La mayoría de las veces, los atascos son originados por el propio comportamiento de los usuarios de la vía, ya que con sus frenadas, aceleraciones o cambios de carril provocan que se ralentice la circulación varios metros o incluso kilómetros.
Para intentar solucionar este problema, Berthold Horn, profesor en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), ha desarrollado un algoritmo que podría ser aplicado a los sistemas de control de crucero adaptativo (ACC) con el fin de reducir los dichosos atascos. En realidad no es el primer algoritmo relacionado con este asunto, ya que un estudiante alemán creó una app que te guía entre los atascos para moverse calles menos transitadas. La diferencia es que este actúa directamente sobre el coche.
Un coche con control de crucero adaptativo utiliza sensores para controlar la velocidad y distancia con respecto al coche que circula por delante. Lo que quiere Horn con la implantación de este algoritmo, también llamado control bilateral, es situar al coche en un espacio intermedio entre el que le precede y el que circula por detrás. De esta manera se evita que las variaciones en la velocidad en los coches que circulan por delante se propague a los que circulan por detrás.
Para conseguir que se lleve a cabo, los sistemas de control de crucero adaptativo actuales tendrían que ser modificados para considerar la velocidad y la distancia del coche que avanza desde la parte posterior. Al reunir información tanto de la parte delantera como de la trasera, el sistema ACC es capaz de mantener al coche en un punto intermedio.
Según los desarrolladores de este algoritmo, el principal problema será el modo de conducir de los usuarios, ya que, para ellos, los conductores se preocupan de lo que es bueno para ellos (como intentar siempre adelantar o acercarse demasiado a los coches) y no de lo que es beneficioso para el resto de vehículos. Es lo mismo que señalábamos en nuestro artículo sobre las causas de los atascos.
Otro de los inconvenientes del llamado control bilateral es la tecnología requerida para su aplicación. En la actualidad, los sistemas ACC sólo son ofrecidos en vehículos de alta gama de última generación, por lo que tendría que convertirse en una función de fabricación estándar, una medida que debe ser discutida detenidamente por la industria automotriz.
Horn ha demostrado su algoritmo en el laboratorio, en el que el sistema se inicia en un estado estable, pero las retenciones empiezan a darse pasados los 30 segundos, a pesar de que todos los coches están ejecutando algoritmos típicos de los sistemas de control de crucero adaptativo actuales. Este algoritmo se conecta pasado un minuto desde el inicio y la situación cambia radicalmente. Lo puedes ver en el siguiente vídeo:
Fuente: MIT