Los fabricantes están en plena lucha encarnizada por hacer el SUV más potente y prestacional de la historia. Es algo comprensible, teniendo en cuenta que es el tipo de carrocería más vendida en la actualidad y que incluso las marcas más centradas en vehículos deportivos han tenido que unirse a la tendencia. Y, de momento, el que se lleva la palma en este aspecto es el nuevo Aston Martin DBX707, la versión más radical del todocamino de Gaydon.
En vistas al desempeño que consiguen el Lamborghini Urus, el Bentley Bentayga S o el Porsche Cayenne Turbo GT; han querido exprimir un poco más su crossover. El potencial del Aston Martin DBX era alto y así lo han demostrado en esta entrega. Es cierto que mantiene el motor V8 biturbo de 4.4 litros que toman de Mercedes-AMG, aunque las mejoras han sido ejemplares para lograr un nivel de potencia inédito hasta el momento. Con ayuda de algunos retoques se consigue la mágica cifra de 707 CV y 900 Nm de par, colocándose como el más potente de su clase hasta el momento.
Ya no son sólo los nuevos turbocompresores con rodamientos de bolas o la calibración especial a nivel electrónico del motor, también incorpora la transmisión automática de doble embrague húmedo y nueve velocidades. Ese cambio se debe a la necesidad de soportar ese par motor tan elevado, no hay que olvidar que el incremento se cifra en 157 CV y 200 Nm respecto al DBX V8 «normal». Con dicha caja, los cambios son especialmente rápidos y se consiguen unas prestaciones de órdago.
El Aston Martin DBX707 completa el 0 a 100 km/h en 3,3 segundos, acelera de 0 a 160 km/h en 7,4 segundos y su velocidad máxima es de 310 km/h. Como decíamos, una auténtica máquina que podría ir a por el récord de Nürburgring en los próximos meses gracias también a unas mejoras considerables a nivel de chasis. Para poner algo de cordura aparecen unos nuevos frenos carbocerámicos (CCB) con discos de 420 mm en el eje delantero y de 390 mm en el trasero. Mejoran la capacidad de frenado y reducen las masas no suspendidas en 40,5 kg.
No llama demasiado la atención el tamaño de los frenos si tenemos en cuenta que el DBX707 trae de serie llantas de 22 pulgadas y que opcionalmente ofrece unas de 23 pulgadas, que aportan algunas ventajas aerodinámicas. No puede faltar una nueva versión del diferencial electrónico trasero (E-Diff), que ha sido reforzado y mejora la distribución del par entre ejes, siendo capaz de mandar hasta el 100 % a las ruedas traseras. Tampoco pasa desapercibida la suspensión neumática con un tarado más rígido y enfocado a su rendimiento.
El Aston Martin DBX707 también introduce una serie de modificaciones en su diseño para distinguirse del resto de la gama. En el exterior lo más característico es esa rejilla frontal más grande, que tiene un acabado cromado y satinado, y sirve para mejorar la refrigeración. Por otro lado, estrena unas luces diurnas rediseñadas y un paragolpes más prominente. En el lateral destacan las nuevas llantas y los estribos en negro brillante, a juego con el difusor trasero, que acoge cuatro salidas de escape circulares.
El interior cuenta con los asientos Sport de serie (los asientos Comfort están disponibles como opción sin coste añadido), con sus reglajes eléctricos en 16 direcciones, además de calefacción. Se pueden escoger con el acabado Accelerate de serie (mezcla de cuero y Alcantara) y las opciones Inspire Comfort e Inspire Sport (en piel semianilina con el logo bordado y un patrón especial). Los mandos van en cromado oscuro, aunque hay opción a fibra de carbono. También a una personalización más exhaustiva de la mano de Q by Aston Martin.
La producción del Aston Martin DBX707 está prevista para este primer trimestre del año y las primeras entregas se esperan para comienzos del segundo trimestre de 2022.
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