque en otros casos alertan de la convivencia de reducir la velocidad por fenómenos meteorológicos adversos. También de un accidente, donde el personal sanitario o agentas de la Guardia Civil de Tráfico pueden estar trabajando. O de la presencia de peatones o ciclistas en la calzada o en tramos de carretera; o en puntos donde la visibilidad sea reducida, haya obras o la calzada esté es un estado deplorable.
En realidad, las situaciones donde levantar el pie es algo que conviene hacer por el bien de todos pueden ser muy variadas. A continuación, pasaremos a describir aquellas en las que el conductor debe ser consciente de que debe de circular con más calma, tal y como establece el Reglamento General de Circulación. Recuerda que no estamos hablando solo de una recomendación, sino de preservar el sentido común, pues las infracciones a estas normas pueden tener consideraciones graves o muy graves.
Ante la presencia de peatones o la previsión de que los haya
Cuando haya peatones sobre la calzada o se prevea su presencia en lugares públicos como bien puede ser un colegio en hora punta, un supermercado en época de pandemia o un estadio, así como en las cercanías de los pasos de cebra que no dispongan de semáforo, conviene estar más pendientes del pedal central que del derecho. Los grupos de personas que más se ven afectados ante un atropello son los niños, los ancianos y los discapacitados.
Si te estás aproximando a un cruce
Si has visto alguna vez vídeos compilatorios de torpes rusos accidentes en Internet, sabrás que los cruces se llevan la palma en cuestión de accidentes evitables. Cuando te acerques a lugares donde se juntan dos o más vías en los que no hay prioridad establecida, o no tengas tú prioridad (véanse las intersecciones de carreteras, glorietas, pasos a nivel y cruces de tranvías), no intentes replicar lo visto en YouTube, suelta el acelerador y acaricia el freno.
Cuando pueda haber ciclistas circulando
Las luchas entre conductores de vehículos a motor y ciclistas parece que nunca tendrán fin, no hasta que tanto un grupo como el otro aprendan a respetarse mutuamente. Si te acercas a una zona donde las máquinas de dos ruedas y sus jinetes circular por el arcén, la calzada o vías de uso exclusivo para tal fin, levanta el pie. Piensa que, al fin y al cabo, en caso de incidente, será el ciclista quien siempre lleve las de perder: su cuerpo es su carrocería.
Al ver un autobús haciendo carga y/o descarga de pasajeros
Moderar la velocidad cuando nos aproximamos a un autobús detenido en una parada dedicada, en especial si es escolar, es una medida de seguridad que evita atropellos en caso de que alguien irrumpa sobre la calzada de forma inesperada. Especial atención si el autobús se encuentra en el sentido contrario a nuestra marcha, pues son muchos los que tienden a cruzar la calzada por detrás del mismo al bajarse y no son vistos hasta el último segundo.
Cuando las condiciones del pavimento no son las mejores
Con el pavimento resbaladizo por agua, hielo o barro, será más fácil controlar el vehículo a una velocidad moderada. Bajar la velocidad también es muy aconsejable si llueve o hay gravilla, para evitar que el agua o las piedrecitas salgan proyectadas hacia otros vehículos o transeúntes de la acera. Asimismo, si algunos elementos del coche como los neumáticos o la suspensión no están en perfectas condiciones, el riesgo se incremente exponencialmente.
Con indicaciones de que hay posibilidades de encontrar animales
Ya hemos visto el enorme peligro que se puede correr cuando un animal impacta contra nuestro coche, y lo que deberíamos hacer para minimizar los daños. Sin embargo, cuando se circula a una velocidad comedida o adecuada a la situación (en este caso que un animal salga al asfalto porque le dé la gana), las situaciones imprevisibles pueden resultar ciertamente irrumpidas por nuestra y previsión, uno de los detalles más importantes mientras se conduce.
En presencia de paneles direccionales, marcas longitudinales o señales de velocidad recomendada
Los paneles direccionales avisan de la proximidad de una curva peligrosa e indican cuánto hay que reducir la velocidad sobre la máxima permitida, según haya un panel (15-30 km/h), dos (30-45 km/h) o tres (más de 45 km/h). Las marcas longitudinales continuas en carreteras con curvas también son una señal inequívoca para levantar el pie y afrontar estos tramos a una velocidad más baja, donde las señales de velocidad recomendada y limitada suelen ser frecuentes.
Cuando toca afrontar fuertes pendientes
Para subir y bajar puertos de montaña se debe de mantener una velocidad adecuada al trazado de la carreta para circular. ¿Qué resulta más cómodo y seguro? ¿Ir a toda leche por un tramo de curvas donde no sabes si te encontrarás con otro coche –o motocicleta– de frente y arruinar el paseo, o ir disfrutando del firme a una velocidad moderada sin posibilidad de que te arranquen las pegatinas? Todo es cosa de ponderar los puntos a favor, que no son pocos.
En momentos de atascos y accidentes
Estas dos señales son frecuentes en la información de los paneles de mensaje variable. Cuando las veas, debes levantar el pie como primera medida, para detenerte por completo si se trata de un atasco, o para adecuar la distancia y la velocidad en caso de encontrar conductores con una avería, personal sanitario, obras de mantenimiento, agentes regulando el tráfico, etc. Mantente atento a la conducción, pues distraerse con un accidente puede causar otro.
Siempre que la visibilidad es reducida y hay mal tiempo
Cuando en la carretera de des de bruces con un estrechamiento (por obras, por ejemplo), una niebla densa, una lluvia acusada, una fuerte nevada, hielo en la calzada, nubes de polvo o humo, abre bien los ojos, coge bien el volante, y adecúa la velocidad para que puedas reaccionar con rapidez ante un imprevisto. También en lugares como los cambios de rasante y en tramos donde haya obstáculos a la visión, como edificios, vegetación o coches en doble fila.
Fuente: DGT