Volvo ha realizado la primera prueba de su proyecto Sartre, consistente en agrupar diversos vehículos para viajar en caravana, guiados por un primer vehículo guía y con las referencias de los sistemas electrónicos de cada vehículo interaccionando para mantener la distancia, velocidad y trayecto.
Funciona de la siguiente manera: un vehículo guía rompe el viento a una velocidad constante y no muy alta, detrás se sitúan otros que están en contacto con los demás mediante los sistemas de control de abordo que actúan sobre los mandos. El conductor puede desatender la conducción porque el coche sigue los pasos de su antecesor.
Al margen de las leyes de circulación, que desde luego exigirían un replanteamiento, la idea puede ser efectiva en determinadas carreteras y suponiendo que la velocidad actual de 85 Km/h se pudiera aumentar.
Y es que, por vez primera, un tren de carretera compuesto por un Volvo XC60, un Volvo V60 y un Volvo S60 más un camión circulando en modo automático en caravana detrás de un vehículo guía, ha rodado por una autopista pública entre otros usuarios de la carretera. La histórica prueba en España fue todo un éxito.
Aquí, en coches.com, ya te habíamos hablado del Proyecto Sartre, pero aún no se había materializado en carretera, como se ha hecho recientemente, y parece que con mucho éxito, en las vías de Barcelona.
¿Qué es un tren de carretera?
Pues consiste en un vehículo guía, con un conductor profesional al volante, seguido de varios vehículos. Basándose en los actuales sistemas de seguridad de Volvo Car Corporation y Volvo Technology —que incluye características tales como cámaras, radar y sensores láser— los vehículos controlan los movimientos del vehículo guía y también de los demás vehículos que circulan en las inmediaciones. Mediante comunicación inalámbrica, los vehículos de la caravana «imitan» al vehículo guía utilizando el control autónomo Ricardo que les permite acelerar, frenar y girar exactamente igual que lo hace el vehículo guía.
El objetivo es ofrecer una mayor comodidad a los conductores, que ahora pueden hacer otras cosas mientras viajan: trabajar en sus portátiles, leer un libro o relajarse y disfrutar de una comida tranquila. Como no podía ser de otra forma, el proyecto también pretende mejorar la seguridad del tráfico, reducir el impacto ambiental y, gracias a un control de velocidad uniforme, reducir el riesgo de atascos de tráfico.
¿Cómo se acostumbra uno?
Poniéndonos en el lugar de los que disfrutaron de esta prueba, el ir sentado en un vehículo a tan solo seis metros detrás de otro -posible hándicap, eso de la distancia de seguridad-, a una velocidad de 85 km/h y dependiendo totalmente de la tecnología, puede dar un poco de miedo. Pero las experiencias hasta ahora indican que uno se acostumbra con mucha rapidez. Pero aquí surge una duda, ¿y si
El proyecto Sartre lleva en marcha desde 2009. En total, los vehículos del proyecto han recorrido unos 10.000 km. Después de la prueba en las carreteras españolas, el plan entra ahora en una nueva fase en la que -es irremediable- se analizará el consumo de combustible.
SARTRE son las siglas en inglés de Safe Road Trains for the Environment (trenes de carretera seguros para el medio ambiente). Parcialmente financiado por el Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea, está dirigido por Ricardo UK Ltd en colaboración con las siguientes compañías: Idiada y Tecnalia Research & Innovation de España, Institut für Kraftfahrzeuge Aachen (IKA) de Alemania, y SP Technical Research Institute of Sweden, Volvo Car Corporation y Volvo Technology de Suecia.
Pretende fomentar un cambio gradual en el uso del transporte personal mediante el desarrollo de trenes de carretera seguros para el medio ambiente (caravanas). Los sistemas se están desarrollando como prototipos que faciliten la adopción segura de trenes de carretera en autopistas públicas no modificadas teniendo en cuenta la plena interacción con los vehículos que circulan individualmente. El proyecto pretende resolver los tres hándicaps básicos del transporte —medio ambiente, seguridad y congestión— y fomentar al mismo tiempo la aceptación de los conductores por la perspectiva de un mayor «confort para el conductor». Los objetivos de Sartre se pueden resumir de la siguiente forma:
- Definir una serie de estrategias aceptables de circulación en caravana que permitan circular a los trenes de carretera por autopistas públicas sin necesidad de modificar la infraestructura vial.
- Mejorar, desarrollar e integrar tecnologías para un sistema de trenes de carretera prototipo en el que las estrategias definidas puedan evaluarse en escenarios reales.
- Demostrar que el uso de trenes de carreteras puede aportar mejoras al medio ambiente, la seguridad y la congestión del tráfico.
- Ilustrar cómo puede utilizarse un nuevo modelo empresarial que fomente el uso de trenes de carreteras, con beneficios tanto para los operadores de vehículos guía como para los suscriptores al sistema de caravanas.
Si tiene éxito, se espera que los beneficios de Sartre sean considerables. El ahorro estimado en el consumo de combustible por el funcionamiento de trenes de carretera en autopistas está en la región del 20 %, dependiendo de la geometría y la distancia entre vehículos. Los beneficios para la seguridad surgirán de la disminución de accidentes causados por fallo humano y fatiga del conductor. La utilización de la capacidad de las carreteras existentes también aumentará con la consiguiente reducción potencial de las horas de viaje.